Solo tú, solo yo

Resbalando (ella)

El lunes es normalmente el día más tedioso de la semana, pero este lo superó ampliamente.

Lo llame muy indignada:

-Hable.- Respondió el muy miserable al teléfono.

- Hola Pinocho

-Hola ¿Amanda?

- Creo que dadas las circunstancias, y con eso me refiero a que ahora somos amigos me podes decir Amy.

-Aha

-Y como somos amigos tengo derecho a decirte que ¡ARRUINASTE MI LUNES! Normalmente solo paso el lunes con trabajo extra acumulado del fin de semana, pero ahora tengo que agradecerte el hecho de que tuve que matar a un tío abuelo que por cierto no existe. Mi abuelo, así como mi padre y yo somos todos hijos únicos. También que en un mismo fin de semana tuve que combinar la pena de un tío muerto con el jolgorio de una fiesta de compañeros de escuela irreales, creo que no te dije que estudié en mi casa.

-El fin justifica los medios.

- No me vengas con frases hechas, y anda pesando en como vas a compensarme.

-¿Compensarte?

-MMM y ya sé cómo.

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¿Estás listo? Le pregunté dudando de que le fuera a gustar mi idea.

Con vos ya no sé qué pensar-respondió inseguro, ya que tenía los ojos vendados-  y la verdad es que no entiendo porqué tengo que hacer esto.

Es simple, -refuté- la amistad se basa en pasar tiempo juntos, compartir cosas y, como soy yo la que tengo que ir mañana a la cena con tu familia pensé que merecía una pequeña compensación. A la cuenta de tres abrí los ojos. 1, 2, 2 ½, 3

 Abrió los ojos y no pude leer su expresión, por un momento temí que saliera corriendo pero, por el contrario, se le iluminaron sus ojos y me miró con malicia fingida.

-¿De verdad vamos a patinar sobre hielo?

-Sip, considero que esta es una actividad que solo se puede hacer de a dos para que sea divertida. Y mejor si nadie te ve caer, asi que pensé que con este lunes tan lluvioso nadie vendría y la pegué.  

-Así que tenemos la pista para nosotros solos.

Asentí enérgicamente.

-Y… ¿qué estamos esperando?

Sin pensarlo dos veces fuimos corriendo a ponernos los patines y recorrimos la pista golpendonos en cada oportunidad que teníamos.

Cuando ya teníamos la parte trasera suficientemente mojada y unos cuantos moratones en nuestro haber decidimos irnos, pero como la lluvia era muy intensa decidimos esperar en la cafetería a que parara.

-¿Puedo preguntarte de qué trabajas exactamente?- dije con miedo mientras saboreaba mi latte de chocolate.

-Soy fotografo profesional, hago algunas exposiciones y cuadros paisajistas, en otra época me dedicaba a fiestas y eventos, pero hace un tiempo que lo dejé.

-¿Por?

-Como decirlo…las bodas, nacimientos me recuerdan lo que no voy a tener. Y nadie quiere a un fotógrafo deprimido y llorón en su fiesta.

-¿Tenés algunas fotografías para mostrarme?

-Si tengo mi estudio a algunas calles de acá, después podemos ir.

-Te agradezco pero tal vez otro día, de verdad necesito cambiarme y volver al trabajo, mañana no voy a poder hacer horas extras, tengo una cena con un amigo y su familia tal vez lo conozcas. Es buena gente, medio pesado a veces pero buen amigo al fin.

Su risa sonó estruendosamente en todo el local. Y le acompañé con la mía.

-Tenés una risa muy contagiosa- dije avergonzada- creo que mejor nos vamos aprovechando que paró la lluvia.

-Me parece bien, tengo que ir a cambiarme antes de enfermarme. Entonces mañana paso por tu trabajo a las 8 y vamos a la casa de mi hermana.

-Está bien, ¿me visto formal o casual?

- Como más te guste, es solo una cena.- Dijo sonriendo

Y salí corriendo antes de que siguiera mirando su sonrisa como una tonta. Siendo sincera, hace mucho que no me divertía así pero es chico está bastante deprimido, y no me gusta el humor negro pero la verdad es que competir con una muerta es competencia desleal.

Sacudiendo mis pensamientos me dispuse a llegar lo más rápido que podía al trabajo. Me esperaba una semana larga.