Más de mil años, y dos dimensiones... es el tiempo que al primogénito Baudin le han establecido para formar un Linaje.
"Y cómo es de clichés, acabarlo toma menos tiempo" pensaba.
Y sí, si lo es...
¿Quieres ser parte de una gran historia?
En este...
— No intenten ocultarme nada...— advierte—. Sé tal vez más de lo que debería— estableció una línea de poder, entre él y sus amigos...
<< Es demasiado frío como para mentir sobre cosas así>> pensó Andra.
— La Legión planea llevarlos hasta la dimensión Astral— suelta Aisha fría, como Urie.
*Urie: ...
*Urie: ¡!
Urie abrió los ojos, generó un circulo astral de la nada, y antes de que lo estrellara contra el piso...
— ¡Espera!— gritó Andra.
— ¡Ah!— exclamó Haru.
Y fue muy tarde, porque de la nada aparecieron todos en el libro...
— Era una suposición chicos...— dijo el maestro mientras tomaba té.
Él ya sabía que pasaba...
Los chicos de la nada cayeron en caída libre del cielo, como siempre. Al aterrizar, fue uno bajo el otro, mientras el maestro solo levantó la mirada para ver quienes habían asistido.
Continuó bebiendo de su té cuando les habló.
Abrió los ojos mirando a los chicos: Urie de primero bajo Andra, Aisha sobre Haru, y Ayato sobre Haru.
Los chicos se incorporaron con una jaqueca que les removía hasta la materia gris de sus cabezas. El maestro les ofreció a sentarse junto a él y comenzó a charlarles...
— No han concretado nada, pero las posibilidades de que lo consideren aún siguen en pie— dice mientras ve como Urie se coloca de pie en señal de réplica.
El maestro mira con atención al chico de cabello oscuro y ojos morados.
El maestro volteó a mirar a Ayato.
— Ha pasado un tiempo ¿No crees?— interrogó a Ayato.
— Nunca es tarde...— balbuceó con una sonrisa.
— ¿A dónde fueron?— interrogó Saiko apenas despertándose.
— No lo sé— responde Haise pasándole con una sonrisa una taza de café—. De seguro han ido al libro, no pueden ir a muchos lugares francamente.
Sonrió y rió entre dientes diciendo:
— Tienes razón— Haise se le acercó y Saiko lo abrazó.
— ¿Qué tienes planeado?— interrogó Haise deleitándose por el olor suave del cabello de Saiko.
— Todo...— confesó—. No dejaré que se haga cargo de todo...
Ambos hablaban de la visión.
¿Qué cosas se acercaran?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
