Capítulo 1: Viaje a Canadá

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Después de varios años cuidando de Ren y haciendo que se acostumbre a su nueva familia; tenía que dejarlo al cuidado de Aki, Shima y por supuesto de Mikiko. ¿La razón? Simple, mi madre me había pedido que me hiciera cargo del cuidado de una niña que acaba de "adoptar" de unos ocho años de edad. Sé que mi madre no es la clase de mujer que anhele tener un hijo o hija o un infante que mantener; como en el caso de Ren, ella se encargó mientras que legalmente Ren era hijo de los Kaidou y espero y no ocurra lo mismo en este caso; tener que cuidar de alguien más y que peor, sea una mujer; es difícil.

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Después de esas agotadoras nueve horas con veinte minutos en el avión; por fin había llegado a Canadá; como ya era costumbre, Rob allí estaba con la apariencia tan característica de él; sonriente y vistiendo una camisa a cuadro con unos pantalones oscuros.

- Bienvenido a Canadá Haru; hace años que no te vemos por aquí. - Mencionó Rob sonriendo mientras me abrazaba.-

- Lo sé, ¿Cómo has estado? - Contesté mientras nos dirigíamos a la salida del aeropuerto.-

- Bien, han pasado tantas cosas que no sé cómo contarlo todo de aquí a que lleguemos a casa de tu madre. - Dijo mientras me ayudaba a subir mi equipaje al auto.-

- Bueno, en ese caso lo mejor es descansar e ir por la noche a casa de mi madre ¿Te parece? - Sugerí al ver lo emocionado que estaba Rob por querer contarme todo.-

- Bien, conozco una cafetería cerca de aquí; sube al auto y vayamos en marcha.

Nos dirigimos a la cafetería que comentaba Rob, por suerte no había mucha gente y se podía charlar con tranquilidad. Había pedido un café americano blanco y Rob un café con leche.

Mientras esperábamos nuestro pedido nos fuimos a sentar en una mesa alejada para poder charlar con más tranquilidad y confianza.

- ¿Y bien? ¿Qué es lo que tenías pensado contarme? - Dije mientras me sentaba.-

- Bueno, supongo que ya sabes que tu madre adoptó a una nueva niña ¿No? - Dijo mientras que lo contaba se sentaba.-

- Sí, es raro que haya adoptado a una niña. - Dije intentando adivinar cuál sería la noticia.-

- Lo sé, yo tampoco lo podía creer; lo de Ren fué una completa sorpresa pero ésto es completamente diferente. De verdad parece que a tu madre le agrada la idea de tener un infante a su lado.

- Lo dudo, sé que debe de sentirse sóla pero ella no es capaz de cuidar a un infante a no ser que esté involucrado dicho infante en mi familia. - Contesté queriendo llegar al punto.-

En ese instante, llega una señorita y nos entrega nuestro café.

- Gracias, bueno como decía; mi madre ella es ¿Cómo decirlo? Esa clase de mujer que ahora se creen emprendedoras y que no necesitan ser madres para lograr su felicidad. - Dije mientras me imaginaba a mi madre en un trono o haciendo alguna pose rara demostrando poder y no pude evitar asustarme.-

- Bueno, recordemos que tú madre es la mejor escritora que hay y te lo aseguro, su trabajo de labor de madre es increíble y de hecho aquella niña se parece a tu madre en personalidad y carácter y curiosamente tiene un tono muy parecido a tus ojos. - Comentó Rob bastante feliz.-

Decidí, tomar un sorbo a mi café mientras me imaginaba a aquella niña con aquellas características; pero lo único que me generaba era inconformidad. Mi madre adoptiva y mi madre biológica siempre se han guardado secretos y hasta hoy en la actualidad lo siguen haciendo aún cuando mi madre adoptiva esté muerta. Eso es algo que siempre me a disgustado de ambas, que ambas logren que me sienta presionado y termine aceptando sus tratos.

Podía apostar todo los granos de café que hay en mi cafetería a que aquella niña que mi madre cuida, tendría que hacerme cargo de ella en un futuro y que podría formar parte de los Kaidou.

Tuve muchos problemas con Ren y volver a lo mismo y ahora que sea una niña, me preocupaba demasiado; los niños no son tan complicados como las niñas que necesitan de muchas necesidades. De verdad que estaba preocupado.

- Haru, al ver tu rostro puedo ver qué te preocupa la niña ¿No? - Dijo para después darle un sorbo a su café.-

- No te puedo mentir Rob, estoy preocupado de que podía pasar si me hago cargo de una niña en una casa llena de hombres. - Dije mientras me frotaba la frente estresado.-

- No debería de ser estresante, te aseguro que esa niña no es como Ren; aquella niña es muy tranquila y sabe controlar sus emociones fácilmente; a tu madre no le a causado ningún problema, al contrario; la niña ayuda a tu madre en sus investigaciones y se le dan muy bien.

- Rob, sé sincero conmigo y dime si aquella niña forma parte de la familia Kaidou. - Dije lo más serio posible.-

- Eso no te lo puedo decir, desconozco por completo el orígen de ella. - Dijo apenado.-

Nuestra conversación terminó en el progreso de Ren y su adaptación en Japón y con los gemelos; después de acabar con nuestro café, nos dirigimos al auto y rumbo a la casa de mi madre.

Recuerdo muy bien cuando llegué a conocer a Ren, pero en este caso no me siento emocionado como en aquel entonces; siento mucho estrés y una preocupación que me hace ahogarme por dentro.

Después del largo camino, llegamos a casa de mi madre; ya era de noche y teníamos que entrar rápidamente a casa por el fuerte clima helado que hay por las noches.

Una vez que entré, el lugar estaba muy callado; ni mi madre y ni la pequeña se encontraban en la sala de estar.

- Haruko, ¿Te encuentras en casa? - Comentó Rob mientras se quitaba el saco y lo colgaba en el perchero.-

- Estoy en la habitación de Ren. - Dijo mi madre mientras asomaba la cabeza para que la pudiéramos ver.-

Si mi madre se encontraba allí, sólo significaba una cosa; allí estaba alguien y ese alguien se había convertido en el dueño de la habitación de Ren.

Cuando decidí entrar, en aquella cama se encontraba una niña durmiendo profundamente.

Cuando la ví, mi corazón empezó a latir fuertemente ¿Qué es esto que siento?

Los Kaidou (Haru & tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora