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El día siguiente Aegea se sintió extraña al no tener a Seokjin a su lado, aunque su preocupación seguía allí y más con lo que ella le había dicho en su arrebato de ira.

Miro su cuaderno de apuntes a la mitad de la clase y se dio cuenta que había estado escribiendo el nombre del tritón sin querer. En un rápido movimiento comenzó a rayarlos para poder taparlos, ¿Cómo era posible que en solo tres días podía haber pasado de todo con una persona?...bueno, técnicamente no era una persona.

Sus horas académicas terminaron y en lugar de ir a su casa o a la biblioteca, decidió pasar la tarde con Gab, era la única que podría sacarle de la cabeza a Seokjin. Necesitaba olvidar todo, enterrarlo. Prefería ser una loca encerrada que una cuerda libre con conocimiento de cosas que no podía hablar con nadie.

– ¿Y dónde está tu sexy amiguito?– pregunto Gab. – tenía muchas ganas de verlo.

Aegea rodo los ojos y desvió el tema para entretener a su amiga y que hablara de otras cosas.

–Déjalo, ya no lo volverás a ver.

Gab hizo un puchero de niña encaprichada.

–Que injusto. Yo solo hable con él una vez, mientras que Brandon si tuvo tiempo de conocerlo. Aunque Brandon dijo que no le agrada del todo.

Aegea desvió la mirada para que su amiga no viera su arrepentimiento por lo que había pasado entre Seokjin y su mejor amigo.

Durante toda la tarde se podría decir que la había pasado de maravilla y se pudo relajar un poco, pero aun así sabía que tenía que decirles a sus amigos lo que pasaría con ella, tenía que arruinar el momento.

–Gab debo decirte algo.– la chica que llevaba un vestido suelto y que había estado acostada en el suelo se sentó a su lado.– bueno, es que...ayer, bueno, en realidad hace unos días me dijeron que...

Su amiga espero pacientemente, ya la conocía como para saber que a Aegea le era muy difícil decir aquello, solo tenía que dejarla para que pudiera expresarse.

–Me iré... me mandaran a un internado el sábado.

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– ¿Cuánto me pagaras por ello?– dijo Jungkook mirando a Olimpia con cierto tono de sarcasmo. – ¿Miles de dólares? ¿Un hibrido, un lobo–vampiro? O quizás, ¿Una nueva carga de armamento?

Olimpia odiaba a los tipos de hombres con los que tenía que hacer negocios, como Jungkook o Namjoon, esos que creían que el mundo giraba alrededor de ellos.

–El precio es lo que tú decidas, pero si no quieres el trabajo, lo comprenderé. – respondió Olimpia usando el mismo tono de voz que él.– puedo ir y buscar a otro cazador que si sea capaz de hacer este trabajo. Ya sabes, alguien más competente.

La sirena observo como el hombre se tensaba y apretaba los puños. Herir el orgullo de un hombre era lo que hacía para manipular a la mayoría, era simple para ella. Sonrió triunfante cuando lo vio a través de la esfera asentir.

– ¡La puta que te pario!...bien, lo haré. Pero que conste que mi precio es alto y más cuando debo mantener a la presa viva.

La mujer se encogió de hombros.

–En eso no hay problemas Jeon, el verdadero problema es que hagas lo que yo te diga. – Jungkook levanto la ceja esperando a que Olimpia terminara de hablar. – no solo quiero que lo atrapes, quiero que lo tortures. Sera su castigo por lo que hizo.

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Aegea volvió a su casa a la hora de la cena. Se sentó junto a su madre en completo silencio, como siempre. Nunca hablaba cuando ambas se encontraban solas, pero cuando sus abuelos estaban era diferente. Ellos siempre buscaban que ambas hablaran así fuera poco.

En las profundidades (Saga Paranormal #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora