Capítulo XII.

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Amaris.

Abro los ojos lentamente, la luz blanca me hace daño, por lo que debo parpadear varias veces hasta acostumbrarme a ella y abrir mis ojos.
Hay alguien agarrando mi mano izquierda y con la cabeza al lado de mi cadera.
Me muevo con cuidado, aún aturdida y ahí está él acostado, mi hermana en un sillón al mi derecha también dormida.
Le acaricio el pelo a Athan y la mano a Freya, haciendo que ambos abran los ojos de golpe pensando que pasaba algo, supongo por sus caras de susto.
La puerta se abre y oigo bastantes voces muy conocidas, entre ellas la de mi mejor amiga, Karen, la que nada más verme se tira a la cama para abrazarme.

-Te parecerá normal, darme estos disgustos a mi. Tu raza entera, mala puta.

-Yo también te quiero.- Digo riéndome mientras niego con la cabeza y le devuelvo el abrazo.

Me percato de que en este cuarto hay gente que no conozco.

-Son amigos mios, no quería que te quedaras sola ni un segundo, por si ella te hacía algo, estos son: Cristian, Dylan-Nos estrechamos la mano según va diciendo sus nombres- y... ¿Donde cojones está Kevin?

-En la cafetería, al niño le ha entrado hambre.- Le informa Karen- Ah, Amaris, hemos avisado a tu madre y Athan le ha contado todo lo que ha pasado con Morgana, la policía también lo sabe, llegaron poco después de que te desmayaras y cuando te trajo la ambulancia les tomaron declaración, peinaron la zona y el agente Miller dijo que vendría en cuanto le avisaran de que estás despierta.
También ha estado tu padrastro en casa, sube ahora, ha tenido que ir a ver a no sé quién, pero viene en cuanto acabe.

-Entiendo... ¿Sabeís ya qué buscaba Morgana?

Todos se miraron unos a otros y asintieron.

-Si lo sabemos, cuando te den el alta, y estés mejor te lo daré, lo he puesto a buen recaudo, yo ya he visto lo que es, pero tienes que verlo tú misma.- Me dijo Athan.

Tras un rato más hablando llegaron mi padrastro y el amigo de Athan, Kevin.

-He hablado con el médico, me han dicho que puedes irte a casa en cuanto él venga a verte, pero que debes estar en reposo un par de días.

-Okay... ¿Qué tal todo en Seattle? ¿Cómo está mamá?

-Todo bien cariño, en breves podrá venir unos días para estar con vosotras y poder manejar el asunto en persona, pero está bien, dentro de lo que cabe.

- Me parece bien. Quiero un perro.

-¿Qué? - Esa última petición le ha dejado del todo descolocado, lo sé por su cara, lo que hace que me ría.

Seguimos hablando y bromeando un rato más, hasta que entra el médico para asegurarse de que todo está bien antes de poder enviarme a casa.

-Bien, señorita Black, está todo en orden, el desmayo fue a causa de una sobrecarga de emociones. Tienes que estar unos días en reposo y al cabo de una semana podrá hacer vida completamente normal, pero con un poco más de calma. Por lo demás, puede volver para preguntar alguna duda que tenga. Aquí tiene el alta, le dejo en manos de su familia.- Miro a mi padrastro mientras me entrega el alta.- Y me la cuidan bien, no quiero verla por aquí en una temporada.

Se despide y sale por la puerta. Me levanto despacio, cojo mis cosas y me meto en el baño para prepararme acompañada de mi fiel hermana, Freya quiso entrar conmigo por si acaso.

-Amaris... El tal Kevin... ¿No se te hace familiar? Quiero decir, me recuerda a alguien pero no sé a quien.

-La verdad es que sí, pero ya iremos buscando respuesta a todo, tiene pinta de que pasaremos mucho tiempo todos juntos.

Helium: Corazón tocado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora