Capítulo IV.

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Amaris.

Estoy a una cagada más de tirarme encima de cada persona que hay en esta casa y arrancarles los dientes a puñetazos, esta vez se han pasado mucho, si al menos no tirasen tarta por todas partes, se dejaran de agredir entre ellos y no rompieran nada, me daría igual pero macho... Esto es pasarse mucho, incluso para mi.
Hay tarta en la alfombra, en la mesa y en más zonas repartidas por el Salón, una botella de cerveza rota en medio del salón, los cojines en el suelo, Nyx y Aiden con una botella de Vodka encima del sofá bailando descalzos, mi hermana corriendo de acá para allá con la camiseta en la cabeza y Caleb... Espera. ¿Dónde diablos está metido Caleb?
Athan me mira como preguntándome qué hacer y yo lo miro sin saberlo, el cerebro hoy me ha colapsado.
Entonces hace algo que no me esperaba ni lo más mínimo de él.
Baja las escaleras como la bestia parda que es y comienza a dar órdenes y echar broncas a diestro y siniestro como un sargento, a lo cuál todos obedecen sin chistar y yo simplemente estoy ahí de pie alucinando con semejante espectáculo. Se han puesto a limpiar. Estando borrachos como cubas. Esto es algo único en la vida, como ver a tu hermana pequeña escribir en su diario y poder leerlo sin que te caiga a puñetazos por ello. No sé el resto del mundo, pero intuyo que no volveré a ver esto en mucho tiempo o tal vez nunca.
De repente oímos el sonido de algo cayendo al agua y al salir vemos a Caleb nadando con el ron en la mano mientras canta algo indescifrable a grito pelado. Athan y yo comenzamos a reír y ayudamos a nuestro tritón alcoholizado subiéndole a la orilla de la piscina para que se pueda levantar y vaya a darse una ducha y acostarse o algo, al menos que se cambie.

Es la primera vez que le escucho reir y la verdad es que su risa es preciosa, es como si ya la hubiera escuchado antes.

Entro arrastrando a Caleb, que sigue cantando y balbuceando con la botella aún en alto como si no hubiera ni salido del agua.
En ese momento recuerdo que tenemos que mirar a ver quién duerme con quién, solo hay tres habitaciones sin contar la de mi madre la cual está totalmente cerrada y cuando voy a dirigirme a Athan lo pillo bebiéndose mi Jagger mientras me sonríe y alza el vaso. Le lanzo mi mirada de completo odio, dejo a Cal sentado en una silla y me acerco a lo que él responde sirviéndome un par de chupitos.

-No vas a sobornarme con mi Jagger.- Le increpo.

-Ah, ¿no? Vaya, pensaba que cacerías en mi trampa, es una lástima, no has bebido nada desde que Nyx te dio aquella bebida y no hubiera estado mal algo de compañía. - Me responde con un falso puchero para después alzar el chupito en señal de que es a mi salud y se lo bebe para volver a acercarme uno y guiñarme el ojo con una sonrisa.

Lo agarro y me lo bebo de golpe mientras le hago una mueca de burla, siendo respondida con el relleno de mi vaso. Efectivamente, he caído en su trampa. 

Le pido dos chupitos más y salgo disparada en busca de Freya para empezar a bailar juntas. Ella lleva un par de copas encima, como la gran mayoría de personas en esta casa. Empezamos a cantar a gritos, todos menos nuestro adorado sargento, el cual está en la mesa mirándonos mientras toma un whisky. Este chico es muy raro. 

Me subo a la mesa e invito a Frey y a Nyx a hacer lo mismo, a lo cuál aceptan y suben chillando la canción de fiesta pagana, como si no hubiera nadie para vernos hacer tal ridículo.

Tras largo rato bailando empieza a sonar I want to break free de Queen, a lo que Freya y yo imitamos el videoclip instintivamente mientras el resto nos miran divertidos, cantan con nosotras y recorren el espacio de la sala bailando y riendo a carcajadas, incluso el moreno que antes nos miraba está cantando y sonriente mientras se lía lo que viene a ser un porro. 

Me pasan el ron. La hemos jodido, ya no hay vuelta atrás. 

Seguimos así, y acabo bailando con Caleb por alguna extraña razón, Nyx está bailando con la camiseta de Aiden puesta y en bragas mientras se comen la boca ferozmente, Freya duerme con la boca abierta y mi sujetador encima de su cara sobre la mesa y Athan... Bueno... él sigue bebiendo tranquilo mientras nos mira y fuma.
Mira el reloj, por su cara creo que ya es bastante tarde y me lo confirma cuando decide mandarnos a todos a la cama, no seré yo quien se niegue, después de todo, seguramente se quede conmigo.
No sé por qué pero intento indagar un poco sin grandes frutos, así que le mando acostarse en la cama y una vez me pongo cómoda paso a no enterarme de nada más de nada más, me he quedado dormida sintiéndome muy arropada, como hace años que no me sentía, quería disfrutar un poco más de esto pero mi cuerpo no podía más, ni siquiera me enteré cuando se levantó y se fue un par de horas más tarde.

Helium: Corazón tocado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora