Clow
Llega la noche, observo fuera del apartamento de Yuri como ella habla con ese tal informante que tiene, creo que dijo que se llama Kei. Otro chino, pero este me cae mal. O sea, ¿quién se cree tocando a la Chinita? Acaricia su barbilla y ella le sonríe. Podría agarrar la mano de ese tipo y córtasela. Encima anda de moderno siendo un rubio teñido, que estupidez, mi cabello natural está mejor. De todas formas, ¿por qué le estoy buscando defectos al idiota ese? Como sea, al fin Yuri deja de hablar con él y se sube a mi vehículo, en el asiento de acompañante, donde la estaba esperando, al lado de mí.
―¿Qué mierda tenías que hablar con ese? ―expreso de manera arisca.
―A diferencia de ti, soy una profesional ―Ïgnora mi tono de enojo y procede a explicarme ―. Iremos a buscar a Guillermo al prostíbulo que dijiste, pero esta vez me aseguré de que él esté allí, las cámaras y todo lo relacionado con su persona, para que no caigamos en su trampa ―Sonríe ―. Como diría la policía, aseguré el perímetro.
Me quedo callado al escuchar la palabra policía, simplemente porque se me vino a la mente la Gatita.
Reacciono y mis labios forman una sonrisa.
―Preparada, ¿eh? ―la provoco.
―Siempre ―Gira su vista hacia el frente ―¿Puedes arrancar o nos quedaremos varados para siempre?
Me río.
―Te encantaría ―digo y ella rueda los ojos.
Doy vuelta la llave del coche y nos dirigimos a aquel prostíbulo. En el trascurso del camino, nos mantenemos callados. Y de todas formas, ¡¿qué le voy a decir?! "¿Búscate un informante mujer?" No, no lo creo. "Ese tipo me cae mal ¿Por qué te anda tocando?" A la mierda, no tiene sentido lo que estoy pensando.
Parezco celoso.
Freno de repente y todo se agita.
―¡¿Qué te pasa?! ―me grita la Chinita y la miro fijamente ―¿Qué? ―expresa cuando no paro de observarla.
―Te tengo muchas ganas ―aclaro directo y me pega un cachetazo.
―Contrólate, imbécil.
Me río ante su ataque físico y verbal, entonces vuelvo a arrancar el vehículo. Al fin llegamos al prostíbulo, bajamos del auto y entramos por una puerta trasera. A la vista de todo el mundo parece un simple club, pero en realidad oculta una siniestra verdad. Me detengo en el pasillo y le ofrezco mi brazo a Yuri, ella alza una ceja.
―¿Disculpa? ―Me mira raro y le sonrío.
―No queremos que nadie te vea como una prostituta.
―No me veo como una ―Observa su ropa.
―Pues no, pero es peligroso.
―Puedo defenderme sola, pero para no levantar sospechas, aceptaré tu gesto, no hagas nada inapropiado o ya verás ―Me agarra del brazo.
Nos abren la puerta, entonces avanzamos por el lugar, lleno de luces y varias personas con poca ropa, sobre todo las mujeres. Podría atender mi calentura en este momento, pero debo controlarme y encontrar a Guillermo.
―¿Segura que descubriremos algo de Gallagher hoy? ―le pregunto mirando para todas partes, deleitándome con las vistas de las chicas bailando, luego observo a Yuri ―. Tu amiguito Kei no se habrá equivocado, ¿no?
―Te recuerdo que la dirección la conseguiste tú, el horario él, así que si no hay indicios de nada, también será tu culpa.
Hablando de indicios.
De repente se escucha un tiro, luego muchos gritos de gente asustada. Parece que estamos en el lugar correcto. A Yuri le suena el celular y se nota que con quien habla está enfadado, a Guillermito no le gustó que supiéramos exactamente dónde encontrarlo. Las mujeres se escapan, los guardias se alteran, los empleados de Gallagher también están, los reconozco porque son ellos quienes atacan a las personas del lugar, y es entonces cuando un tiroteo comienza. Es una locura sin sentido, Guillermo ha generado tal revuelo por nada. Miro a mi compañera mientras nos ocultamos tras una mesa.
―¿Qué te dijo? ―le pregunto.
―De hecho nada, solo se rió, está loco ―opina.
Y yo que pensé que se había enfadado. Si estaba contento y trae gente a matar, no quiero imaginar que hace cuando se encuentra furioso.
―¿Lo has visto alguna vez enojado? ―indago.
―No lo conozco tanto, en la mayoría de las ocasiones siempre se comunica por teléfono o alguna grabación, las veces que me he encontrado en persona con él, han sido porque ha tenido fetiches raros conmigo.
―¿Fetiches raros? ―Alzo una ceja.
―Me he vestido con ropa tradicional japonesa, solo para reunirme con él y que me diera el trabajo ―refiriéndose a matar por encargo ―me pagó muy bien, así que no me negué a sacarme alguna que otra foto, mientras hablábamos del negocio.
―¿Y también tienes sexo por dinero? ―me burlo y me pega un codazo ―Auch, que mala ―Me río.
―Jamás entregaría mi cuerpo por dinero, solo utilice esos atuendos para obtener el trabajo, no lo dejé ni acercarse, así que no digas estupideces.
―¿Y por pasión? ―Muevo las cejas ―Estoy disponible ¡Ay! ―Me golpea de nuevo ―Vale, ya entendí ¿Cómo salimos de este lugar? ―Espío mientras siguen los disparos.
―No podemos continuar averiguando en este tiroteo, hay que irnos y pensar con tranquilidad el siguiente movimiento.
―Al final no eras tan profesional ―me burlo.
―¿Te vas a callar un día de estos? ―exclama y no me deja contestarle porque corre a esconderse detrás de otra mesa, en dirección a la salida.
Cuando creo que es el momento oportuno avanzo también, veo que alguien le apunta a Yuri con su arma, entonces se acerca a la puerta y le grito.
―¡Cuidado! ―La empujo y me caigo sobre ella.
Respira agitada por la adrenalina y al alzar la cabeza mis ojos se encuentran con los suyos. Su boca se abre despacio para decir en un susurro lo evidente, pero lo que le sorprendió.
―Me salvaste.
Sonrío de lado.
―Tú hubieras hecho lo mismo por mí.
―Claro que no ―Rueda los ojos.
Me río y agarro su mano para poder ayudarla a levantarse.
―Vámonos ―Salimos corriendo de allí.
Una vez que estamos lejos de los locos pero en el mismo edificio, en un lugar más apartado, paramos para tomar un poco de aire de tanta adrenalina que sufrimos por el tiroteo. Nos escondemos detrás de una pared cuando oímos el sonido de las sirenas de la policía, sin embargo luego no escuchamos más nada en aquella habitación, al parecer han huido todos. Nuevamente me encuentro con su rostro cerca, ya que la empuje hacia el concreto por el movimiento rápido, para ocultarnos. Siento su respiración a tan pocos centímetros de la mía y su perfume es hechizante.
―Chinita ―susurro perdido en mis pensamientos y agarro su blusa la cual deseo romper ―¿Quieres ir al infierno conmigo? ―Me muerdo el labio inferior.
No sé si es la adrenalina o qué, pero me contesta algo que jamás hubiera pensado que diría.
―Sí.
Al no encontrar ninguna negativa, aprovecho a unir mis labios con los suyos. Introduzco mi lengua que se enreda rápidamente con la de ella. Sin pensarlo mucho, tironeo de su blusa rompiendo todos su botones al abrirla, los cuales salen dispararos para cualquier parte. Me alejo un poco para respirar y agregar algo al momento fogoso.
―Ahora voy a abrir la puerta de tus fantasías eróticas.
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Perversa Oscuridad: Redención [#5.5]
ActionLa redención de un violador. "Los monstruos se van al infierno". *Por: Viviana Valeria V. *ADVERTENCIA: Esta historia tiene contenido adulto tales cómo violencia, sexo explícito y vocabulario ofensivo. Leer bajo tu responsabilidad. *Esta historia pu...