Jungkook estaba afuera de la casa de Aegea, hasta allí lo había llevado el rastro del tritón además de una universidad y un par de restaurantes típicos de Grecia. Nada de eso le sorprendió tanto como cuando al asomarse por la ventana vio a una pulporiana retorciéndose en el suelo y tomándose el estómago mientras gemía de dolor.
Seguro se comió al príncipe tritón y le dio indigestión. – pensó con burla.
Pero luego analizo que nadie le dijo sobre que había pulporianos en todo el asunto y mucho menos híbridos.
Se apartó un poco y se recostó contra la pared de la segunda planta donde uno de los pilares lo ocultaba de los ojos curiosos y el alfeizar de una de las ventanas lo mantenía. Tomo su teléfono y vio varias llamadas de sus compañeros, tanto de la comisaria como de caza, pero le llamo la atención la imagen de unos animales de un circo de Francia, eran el ojo de muchos cazadores en el momento y por supuesto su padre le estaba obligando a ir y capturar algo para él.
Suspiro derrotado y tomo un pequeño espejo que le permitía comunicarse con lo de otros mundos.
–Dime que lo encontraste– dijo Olimpia al instante. – dame una buena noticia.
–Lo siento, pero no– respondió con mordacidad. – me mentiste sobre esto, dijiste que la única criatura por aquí era tu hermano tritón, nunca hablaste de pulporianos.
Olimpia se quedó sin mover un musculo y levanto una ceja.
–Esto aquí apesta a esas desagradables criaturas, cualquier idiota se da cuenta fácil. Solo por eso rechazo el trato, no me voy a meter en la guerra de ustedes, preciosa. Busca a otro cazador que sea un idiota.
Corto la comunicación sin importarle nada y bajo de un salto al suelo sin tropezar para comenzar a caminar hacia su moto que estaba a unos metros de distancia.
No quería quedarse allí de todas maneras, parecía que estaban organizando una fiesta del otro lado de la casa y no quería arruinarla. Además tenía a los animales del circo en la mente que le sería más provechoso y útil que un montón de pulporianos, ellos no valían nada y su padre los detestaba.
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Seokjin seguía dando vueltas y vueltas con los nervios de punta y enojado, por primera vez en su vida se sentía enojado por no saber nada, incluso había llegado a pensar que Aegea ya no quería verlo, pero quería tenerla cerca y que se lo dijera a la cara.
–Jaden, hablo en serio baja de allí y quita esa cosa de la puerta– dijo por enésima quinta vez en el día y la respuesta del demonio fue la misma, ignorarlo o decir las palabras de su amo. Eso lo enojaba más. – o vuelve a poner las ventanas en su lugar.
El pelirosa tomo una de las almohadas de la cama y comenzó a lanzárselas.
– ¡Oye! ¡¿Qué te pasa?!
Seokjin lo ignoro y siguió lanzándole cualquier cosa que encontrara haciendo que se moviera en el techo de un lado a otro esquivando los objetos.
– ¡Deja de hacer eso!
– ¡Déjame salir entonces!
– ¡Ya te dije que no!– grito Jaden exasperado antes de que un jarrón le cayera justo en la cabeza haciéndolo caer al suelo con la mano sobre la frente.
Seokjin se sintió mal por un segundo pero luego vio como la piedra enorme desaparecía por unos segundos y no dudo en salir corriendo hacia el pasillo y bajar las escaleras que lo llevarían a las calles de Atenas, pero estando allí se quedó paralizado, no sabía dónde estaba o como llegar a casa de Aegea.
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En las profundidades (Saga Paranormal #1)
FanfictionAegea no tenía más que un par de recuerdos felices en su vida, eran tan pocos que podía contarlos con los dedos de sus manos. En cuanto a recuerdos malos tenia demasiados, tantos que a veces olvidaba algunos, pero tenía un recuerdo que la había marc...