Capítulo 2: Monólogo pretérito

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Se supone que me contaría solo su historia con Douglas no desde el momento de su nacimiento no deberías quejarte es interesante aunque no muy agradable su infancia y juventud han sido más difíciles que la tuya y eso que tú te quejabas de que te castigaban por tocar en bares junto a Subterfugio oh Subterfugio Vince y Eduard y Jack y Thomas tocando canciones de rock mi guitarra demonios mi guitarra se quedó en casa con toda esta confusión te imaginas a un zombi tratando de tocar la guitarra es algo de los más gracioso Thomas no se te ocurra reírte por esto enfrente de Kimberly es increíble que su padre pueda ser como ella dice tengo que creerle de todas maneras aunque quizá solo estoy buscando subterfugios para evitar enfadarme con ella pero de tener un padre así también hubiera huido de casa pero no de esa manera ella está rompiendo en llanto vamos Thomas se supone que tú eres un caballero estoy seguro que un abrazo no matará a nadie.

Luego de estar perdido en mis pensamientos por un rato traté consolar a Kimberly, pero no sabía cómo. No hizo falta...

―Escucha yo...no sé... ―Me besó repentinamente.
―No digas nada... ―susurró en mi oído.
―¿Qué estás...

Nuestra escena de película romántica de bajo presupuesto fue interrumpida por la aparición de una criatura a unos metros de nosotros.

―Ahora, mira esto –dijo ella.

Fue increíble y a la vez raro, volvió a besarme, sacó su arma y disparó a la criatura, sin ver, fue un disparo certero a la cabeza. Me quedé en shock, petrificado, era como ver a medusa, o mejor dicho, como que te besara medusa.

―¿Y, qué opinas de eso?
―Increíble, tienes una puntería estupenda.
―¡No me refería a eso!
―Lo sé, pero eso ni se pregunta.

Me miró, esbozó una sonrisa y me abrazó, yo solo me contenía para evitar decirle que no lo volviera a hacer. Me incomodaba la conversación, era como las fanáticas locas con las que tienen que lidiar los artistas famosos. Yo no soy un artista famoso, por eso era más incómodo todavía. Me intrigaba cada vez más, su humor era tan inestable como mi vida reciente. ¿Qué debía hacer?, ¿tomar caminos separados?, mi debate interno fue interrumpido por su voz.

―¡Oye!, ¿sigues ahí? ―preguntó.
―Sí, eso creo –respondí.
―¿Quieres dejar de hacer eso?, es raro.
—Lo siento ―Como si yo fuera el que hace cosas raras.
―Tenemos que encontrar un refugio o algo así, "Tommy". Te voy a decir así... suena mejor.
―Como quieras, ¿pero, no iremos por Douglas?
―Siento que no me estabas escuchando.
―Lo hice, solo que todavía no puedo creerlo.
―¿Y qué, me acompañas o no?, ¿o tengo que llevarte de la mano?

¿Cuánto tiempo más podré soportarla? me pone los nervios de punta el ambiente está muy callado la situación podría ser más llevadera si hubieran criaturas de distracción oh quiere hablar conmigo trataré de no decir algo estúpido así que acerté le gustaban el rock y el metal ¿ahora qué sigue? ¿En serio? solo relájate y no digas algo estúpido.

―¿Te gusta el sexo? ―me abordó.
―Bueno... yo... eh... ―titubee.― Sí.
―¿Qué pensarías si te dijera que podríamos hacerlo si me lo pides?
―Pensaría que eres una maldita loca.
―¡Eres un idiota! ―Sonrío y me dio un golpe en la cara.
―Maldita sea, mi nariz ―Mi hermosa nariz.
―¡Eso es para que dejes de tratar de seducirme!

Esta mal de de la cabeza no puedo creer que estaba llorando hace un rato por lo de Douglas y ahora acaba de golpear mi nariz y odio que me golpeen y escuela secundaria y Hans Boogle y partido de fútbol y Hans con ojo morado y Thomas suspendido, por suerte ahora tengo más control sobre mí

―¿Seguimos buscando el refugio?
―¿Y si prometes no volver a golpearme?
―No puedo prometer algo que no sé si voy a cumplir...
―Entonces no iré a ninguna parte contigo.
―Ey‚ escucha‚ lo siento, creo que fue muy brusco de mi parte.

Pesadilla ígneaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora