8: Es como un niño

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Yuri

Clow acaba de confesarme que Guillermo lo violó cuando era un niño, estoy impactada. No debería apiadarme de él solo por eso, pero no sé qué me está pasando con seguir dando oportunidades. Ni idea si es lastima, compasión o qué, pero me encargué de lo que acaba de ocurrir. Hablé con la tal Rosy, no emitirá ninguna denuncia, pero lo echó del hotel. Esa chica es muy tonta o tiene un corazón de oro. Me siento igual, teniendo en cuenta que tengo un agresor sexual caminando en mi departamento.

―¿Has oído la frase "No hagas lo que no quieres que te hagan a ti"? ―le pregunto cruzándome de brazos, apoyando mi espalda en el marco de la puerta, mientras él sigue vomitando en mi baño.

―¿Por qué me estás diciendo eso ahora, Chinita? ―dice mareado levantando la cabeza del inodoro.

Bufo.

―Porque que te hayan violado, no te da derecho a violar, y te voy a dar una maldita habitación, estoy depositando mi confianza en ti, ¿sabes? No quiero despertarme y electrocutarte porque te metiste en mi cuarto, ¿entendiste?

―Estoy agonizando aquí, Chinita. No me molestes con tu malvado sermón ahora, ¿sí? ―pide en un tono burlón.

―¿Me escuchas cuando te hablo? ―expreso molesta.

―Sí ―dice en voz baja ―pero yo no tengo redención.

―Si te arrepientes de lo que haces, si la tienes ―Cierro la puerta de un portazo entando enfadad porque no toma las cosas en serio.

No puedo vivir con un violador, tengo que conseguirle un hotel pronto. Y en ese estado anémico, hoy no vamos a poder ir a investigar el lugar que me dijo, encima es muy tarde. Abro la cortina y me quedo pensativa mirando por la ventana. Me desconcentro cuando oigo que toca el botón del retrete, para luego lavarse los dientes, ya que se escucha el agua del lavabo. Giro mi vista a su bolso, esto es como tener instalado a un animal salvaje en tu casa.

Que vengan los de protección animal.

―¿Por qué sonríes? ―al salir del baño, expresa alegre la persona en quién estaba pensando.

―Me burlaba de ti ―confieso.

―Te burlas de un enfermo, que mala ―Se ríe aunque se nota pálido.

―Vete a dormir ―le aclaro.

―¿Vas a atacarme mientras duermo? ―bromea.

―Es más fácil que tú hagas eso que yo, así que cerrare la puerta con llave ―Levanto el pequeño objeto que tenía en mi bolsillo.

―¡Qué mala! ―Finge lamentarse.

―Vete ya ―insisto.

―¿Te crees mi madre? ―Alza una ceja y señalo la habitación alzando el brazo en esa dirección ―¿Ni un beso de buenas noches?

―Vete ya ―repito.

Se gira con una sonrisa, dirigiéndose al cuarto y cuando cierra la puerta suspiro. Tener que estar alerta todo el tiempo va a ser difícil. Encima se comporta como un niño, aunque teniendo en cuenta que le arrebataron la infancia, eso es muy normal. Camino hasta mi pieza, cierro con llave cuando entro, la pongo sobre una mesita, me quito la remera, para ponerme el camisón, dejándome el short, entonces me saco el calzado y me acuesto.

Despierto temprano oyendo ruido fuera del cuarto, me levanto y me visto poniéndome un jean junto con una remera de tiritas, acto seguido las sandalias. Al salir de la habitación, siento olor a comida, huele bien y me acerco a la cocina.

―¿No sabía que cocinabas? ―Alzo una ceja ―Pensaba que eras de esos tipos de personas que pedían delivery.

―¡Es que muero de hambre! ―Apaga el horno y se sirve la comida con un plato sobre la mesa ―¿Quieres? ―pregunta cuando se sienta en la silla.

―No, prefiero tostadas ―aclaro mirando la carne.

Que yo compré.

Prácticamente el tipo se adueñó de mi casa. Como sea, yo lo invité de todas formas. Camino a preparar mi desayuno y cuando termino, me siento a su lado para tomar un poco de yogurt. Doy un mordisco a mi tostada y Clow se me queda mirando en silencio.

―¿Qué? ―pregunto ―¿Quieres?

―Tu boca ―Sonríe.

Ruedo los ojos.

―No me coquetees, que horror.

―¿Por ser casi viuda?

Lo miro de mala manera.

―No, porque eres un depredador sexual y no es un halago que te coquetee uno ―digo molesta y su sonrisa se borra.

―Deja de recordarme las cosas que hago mal ―pide.

―Pues no nombres a Manuel.

Se forma un silencio hasta que se disculpa.

―Está bien ―Baja la vista ―lo siento, antes dije que no lo nombraría y lo volví a hacer. Me olvidé, no fue a propósito.

¿En serio se arrepiente? No sé qué pensar sobre él.

Miro hacia un costado.

―Mejor hablemos de otra cosa ―Vuelvo a observarlo cuando le pregunto ―¿A dónde íbamos a ir ayer que no pudimos?

Sonríe.

―A un prostíbulo.

¿Por qué no me sorprende que Guillermo visitaría uno? Parece que ese será nuestro próximo destino para encontrar a Gallagher, que horror.

Maratón 3/3 7u7 

Perversa Oscuridad: Redención [#5.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora