Lust for life

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— Acabo de salir de una relación, aún no me recupero. Me sentí una idiota diciéndole te quiero, ella solo sonrió y se quedó abrazada a mí — se quedó mirando al vacío — todo ha pasado muy rápido con ella, sé que lo único que quiere de mi es dinero y sexo, es solo una niña.

— ¿Y tú estás dispuesta a dárselo? ¿Estás dispuesta a arriesgarte a caer de nuevo en un abismo por ella?

— Ya se lo estoy dando, le ofrecí todo lo que tengo, pero además le he dado una parte de mí que juré que no volvería entregar. Ella fue clara en decir que no dejaría su trabajo, porque esto terminaría y cada una volvería a su vida...

Emma estaba abatida confesándose con su psicólogo, había retomado su terapia al sentirse dominada, nuevamente, por aquellas fuerzas más poderosas que ella.

— ¿Qué creen que sea más delicioso? ¿el tiramisú original de café, o el de chocolate? — preguntaba intrigada a sus amigos Regina, mientras se comía una galleta.

— Querida, es una galleta barata lo que estas comiendo ¿lo recuerdas? — se burló August.

— ¡Idiota! déjame fantasear, tengo unas ideas estupendas para unos postres — le lanzó una galleta furiosa.

— Chicos, hoy Philip pedirá mi mano para que seamos novios, ante mamá y sus padres — interrumpió la banal discusión Hope.

— ¿Qué? — Gritaron sus amigos.

— Philip quiere que hagamos las cosas bien — confesó nerviosa.

August y Regina no pudieron evitar echarse a reír escandalosamente. Philip y Hope llevaban meses saliendo, no se habían dado ni un beso, ahora harían un espectáculo ante sus padres para poder iniciar una relación.

— ¿Tu madre va a cocinar? — fue lo primero que preguntó la morena, para no seguir haciendo sentir mal a la rubia — digo, porque no tienen cocinera.

— Claro que no, qué vergüenza Gina, pediremos la comida, mi madre cocina fatal — exclamó divertida la rubia.

"No te preocupes Hoppy, yo le voy a enseñar a cocinar delicioso a mi señora Swan. No tendrá talento en la cocina, pero entre mis piernas es una maravilla" — pensó Regina.

Llegó la hora de la cena familiar, Philip y Hope estaban sonrientes en la mesa uno frente al otro, mientras Emma, Aurora y Philip padre, conversaban acerca de la época universitaria.

Emma a pesar de ser una mujer de pocos amigos, se llevaba bastante bien con los padres del jovencito que pretendía a su hija.

— Padres, señora Swan, ha sido una velada muy agradable, pero el motivo por el cual queríamos compartir este momento con ustedes, Hope y yo, es para decirles que estamos enamorados y... — el muchacho observó valiente a los ojos a Emma, que estaba con el rostro serio sin saber que decir — señora Swan, quiero pedirle su autorización para ser novio de Hope.

La rubia tomó su copa de un solo sorbo con el rostro confundido. No sabía que decir, se le vinieron de pronto flashes desde que su hija era una bebé, le dio nostalgia saber en qué situación estaba.

Sintió una punzada en el alma al saber que tenía que enfrentar ese momento sola, no tenía una mano que apretara la de ella, una mirada que le diera seguridad, una sonrisa cómplice que le hiciera saber que todo estaba bien, que era normal, que lo hijos crecen y se enamoran.

— ¿Mami, estás bien? — chasqueó los dedos en su cara Hope.

— Ehh... sí, sí, estoy bien solo un poco impresionada, discúlpenme — se limpiaba unas lágrimas que empezaban a descender en sus mejillas.

SEÑORA SWAN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora