Pasaban los minutos y el esfuerzo de Dave no daba sus frutos‚ decidí intentar yo‚ pero tampoco funcionó‚ pensé que esta cruzada había sido en vano‚ volveríamos sin ningún tipo de gloria.
—Bueno‚ es hora de la retirada —dijo Jerkov.
—Y yo que quería ver qué hay detrás de esa puerta —dijo Jimmy.
—Pues perdimos —agregó Dave.
—Será volver —dije apenado.Dave, Jimmy y yo nos dirigíamos a la escalera cuando Kimberly comenzó a jugar con el panel numérico.
—¿Que tan difícil puede ser? —decía ella.
—¡Vámonos, Kimberly! —dije.
—¡Lo logré!‚ ¡lo hice! —gritaba de alegría.Volteamos todos a ver y en efecto la puerta se había abierto por unos momentos antes de cerrarse.
—¿Kim‚ como lo hiciste? —dije sorprendido.
—No lo sé‚ solo puse mi cumpleaños...
—Vuelve a poner ese código ahora —dijo Dave impaciente.La amante de las armas volvió a teclear el código y en unos segundos ya estábamos dentro, pude notar que estos eran 2, 9, 0 y 1. Entonces el cumpleaños de la señorita Hunter era el 29 de enero. Encontramos otro pasillo‚ no era tan extenso; al final de este, otra puerta‚ una de las comunes para fortuna nuestra.
—Chicos, deberíamos estar alerta —dijo Kim.
—Claro —le respondí— a la cuenta de tres... 1... 2... 3!Entramos todos intempestivamente por esa puerta‚ mi cabeza casi estalla de la sorpresa‚ este era el lugar‚ este era el laboratorio‚ lo sabía por las criaturas que descansaban en cápsulas que contenían una especie de líquido. Esto parecía cada vez más una película de ciencia-ficción.
—Maldita sea... ¿qué demonios es esto? —dijo Dave sorprendido—. ¿Les disparamos?
—No creo que sea buena idea —agregó Kimberly.
—Deberíamos irnos ya‚ no vaya a ser que esas cosas se salgan de su cápsula —dijo Jimmy algo asustado.Pero eso no satisfizo mi curiosidad. Había una enorme habitación repleta de cápsulas‚ hubiera querido que mi tío Max estuviera aquí‚ le habría encantado el lugar‚ "se los dije", hubiera dicho él. Al final del enorme salón de cápsulas había una puerta‚ me dispuse a cruzar por ella.
—Espera‚ ¡no sabes que hay por allá! —Me advirtió Kimberly.
—Otra pista —dije convencido.Puede notar que los demás me siguieron sin dudar. Con una patada abrí la puerta. Ahí estaba‚ el cerebro detrás de todo esto‚ un hombre de unos 45 años‚ vestido con un traje de laboratorio y con un bastón en la mano derecha. Su rostro me recordaba a la gente del PAG. «Rayos, también es ruso», pensé.
—¿Quién eres? —dije.
—Oh‚ creí que nadie llegaría hasta aquí‚ mi error‚ permíteme presentarme, joven‚ me llaman el Doctor G.
—¿Por qué haces esto? —dije asombrado. Mis compañeros le apuntaban al doctor con sus armas.
—¿Riqueza?‚ ¿locura?, ¿poder? Te aseguro que no es ninguno de los tres‚ es algo más complejo‚ muy complejo... No entenderías que yo soy el bueno aquí.
—Eres un maldito loco —dijo Kimberly.
—Puede ser —respondió—, pero esos son los que cambian al mundo‚ ahora tengo cosas que hacer —giró hacia el monitor que estaba a su espalda y tecleó algo.
—¡Vendrás con nosotros, pendejo! —dijo Dave.
—No lo creo... —Tenía una mirada soberbia.Nos tenía donde quería‚ arriba de nosotros había una especie de tubo‚ por el cual se expulsó una especie de gas‚ era su sistema de seguridad‚ mis compañeros quedaron rendidos‚ y el Doctor G emprendió la huida. Al estar más adelante‚ su trampa no funcionó conmigo, lo seguí rápidamente por el pasillo contiguo al monitor.
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Pesadilla ígnea
AdventureThomas Taylor se levanta una mañana en un escenario inesperado, con sus padres muertos y su ciudad en caos. Conforme vaya avanzando en su lucha por salir de una isla repleta de aterradoras criaturas, conocerá a otros como él que le servirán de aliad...