Capítulo 16: Basta

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17 de diciembre de 2025 23:57


 -Viejo verde... -murmuro en voz muy baja tras cerrar la puerta.

Recorro el extenso pasillo del palacio alejándome del dormitorio personal de Aquiles. Una vez más, y sin ningún favor de por medio, me ha tocado pasar el rato con él. Cada vez me da más asco. Bueno, nunca me ha agradado, pero si al menos conseguía algún beneficio después de chupársela, no me importaba tanto. Sin embargo, ya van varias noches las que me chantajea para tener relaciones con él, sino no lo hago, me devuelve a las celdas. Si no tuviera a Diana y a todos los niños del colegio a mi cargo, volvería a ese infierno con gusto.

Cada vez estoy más cansada de Aquiles, ya no solo por sus exigencias sexuales para conmigo, sino también porque está empezando a perder facultades. Luís, el coronel del ejército exterior hace lo que le da la gana y al rey le da totalmente igual. Luís siempre se ha creído muy superior y me ha llevado tiempo bajarle los humos, pero últimamente se está creciendo otra vez y se salta muchas normas fundamentales del nuevo régimen, como la de tratar con desertores. Cuando se trata de carne femenina no le importa en absoluto a qué bando pertenezca. Y lo peor es que el rey aprueba su conducta.

Para rematar, el Reino Unido nos están quitando soldados españoles alegando que, al vivir en Gibraltar, pertenecen al ejército británico y deben luchar para ellos. Qué panda de hipócritas son todos. En un comienzo, la guerra era de continentes, pero desde hace apenas un año, cada país va por su lado, peleando contra sus enemigos íntimos sin importarles el camino principal, y es que Europa vuelva a mandar en el mundo.

Pero esta situación se va a acabar. Aquiles ya está viejo, ya no sabe lo que hace, no le vendría mal dejar su puesto a alguien más joven y con más agallas para dar el paso que él no se atreve a dar. Ahora que están débiles. Ahora que están confiados. Es el momento perfecto de dar un golpe en la mesa y volver a poner las piezas en su sitio. Y me siento completamente preparada para ser yo quien dirija la guerra hacia un nuevo camino.

Llego a mi habitación y me sorprende ver a Diana tumbada en mi cama y con la sola luz de la lámpara alumbrando el libro que sostiene entre manos. El libro no es otro que una biografía del rey Aquiles que salió hace pocos meses por un escritor afín al nuevo régimen. Sorprendentemente, Diana es una niña que se ha adaptado muy bien al nuevo régimen, a sus leyes dictatoriales y a los castigos tan severos que llevamos a cabo con los traidores de la patria. Es todo un modelo de lo que esperamos que sean el resto de niños en un futuro.

 -Mira, Ada, aquí hablan de ti -me señala un párrafo del libro donde se me nombra brevemente como la secretaria personal del rey.

 -Marta, ¿qué haces despierta aún? Es tarde, duérmete ya.

 -Diaaana, ¿cuándo me llamarás por mi nombre? -replica ella cerrando el libro.

Me siento en el borde de su cama y suelto un suspiro. Siempre me pasa igual, es verla y el nombre de mi hija se me escapa de los labios, me resulta muy difícil evitarlo.

 -Diana, lo siento. Siempre se me olvida.

 -¿Quién es Marta? -pregunta de pronto-. ¿Es tu hija?

Su pregunta cae como una losa sobre mí. En parte, sabía que algún día me haría esta pregunta, pero no sé si estoy preparada para responder. Sin darle una respuesta, la arropo y le doy un beso en la frente.

 -Te pareces mucho a ella -digo en voz baja, sintiendo presión en mis ojos al instante.

Odio llorar, hace tiempo que me prohibí hacerlo, aunque a veces se me escapa, y me enfado conmigo misma.

 -¿Por eso me tratas mejor que a los demás niños? -inquiere con suspicacia.

 -¿Por qué dices eso? Os trato a todos bien.

 -Sí, pero a mí me dejas dormir aquí.

 -¿Prefieres dormir en el colegio?

 -No, vivir aquí es más divertido -responde ella sonriente.

 -Pues venga, a dormir ya, que mañana tienes clase.

 -¿Serás algún día reina?

 -Por supuesto.

 -¿Cuándo?

 -Pronto, hija. Muy pronto.

Ada LangefeldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora