Helium: Corazón tocado.

Capítulo V.

Amaris.

Me despierto totalmente fuera de lugar, con un dolor de cabeza horrible y muy mareada,  miro a mi alrededor y me doy cuenta de que estoy en mi cuarto. ¿Cómo llegué a aquí anoche?  Espera. Juraría que yo había dormido con Athan, pero no lo sé seguro y tampoco voy a preguntar por eso de mi salud mental.
Miro el reloj. Las 12:17 a.m. Me levanto y tras vestirme bajo directa a la cocina.
Dios, lo dejamos todo hecho una puta mierda, qué pereza.
Bebo un poco de agua para tragar la pastilla sin problema y decido ponerme a limpiar el estropicio que hicimos en esta casa.
Me pongo a recoger y... Espera un momento, ¿ese es el puto sujetador de Nyx? ¿Qué cojones pasó aquí anoche? Dios, las camisetas de Nyx, Freya y Caleb están también distribuidas por el suelo del salón.
¿Hicimos un striptease? Espero que haya una buena explicación porque solo de pensar que han visto mis hermosas bubis me da una vergüenza flipante, aunque me parece que yo si llevaba cuando me levanté.
Cuando despierten intentaré juntar las piezas con lo que nos acordemos cada uno, a lo Resacón en las Vegas y así sacar algo en claro.
Decido ponerme los auriculares con el volumen a tope para entretenerme mientras limpio el salón, aún queda alguna mancha de la tarta de Frey, cristales de una botella y alguna que otra prenda de ropa más, hay vasos con bebida hasta el las macetas de las plantas, agradezco que no hubiéramos destrozado más cosas. 

Llevo todo a la cocina y friego todos los trastes que hay en el fregadero, no quiero llegar a la parte de limpiar la vitrocerámica, está hecha un desastre, tiene comida quemada y pegada por todas partes, además de un montón de grasa recuerdo a Freya intentando cocinar unos huevos a eso de las 4 de la mañana creo.
Estoy tan concentrada que no noto cuando Athan entra en la cocina con churros y chocolate caliente, los deja en la isla de la cocina, la cuál se haya detrás de mí y se queda observando el panorama apoyado en la puerta de la cocina con los brazos cruzados.

Canto mientras me muevo al ritmo de la música, agarro una espátula, comienzo a usarla como micrófono, alzando mi voz y dando vueltas con los ojos cerrados... Hasta que en una de las vueltas los abrí y... Ahí está él apoyado, mirándome con su ya conocida sonrisa de medio lado y una chispa de diversión en su verdosa mirada. Casi se me sale el corazón por la boca del susto.
Me quito los auriculares y los dejo en la encimera junto con el móvil, lentamente y sin quitarle la vista de encima, esperando el momento oportuno, momento que no tarda en llegar cuando mete sus manos en los bolsillos riendo por mi cara de susto. Gran error, cariño. Me tiro encima de él para pegarle mientras él se muere de risa y aparta la cara para que no le pegue ahí, le preocupará eso de que se la arregle de golpe.

 
Paramos al oír unas risas provenientes del pasillo, son las chicas, que al vernos en ese plan empiezan a decir cosas que hacen que me ponga aún más roja de lo que estoy, por lo que me alejo, arreglo mi camiseta y recobro la compostura, pregunto si quieren desayunar para borrar de este bochornoso momento como si no hubiera pasado absolutamente nada. Ellas asienten y preparamos la mesa entre todos sin librarnos de miradas fugaces entre ellas.
Cuando nos hemos sentado y comienzo a preguntarles qué tal anoche, más para Nyx que para Freya, nos percatamos que los chicos no están en la mesa y que ellas tampoco saben dónde están porque han dormido juntas por alguna razón desconocida. Nos miramos unos a otros, casi poniéndonos de acuerdo y subimos a la habitación de invitados como balas riendo por la escalera, olvidando el hecho de que podrían escucharnos y perdernos lo que quiera que pase allí. 

Al llegar todos arriba nos acallamos unos a otros y aguantamos nuestras carcajadas avanzando en una formación casi militar, completamente sigilosos por el pasillo. Al estar ya en la puerta me pego a la pared haciendo una pistola con mis manos y tarareando la canción de Misión Imposible, les hago gestos para que vayan avanzando lentamente hacia el interior de la habitación una vez abra, encienden las cámaras de los móviles para poder inmortalizar el momento, abro con cuidado de no hacer ruido para seguidamente irrumpir por fin y...
¡Santa papaya! Por poco suelto una carcajada en voz alta, Aiden está en el borde de la cama sin camiseta y Caleb está acostado encima abrazándole también con el torso desnudo y con la boca abierta casi encima del oído del rubio. Parece que en esa cama hayan pasado cosas... sensuales... Hay mantas por doquier y solo están tapados con una sábana de cintura para abajo.  Nyx me pasa su teléfono a petición mía para poder inmortalizar esto más de cerca mientras las otras dos se disponen a pintarles cosas a ambos con los permanentes del escritorio, salimos sin hacer ruido  una vez la obra ha sido finalizada y nada más llegar al salón no podemos contenernos más rellenando el silencio con una explosión de risas- Acto seguido ellas empiezan a pasarnos las fotos y los videos del delito sin dejar de reír ni un sólo segundo.