¿Alguna respuesta?

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— No es necesario herir a alguien como tú— explicó breve.

— ¿Y quién soy yo?— interpeló desafiante.

Cazal tragó grueso. Se sentía insuficiente en ese momento como para pronunciar las palabras necesarias y precisas..., y Saiko le acortó el tiempo.

 — Eso pensé— dijo luego de haber vuelto todas las raíces a un color oscuro.

— Alto...— pidió formando entre las inertes raíces, pequeñas esferas de color rojo.

— ¡!— Saiko reaccionó tarde, y las esferas causaron una explosión sobre ella y sobre el lugar en donde estaban expandidas las raíces.

Cuando el polvo del lugar se disipó, Cazal miró como Saiko se veía lastimada: moretones y ligeros rasguños hirieron levemente su cuerpo.

Saiko alzó las alas luego de haberse cubierto con ellas de la explosión, y le arrojó a Cazal una ráfaga de cristales.

Cazal se quedó quieto unos segundos y comenzó a moverse en match, creando la ilusión de que se había clonado.

Sus diversos reflejos comenzaron a atacar de cerca a Saiko. La katana le rozaba una y otra vez el cuerpo, y Saiko lo detuvo atacando a cada reflejo débil. Hasta que en una acertó, enterrando un cristal en su hombro.

Cazal se tocó el lugar de la herida y miró su mano manchada de sangre. Miró a Saiko, y se desplazó en un match 15, hasta el lugar detrás de ella.

Ante de que Saiko percibiese el lugar en donde estaba, cortó un ala... haciéndola caer de rodillas en agonía.

— ¡Agh!— liberó un quejido al caer al suelo.

— Ya detente... podemos arreglar todo— ofertó el hombre del cabello grisáceo.

Saiko le lanzó una mirada fría que le estremeció el cuerpo. El enojo era palpable en su forma de verlo, y no lo pensó dos veces antes de ponerse de pie.

<< Su nigromancia es el hielo. Solo imagina otro ataque de hie...>> se interrumpió al Saiko formar un circulo con su dedo índice y pulgar y soplar a través de él, y generar una ráfaga de fuego.

<<¡Fuego!>> alertó dentro de su cabeza.

La flama lo quemó un segundo, el que se tardó generando un escudo fino de sangre. Los bordes de su vestidura se curtieron un poco a negro, y algunos hilos se quemaron leves... su coleta larga seguía intacta, y sus ojos enojados.

<< Elementos... entiendo...>> se decía internamente <<Todo lo que sea natural podrá manipularlo. Entonces, tal vez pueda manejar las dualidades>> supuso. Pero no... le falló una vez más el instinto cuando de un costado una daga pasa cerca de su cuello, cortando ligera con el viento algunos de sus finos cabellos.

<< ¡Al costado!>> dijo dándose media vuelta y bloqueando el golpe de Saiko y una espada con su katana.

— Buen intento— felicitó frío a la chica.

Saiko desapareció en un paso flash y volvió a atacarle de la misma forma, intentando tomarlo desprevenido; pero Cazal la intersectó para su mala suerte y enterró la katana en su pierna.

— ¡AH!— no se contuvo de gritar breve la reina.

Cazal ya la tenía privada, se movió una vez más y apuñaló el brazo derecho de Saiko rápidamente, luego intentó apuñalarla por el pecho, con todo el dolor de su alma.

Todo lo que alcanzó fue a cortar de forma horizontal el hombro de Saiko, un corte limpio y leve: Fue lo que alcanzó a herir cuando Saiko liberó inconsciente un cristal de su cuerpo. Él cristal se formó en forma de crispa alrededor de Saiko, atravesando a Cazal desde el abdomen.

Su cuerpo atravesado, sufría a infiernos, la agonía de las entrañas retorciéndose.

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Sassán... 

Linaje Baudin (&quot;Los Baudin&quot;)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora