Pesadilla ígnea

Capítulo 12: Tenemos un plan

Kimberly se puso de rodillas e hizo un pulgar arriba‚ esa era la señal. Con un movimiento de dedos invitó a los guardias a colocarse delante de ella. En el momento en el que los pantalones de los guardias cayeron‚ por fortuna para Kimberly solo los pantalones‚ nosotros caímos sobre ellos. Unos cuantos golpes los dejaron inconscientes.

—Guardias ingenuos‚ pensé que sería más difícil —dijo Kimberly.
—¿Qué hacemos con ellos? —dijo Jerkov.
—Pues a ellos si puedes amarrarlos —respondí.
―¿Amarrarlos?, pensaba en matarlos.
―Sin muertes, Jerkov, o al menos al mínimo.
―Espero me paguen más por esto, Taylor.
—Esto puede servir —dijo Ninochka—. Mientras ustedes asechaban a los guardias noté que había una ferretería a nuestro lado... hay un montón de cinta ahí dentro.

Llevamos a los guardias a esa ferretería que mencionó Ninochka‚ los desvestimos y los cubrimos completamente de cinta‚ todo menos la nariz‚ claro. Luego los sentamos en unas sillas y volvimos a darle vueltas a la cinta para unirlos con estas.

—Alcanzaron perfectamente —dijo Kimberly.
—Ahora tenemos un pequeño problema —dijo Jerkov.
—¿Cual? —respondí.
—Planeamos todo esto tomando que Ninochka no vendría‚ se darían cuenta que no es una soldado así se pusiera un uniforme.
—Entonces iré por mi lado. Ellos creen que me secuestraron...
—Así fue, niña —respondió Jerkov.
—La cuestión es que fingiré que me soltaron y regresé.
—¿Como sabemos que no es para delatarnos‚ niña? —dijo Jerkov.
—Simple. Si quisiera hacerlo ya hubiera escapado mientras ustedes jugaban a golpear guardias.
—Buen punto —dijo Kimberly.
—Tampoco me gusta la idea del PAG‚ pero había prometido ayudarles. Además‚ era divertida la investigación en la base... pero ya no más...
—Suponiendo que te creo. ¿Qué harías luego de volver a la base? —insistió Jerkov.
—Decirles en dónde están, pero la información sería falsa... podría decir que forman parte de un ejército de americanos que quiere aniquilarlos‚ o algo así‚ eso haría que la cantidad de gente en la base e incluso en el aeropuerto se reduzca.
—Confiamos en ti, Ninochka —le dije.
—¿Lo hacemos? —dijo Kimberly.
—Tenemos que—agregó Jerkov.

Kimberly se cambió el uniforme del PAG. El casco era lo único que ocultaba que no era del mismo género que nosotros. No era muy convincente‚ pero era lo único que teníamos.

—Es increíble que tenga que dejar mi hermosa chaqueta de cuero para ponerme este horrible uniforme, Tommy.
—Mientras no te vean minuciosamente no se darán cuenta ―dije.
—Tranquilos‚ en el PAG también hay mujeres. Aunque son pocas. Lo diferente es que ellas llevan una chaqueta un poco más apretada y su casco tiene una especie de espacio para el cabello.
—¿Entonces como paso sin que se den cuenta? —preguntó curiosa.
—Si se dan cuenta diles que ya no habían más uniformes femeninos. Eso les pasa a las pocas mujeres en la base... esos uniformes escasean.

Salimos de la ferretería con la vista de los guardias retorciéndose en las sillas‚ sabían que habían fallado en su misión. Ninochka se desvió en una esquina donde Jerkov dijo que había guardias para dar inicio al plan.

—Nosotros volveremos por la entrada del estacionamiento. Ahí no hay vigilancia... ahora largo, niña. —dijo Jerkov.
—¿Gracias?—respondió Ninochka.
—Caminen tranquilos, no levanten sospechas. —ordenó Jerkov.

Los tres caminábamos en paralelo por la carretera hasta que vimos a un grupo de guardias.

—Hey‚ necesitamos ayuda— dijo Jerkov.
—¿Cuál es el problema? ―dijo un guardia.
—Unos revoltosos tiraron las armas de mis compañeros a una alcantarilla. Los maté yo mismo por hacer eso... pero necesitamos otras...
—Ivanov tiene su camioneta en el patio de atrás‚ él puede llevarlos. Esto sería más simple si tuviéramos radios en vez de estos tontos wordlies.
—Pero ya sabes lo que opina el jefe sobre todo eso.
—Cierto —dijo el otro guardia—, síganme.