Capítulo 9.- "partida".

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Todos estaban parados en una habitación con objetos antiguos, los padres debatían quien debía acompañarlos.

— ¡Hace mucho que no veo a mi hijo!-grito agustina. —yo debería ir.

—Yo tengo que cuidar a mi hija y a un licántropo.-hablo Luis.

— ¡Mi hija tiene el don de la muerte y necesita mis cuidados!-agrego verónica.

— ¡Mi hijo es un genio!-debatió Fabián. —y tengo que evitar que valla a coquetear con los animales. -hablo entre risas. —aunque pensándolo mejor, que mi esposa vaya.

Tenían que decidir rápidamente, era ahora o nunca, tenían que trasladarse por un traslador, aunque en el caso de Amelia, ella se podía aparecer.

— ¡BASTA!- grito el profesor. — yo iré, yo se mas del don que lo que tú sabes verónica, yo sé cómo tratar con un hombre lobo, y no creo que Matt sea tan feo y que no pueda coquetear con una chica normal y lo tenga que hacer con los animales, y si no quieres que se le acerquen a tu hija, estará su primo, Alex, Matt y yo, además nosotros cuatro somos capaces para cuidar a dos señoritas.

—No necesitamos a alguien que nos cuide el trasero.- replico entre susurros Emma, pero bastantemente audible.

—ni me lo digas.-contesto su amiga enfadada.

—diez minutos nos queda.- informo Dan.

—Está bien. - dijeron los padres de acuerdo.

Los chicos se formaron ante una muy antigua televisión, primero estaba Emma, luego Amelia, a continuación, su mellizo, le seguía Alex, y terminaba en Dan, básicamente estaban formados por estaturas.

El profesor les dio unos polvitos que parecían las cenizas que quedan en el comal después de haber sido utilizado.

—Amelia, esto se te va a ser muy fácil a ti, pero quiero decirles a los demás que si no lo hacen bien, se perderán en el espacio... para siempre.-comenzó el profesor. —lo que todos tienen que hacer es meter la mano derecha (que contiene los polvitos) en la televisión, cerrar los ojos y pensar en el lugar, en este caso sería el planeta Esmeralds.

El planeta Esmeralds, es 16 veces más grande que el sol, y los Esmeradoides (los habitantes) son pocos a comparación del tamaño del planeta, aunque ellos cuentan con una monarquía, son los que invitan a los demás planetas (de nuestra galaxia) para un torneo "amistoso" para hacer alianzas nuevas.

Los chicos siguieron las instrucciones que les había dado el profesor, siguieron el orden en la cual estaban formados, para utilizar la "televisión" que los haría aparecerse en un lugar.

(...)

—Bienvenidos, los Esmeradoides estamos muy felices de su estancia aquí.- se acercó a ellos una muchacha rubia, muy maquillada y de falda no tan larga (pero que era su uniforme). —ustedes deben ser del planeta tierra, díganme ¿aun bailan rock?

—vez, por eso no me gusta ser rubia.- le susurro Emma a su amiga.

—Ya no tanto.- le informo Dan a la rubia que tenía enfrente.

—Mmm... que mal, me gustaba tanto su música.- dijo la rubia haciendo un puchero. —yo les daré un pequeño recorrido sobre donde se instalaran, como sus habitaciones, que espero no les moleste compartir entre ustedes mismos.

—Cómo crees. - contesto Matt coqueto. — ni nos molesta.

La chica rubia les mostraba y hablaba de los lugares en los que pasaban, mientras que ella los conducía hacia un edificio, no tan alto, y con unas palabras en rosa que decían "P. tierra".

—Este es su edificio, tienen tres habitaciones, una cocina, un comedor, una sala de videojuegos, un gimnasio, y una sala para descansar.- informo la rubia. —por cierto, me llamo ky, y les aseguro que tendrán lo necesario aquí.

—un gusto Ky. - hablaron las chicas malhumoradas.

—Aquí tienen un mapa y algunos folletos.-les dijo entregándoles los folletos. —nos vemos en el torneo.

—bueno chicos, es mejor que se pongan a desempacar. - dijo el profesor entrando al departamento.

(...)

Amelia se encontraba sentada bajo un árbol, analizando todos los cortes de su muñeca izquierda. Algunas ya habían cicatrizado, algunas aun no del todo.

—Más te vale que tengas una buena excusa para eso.- escucho la voz de Dan a sus espaldas.

—el don saco mis peores demonios internos.

— ¿a qué te refieres?

—Todos tenemos demonios internos.- explico Amelia. — algunos los tienen bajo la máxima protección, y otros los dejan libres.-suspiro cansada. —el don los dejo libres, el don los soltó. Y cuando quieren cicatrizar los cortes, el don me hace abrirlos, tu abuelo... el profesor Beto, me dijo que bloquee el don, ya que por eso no desaparecen las cortadas.

—No estás sola.- dan la había abrazado en ese instante. —yo estaré aquí, cuidándote.

—Gracias Dany.- su compañero bufo.

—Dany es para las chicas, y Dan es para los chicos.- la miro molesto para después lanzarse una carcajada.


#1.0 El Torneo de los Planetas. De la saga: El Don de la Muerte.® (En Proceso).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora