20: Vivir en la fatalidad

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Clow

Guillermo sabe quién soy, logré escapar de él, aun así siento la impotencia de no haber podido hacer nada, es tan frustrante, en vez de enfrentarlo huí como un cobarde. Volví a la casa de Yuri y dejé escapar toda la bilis que tenía atragantada, no sé cómo pude aguantar tanto. Limpié el desastre y luego me duché, no tenía ganas de nada, así que simplemente me puse la camisa sin atarla y un pantalón que encontré. Horas después llegó la Chinita, al parecer me estuvo buscando, tenemos una charla media extraña y se me termina declarando, ni idea de cómo sentirme frente a eso, pero como sé que tengo decidida mi muerte desde hace tiempo, no le tomo mucha importancia.

Por alguna razón que no presto atención, me voy del departamento, pero no a buscar a una prostituta como le di a entender a Yuri. Debo centrarme en cosas fundamentales como hablar con S, así que voy a visitarlo, ya que hace poco se había comunicado conmigo para que le haga un favor. Trabajo para él hace tiempo, pero sin resultados de mi petición, me había prometido matar a Guillermo, sin embargo no cumplió con su cometido, aun así le debo mi falsa muerte, así que todavía estoy en deuda con él. Aparte que es peligroso meterse con S, así que es preferible mantener un perfil bajo contra el líder de una mafia tan poderosa como la Logia de la Serpiente.

Mi nuevo encargo tiene que ver con infiltrarme en Rosa Negra, su competencia, me es fácil ya que estoy prácticamente "muerto" y mis identificaciones falsas son perfectas. Debo admitir que este trabajo me ha dado muchos beneficios, he descubierto un montón de cosas que no sabía y administro la información a mi antojo, es decir que hay algunos datos que no se los paso a S, pero sí que me los guardo para mí.

Regreso al departamento de Yuri en uno de esos días calurosos y la veo sentada en el sillón con una mirada apabullante.

―¿Dónde has estado? ―pregunta.

Parece una esposa celosa y despechada, así que sonrío.

―Por ahí ―me burlo.

Me causa gracia que piense que he estado visitando a alguna mujer, eso me parece tierno y adorable, además de peligroso, porque se nota que quiere matarme, debería decirle, pero se me acabaría la diversión, me siento a su lado, entonces me observa de mala manera.

―¿Para qué vuelves aquí? ―Se cruza de brazos y gira su vista para el lado contrario de mí, así deja de observarme.

―Somos socios ―digo lo obvio, mientras pongo el brazo en el respaldo del sillón, justo detrás de ella ―. Tú mezclaste las cosas.

―Cállate ―expresa molesta y un rubor crece en sus mejillas. Gira un poco su vista para mirarme de refilón ―. Al parecer tu humor volvió ―opina.

Bufo.

―Si voy a vivir lamentándome, nunca conseguiré mi objetivo.

Mueve su rostro por completo a visualizarme.

―Esa es una buena actitud ―Me sonríe y acerco mi cara a la suya, entonces de repente levanta su taser, que al parecer siempre la tiene escondida en alguna parte de su ropa ―. Ni se te ocurra pensar en besarme ―amenaza cambiando su buen humor.

Me río.

―¿Ya te arrepentiste de confesarme tus sentimientos?

―No, pero tengo dignidad.

―Estás haciendo el papel de esposa despechada y no te queda bien ―me burlo.

―Te juro que no me arrepentiré de atacarte con esto si te acercas ―vuelve a amenazar ―¿Por qué no te vas y regresas cuando hagas algo más productivo que andar con prostitutas?

Hago una carcajada.

―Esos celos me encantan ―Me muerdo el labio inferior.

―Lárgate, Clow ―insiste.

―Pero acabo de llegar y... ―Mi celular suena y veo que es Michael, así que sonrío al leer el mensaje ―. Parece que mi informante es más inteligente que el tuyo.

Yuri frunce el ceño.

―¿Qué tienes contra Kei?

―Como sea ―Guardo el teléfono ―, me voy como querías ―Me levanto del sillón ―, te diré qué ocurre cuando regrese.

Se queda con su cara impactada, abriendo su boca de asombro porque me burle de ella utilizando sus propias palabras en su contra, entonces me retiro de allí. Salgo del edificio, voy con mi coche y me reúno con mi contacto para descubrir que puede que Guillermo se vaya del país pronto. Al parecer tiene negocios en el exterior, así que antes de que se nos vaya de las manos hay que buscarlo y matarlo rápido. Lo que se debió hacer, hace ya mucho tiempo. Regreso a mi auto para volver al departamento de Yuri, pero antes de subir a mi coche, escucho un sonido en el callejón, el cual estacioné en frente. Me dirijo allí a investigar, dicen que la curiosidad mató al gato, pero esta vez en realidad lo salvó. Abro una pequeña bolsa donde oigo el sonido y me encuentro con un cachorro de gatito, maullando sin nadie alrededor ¿Quién es capaz de hacer tal atrocidad? Bueno, sinceramente no soy quién para juzgar ¿Pero hace falta abandonar a un animalito en esas condiciones? No soy amante de los animales, pero no puedo dejarlo ahí, así que lo levanto.

―Corrección ―me digo a mí mismo al mirarlo mejor ―eres gatita ―expreso al ver que es hembra.

Por azares del destino esto parece una paradoja, una treta de la fatalidad, porque de hecho me lastima el recuerdo y atrae la sensación de que vivo en un karma, uno malo.

Salvar a una gatita no me hace mejor persona. Sigo siendo un monstruo y no tengo derecho a la redención de nada. Me arrepentiré de algunas cosas, ¿pero para qué sirve? Sigo cometiendo errores, no he aprendido ni un poco. Quiero acabar con mi sufrimiento y morir pronto, pero antes debo deshacerme de Guillermo, sino nunca descansare en paz. Aunque en el infierno no creo tener calma, pero eso sí que me lo merezco, soy digno de esa tortura.

Yuri

Regreso de hacer las compras y frunzo el ceño cuando siento olor a alcohol en mi apartamento. Veo que la alfombra está mojada y oigo sonidos de maullidos ¿Qué rayos? Llego a la sala de estar y veo a Clow sentado en el suelo, apoyando su espalda en la parte baja del sillón, con varias botellas alrededor suyo y abrazando un gatito.

―¡¿Se puede saber qué estás haciendo?! ―me quejo.

Alza la cabeza y veo que sus ojos están rojos, pensaría que es por el alcohol, pero al parecer las botellas no están vacías, en realidad su vista se ve así porque ha llorado, bufa al ser descubierto, entonces mira hacia un costado, intentando ignorarme.

Camino y me siento junto a él.

―Clow... ―lo llamo ya que continua sin responder ―¿Qué pasó con la buena actitud de hace más o menos una hora atrás?

―Nada, estoy cansado ―Suspira.

―¿Quieres hablar?

―No.

―Vale, hagamos silencio entonces.

Me mantengo callada a su lado, no hay ni un ruido en la sala, quizás solo los maullidos del gatito de vez en cuando, pero no es molesto, es lindo. Una tranquilidad inunda el lugar, quedándonos en paz. Rato después la vista de Clow se gira hacia mí y no tengo idea de porqué, pero me regala una sonrisa cálida, así que se la regreso, curvando mis labios también. El momento se vuelve todavía más acogedor, cuando apoyo mi mano sobre la de él entrando incluso en más confianza. Sinceramente es la mejor sensación agradable que he obtenido en este día, todo el enojo que tenía hacia él se ha ido. Tan solo me gustaría que supiera que hay otras opciones aparte de la muerte y me encantaría mostrárselas. Elecciones que lo alejarían de la oscuridad.

Por favor, déjame ser tu fuerza.

Perversa Oscuridad: Redención [#5.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora