Capítulo X.

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Athan.

Me desperté dos horas después de que se fueran por una llamada, no la cogí, aún ni me había empezado a preparar para abrir los ojos. 

Reúno el coraje suficiente y reviso de quién se trata, llevándome la sorpresa de que era de mi hermana, así que la llamo, llamadme loco, pero no me fio de mi madre; aunque con suerte se habrá echado otro novio y tardaremos en volver a verle el pelo por casa hasta que no le quede más droga o más pasta.
La llamo y contesta bastante rápido.

-Hola hermanito, ¿cómo va todo? - Me saluda tratando de parecer contenta, pero tiene la voz de estar nerviosa y haber llorado, mi madre ya ha estado allí.

-Kat, sabes que no me engañas, ¿qué ha pasado? Desembucha.- Digo mientras me recuesto contra el cabecero y empiezo a espabilar.

-Mamá ha estado en casa, se ha cabreado porque no estabas aquí, creo que quería hablar contigo y se ha puesto como una auténtica energúmena, ha empezado a gritarme que era culpa mía que estuvieras en casa de Amaris, que seguro que es una excusa barata para quitarme de encima, que por mi forma de ser nadie me quiere cerca, que jamás me querrá nadie por no ser como ella y que qué puede esperar teniendo a una puta que se va con todo el que pasa por delante como hija. Después de decir todo eso rompió un par de cosas, siguió gritándome cosas como: no vas a llegar a nada, que moriré sola que si hubiera podido abortar ahora todo estaría bien... subió a su cuarto, cogió sus cosas y se largó a casa de su nuevo novio, seguro que este también es un camello de poca monta, como todos los que ha tenido.

- ¿¡Pero qué mierda le pasa a esta tía!? Dios. - Respiro un poco para no enervarme más de lo que debo. - Tranquila Kat, seguramente no vuelva hasta que a ese tío se le acabe la coca. Tú cierra la puerta con el seguro y la llave, ventanas y demás; en cuanto me levante voy a verte y lo hablamos bien, iría ahora pero no puedo más. - Traté de calmarla. Iré cuando Amaris me despierte al llegar y me haya contado qué ha pasado en comisaría o por la mañana dependiendo de la hora.

- Tranquilo, mañana estaré esperándote, intentaré que venga Karen y duerma aquí conmigo por si las moscas, tú descansa.

-Vale, pero nada de chicos ni fiestas y a las 23:00 como tarde en la cama y cena algo que nos conocemos. - Dije riéndome internamente; y puede que también me riera en voz alta, al menos lo intenté.

-Si madre Teresa, te prometo que nos portaremos bien y seremos buenas. - Dijo riéndose.

-En ese caso, buenas noches hermanita, descansa, te quiero mucho. - No suelo decirle estas cosas, pero la conozco, sé que le hace bien y para qué mentir, es mi hermana pequeña, con ella no me da palo ser cariñoso, es de las pocas personas con las que lo soy.

Tras colgar pongo el móvil a cargar en la mesita de noche izquierda y me acerco al escritorio para poner mi ropa en la silla y coger mi pijama de la bolsa; no quiero descolocar nada, esto no es mi casa.
Cuando he acabado no sé por qué me da por mirar encima del escritorio y había una cajita negra que no estaba antes y a ninguno le ha dado tiempo de ponerla ahí.
Dudo un poco en si mirarla o no y me decido en cogerla.
No soy de curiosear las cosas ajenas y me da mal rollo eso de que aparezcan y desaparezcan cosas en su cuarto, es muy raro.
La abro con sumo cuidado por si acaso hay algo frágil o por si hay algo que pueda saltarme a la cara. Dentro hay dos sobres, unas pequeñas llaves al parecer de candado, el collar de Bris y otra cajita de terciopelo negra. Agarro la pequeña caja y al abrirla veo una esclava que al parecer es de hombre, no entiendo qué hace eso ahí si ella dijo que tan solo faltaba el collar, pero por el tamaño parece de hombre.
Abro el primer sobre el cual trae su nombre saco la carta y comienzo a leer.

"Mi querida y amada niña, has crecido mucho desde la última vez que te vi, te has vuelto una mujer preciosa en estos años, lástima haber tenido que perdérmelo. Lo he pasado mal estos años sin poder decirte la verdad, el por qué de todo lo que pasó aquel día y no poder abrazarte cuando llorabas o te levantabas gritando en las noches por culpa de mi hermana.
La he estado vigilando todo este tiempo y también he estado velando por vosotras para que nada malo os dañe.
Siento que te debo una gran explicación por todo y quisiera dártela, de verdad, solo espero que algún día decidas escucharme y puedas creerme. Tengo pruebas para respaldar todo lo que te diré y también algo que tu abuela me dio antes de que todo empezara, ya sabes que tu abuela sabía cosas que el resto no sabíamos. Me dijo que te lo diera cuando fuera el momento indicado y creo que ha llegado la hora, siento que pronto pasará algo malo, por el momento te devuelvo el collar que ella te regaló y la sortija de tu padre los cuales tenía mi hermana, no entiendo el por qué, pero estaban en su cuarto.
Espero poder hablar contigo pronto.
Te quiere, tu Tata."

Helium: Corazón tocado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora