Turno de la primera corona...

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— ¿Dónde están?— preguntó cuándo sus ojos se exaltaron en gris, desesperado, enojado y nervioso.

— ¡En el departamento!— gritó decapitando a otro de los seres de negro.

Urie junto con los chicos, iban de camino a casa cuando criaturas hechas de materia oscura aparecieron por las calles, oscureciendo el tinte moderno de la ciudad en pleno movimiento: Urie suspiró y se transportó a la dimensión espejo.

Estaba en el mismo lugar junto al resto de los chicos, la ciudad estaba nublada, y las criaturas eran humanoides en negro que parecían mirarlos. Estaban completamente rodeados, y la única salida era atacar...

Cuando todas las criaturas se abalanzaron sobre ellos, Urie interrogó por sus hermanos; quienes debían estar en este mismo lugar. Y al recibir la dirección comenzó a correr.

Andra miró a Aisha mientras combatía y sus ojos cruzaron.

— No lo pierdas de vista— ordena Aisha a Andra antes que de le siguiera.

Andra afirmó con su cabeza y siguió a Urie.

— ¿Inouen?— interrogó Haru a Ayato.

— Debe de estar bajo los talones de Urie— supone Ayato.

— Acabemos primero aquí, hay que evitar que pise el departamento— informa la cabello naranja.

— Ella manda— suelta Haru mientras disparaba flechas—. No sabemos que trampa hayan puesto Saiko y Haise para detenerlo aquí; si es que ellos sabían que esto iba a pasar— supone serio.

Ayato recordó que Saiko estaba practicando símbolos de retención natural. Cuando el símbolo atrape a alguien, círculos astrales se activaran para evitar que el objetivo (lo que sea que el símbolo de retención tenga), sea afectado de alguna forma.

<< ¿Debería de buscarla directamente a ella?>> se interrogó el dios, cuando de repente una presencia pesada se hizo vigente. Las criaturas se congelaron, y Aisha y Haru miraron a Ayato. Ayato se encogió de hombros.

A lo lejos, un hombre que desprendía un humo místico leve de su cuerpo clavó sus ojos en las tres personas.

El chico de los ojos azules intensos, azules vivos, el chico del arco: sintió su corazón detenerse mientras recordaba unas últimas palabras de hacia algunos años...

"— Ese niño, será muy letal para cuando madure— comenta al aire el nigromante de la materia oscura al arquero.

— ¿Por qué dices eso?— interrogó el Quincy.

— Porque si maneja el control mental a los 3, ¿Qué quedará para cuando madure un courageux y crezca?— se interroga así mismo para darle una idea.

— Tienes razón, el rey Heimani advirtió sobre tener cuidado con él. Por algo habrá sido— supone él captando la idea—, suerte que su maestro debe ser alguien bastante fuerte y sólido, debe de ser alguien cuya paciencia sea más grande que el mundo. Su maestro tiene que ser alguien muy cuerdo— alega.

— Me ofendes— se sintió alagado, pero sabía que no era así—, su maestro es todo lo contrario— informó, Haru abrió sus ojos pensando lo peor—. Yo me encargaré de que no quede duda de que un rey puede ser un gran tirano. Cubriré cada brecha de debilidad en su alma— se retó a sí mismo.

En ese momento temió por la vida del mismísimo rey. Pero ahora que su vida de igual forma terminó, y que el destino le hizo un favor al alejarlo de tal sujeto, se venía el peor de los casos.

<< Geón se encargará de llevarse a Urie>> pensó <<Él querrá quedárselo>> temió.

— Cambio de planes— habló Haru—: Detengan a ese nigromante— ordenó. Y entre todos, se arrojaron contra él.

La carrera era de largo alcance.

Aisha y Haru iban por el aire, mientras Ayato iba por tierra. Alcanzar a Geón entres todas las criaturas de materia negra era a extremo complicado.

Partir de que las criaturas los detenían, Geón se teleportaba cada 5 metros de distancia desde sus puntos anteriores. Iba como en busca de una aura, y eso inquietaba a Haru, porque el seguía el camino que había tomado Urie.

<< Ya es extraño que esté Geón. Pero... Haru se ve preocupado por algo más>> deliberaba en busca de respuestas a la cara de angustia severa de Haru.

Desde tierra:

—Estás cosas solo se destruyen o por daño masivo, o por decapitación— agilizó hablar mientras atacaba a las figuras humanas de color negro.

—Ella tienen un parecido a Genha y Forest— dijo severo Ayato. Quién no dejaba de golpear a las criaturas.

— No tienen olor, ni aura, son solo materia— informó Aisha mientras la decapitación de uno de ellos la llenó de espesa sustancia negra.

_ ¡No lo pruebes!— pidió Ayato asqueado, mirando como Aisha sacaba su lengua y lamía suave el alrededor superior de sus labios, donde la materia de las criaturas la sabía salpicado.

_ Solo son señuelos— soltó luego de pensar un poco—, él las creó para retrasarnos. Mejor lleguemos antes que él hasta dónde Urie.

Ayato asintió con su cabeza y la siguió. Mientras tanto:

<<¿Hace falta que recalque, que esto se ve bastante mal?>> 

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Sassán...

Linaje Baudin (&quot;Los Baudin&quot;)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora