Fotografía (él)

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Al salir del café observé la calle mojada por la lluvia, el cielo despejándose y a Amy corriendo por la vereda. Y eso me motivó a hacer algo que desde hace mucho no hacía, tomé mi mochila y saqué mi cámara fotográfica y gatillé. Era hermoso, y recordé lo que se sentía capturar momentos únicos.

Me dio vergüenza admitirle a Amy que hace mucho que dejé la fotografía, mi musa inspiradora Isabella se había esfumado y era por ella y para ella que sacaba fotografías. Apuntaba a lo que quería que ella viera, la fotografiaba a  ella cuando podía. Es estudio estaba tal cual lo dejamos la última vez que fuimos, mi hermana iba de vez en cuando a limpiarlo y lo mantenía gracias a la ayuda de mi familia.

Lograr sacar la cámara fue un gran avance para mi aunque Amy nunca lo sepa. No planeo seguir con esta amistad por mucho tiempo.

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El martes por la noche llegó demasiado de prisa para mi gusto, la verdad es que cada vez que pensaba en lo que estaba a punto de hacer se me revolvía el estómago. No me gusta engañar a mi familia pero esto es un mal necesario.

Me quedé sentado esperando en la puerta del trabajo de Amy nervioso imaginando los reproches de mi familia si descubren la verdad. Cuando golpecitos en la ventana me sobresaltaron haciendo que mirara y me encontrara con la brillante sonrisa de Amy, ¿Cómo hace para sonreír así todo el tiempo?

-Holis- dijo y se subió de un salto al auto- ¿qué tal tu día? El mío fatal.

-Supongo que bien.

-Espero no estar muy formal pero es que fui a casa al mediodía me duché y cambié pero se me hizo tarde para volver.

-Estas bien, estas…eh..lin…bien, estas bien- tartamudeé

-Gracias o voy a tomar como un cumplido, ¿vas a arrancar o el auto se murió? Digo…se…este…paró.

-El auto está bien y no hay problema con que uses la palabra murió, muerto, etcétera

-¡Menos mal! –respondió notablemente aliviada

El resto del camino continuamos en silencio, creo que ella también estaba nerviosa, constantemente se mordía el labio y tomaba aire como para comenzar a decir algo pero antes de empezar se mordía nuevamente el labio inferor y miraba por la ventana. ¡Qué ganas de tomarle una foto!

Antes de que mis pensamientos me llevaran a donde no quería llegamos.

Al entrar a la casa, mi sobrino se abalanzó sobre Amy dándole un abrazo y un sonoro beso en la mejilla.

-¡Qué bueno volver a verte! Espero que mmi tío te haya tratado bien, si no se las va a tener que ver conmigo- Me amenazó Blas.

-¡Hey!- resoplé- se supone que sos MI sobrino, me tenés que defender a mí, no a una desconocida.

-Cualquiera que pueda aguantarte más de dos días es digna de nuestra defensa- intervino Laura mientas corría a Blas para abrazar y saludar a Amy.

Tomé a Amy por el brazo y la guie hacia la cocina donde mi madre estaba cocinando, la verdad es que no fue el mejor recibimiento pero sé que para ella todavía es difícil aceptar lo que pasó. ¡No yo! Ceo que “lo que paso” se está convirtiendo en una frase de moda.

Mi papá estaba sentado frente al televisor, se presentó con Amy con una gran sonrisa y deseándole suerte. Amy me miró desconcertada, yo levanté los hombros y la mire extrañado también. No entendía a que se refería mi papá, pero no faltó mucho para que lo entendiera.

Solo tú, solo yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora