Hola chico lindo

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N/T): Blanca aquí de nuevo, No se desesperen, la historia puede empezar un poco tediosa pero prometo se ira poniendo mejor poco a poco, algo me dice que no será una historia corta.

Disclaimer: Los personajes son totalmente de , no me pertenecen, yo solo los utilizo para cumplir mis fantasías de fujoshi..

...

-Una historia, una verdadera, puede curar tanto como la medicina.

-Eben Alexander.

...

-¿Qué hiciste qué?- Hanji estaba sentada en la oficina de su amigo mirándolo con sorpresa.

-Fue para que se acostumbraran cuatro ojos- Se defendió dándole un sorbo a su té.

-¡Son chicos de primer ingreso Levi!... eso fue muy cruel- Le miraba con los brazos cruzados negando con la cabeza.

-Tch... más vale pronto que tarde-

-Una cosa es que aprendan a diferenciar los órganos, pero no de un cadáver que ya se está pudriendo y luego te atreviste a comer frente a uno... y me llamas a mi loca- La castaña rio por el humor cruel que su amigo tenia.

-El mocoso no cedió... estaba seguro que vomitaría o se desmayaría o las dos- Miraba fijamente su taza con el ceño fruncido.

-¿Él es el chico al que quieres hacerle la vida imposible por lo de su padre?- Lo miro con ambas cejas levantadas y este solo le rodo los ojos –Eso es demasiado infantil hasta para ti... el chico no hizo nada- le defendió.

-Te meterías en tus propios asuntos loca, ¿no tienes que regresar a jugar con virus y bacterias?- El mayor comenzó a tomar sus cosas para salir de su oficina.

-Ya Levi no seas tan rudo con ellos, en la universidad nadie te hizo algo así y menos en tu primera semana- Escuchaba decir a la castaña detrás de él, decidió ya no contestarle y salió de la oficina dejándola sentada.

Se maldijo internamente, pues la mujer lo había hecho sentir como si fuera un monstruo, suspiró pesado intentaría remediar eso la próxima clase, de camino por los pasillos escucho unas arcadas sonoras, se giró para ver que venían del anfiteato, coloco las manos en las sienes y cerró los ojos con fuerza, caminó hacia el salón con la idea de encontrarlo con el desastre de ese sonido, deslizo la puerta y un olor a limpiadores le invadió, no pudo evitar sonreír mirando todo el lugar, escucho otra arcada y miro debajo de él, ahí estaba Eren de rodillas vomitando sobre un bote, lo miro fijamente hasta que el chico levantó la vista mirándolo, se pedio en esos ojos verdes que estaban cristalinos por el esfuerzo, unas lágrimas pequeñas se formaban y estaba sonrojado con la boca entreabierta con restos de vomito en sus comisuras, se le hizo simplemente perfecto, se le quedó mirando por unos segundos perdido en un mar verde, hasta que notó como el castaño juntaba las cejas y lo miraba con duda.

-¿Cómo estas Jaeger?- Supo que su pegunta era estúpida pero no le dio tiempo de pensar, el chico se encogió de hombros, seguía respirando pesado por la boca, -¿Quieres que te lleve a comer algo?-terminado de decirlo el chico trago saliva y no contuvo otra arcada para seguir vomitando, el pelinegro sonrió con los dientes apretados, se quedó parado esperando a que el chico se controlara. –¿Mejor?- Eren solo asintió limpiándose.

-Creo que olor a limpiador fue lo último que pude soportar- soltó una pequeña risa y se incorporó.

-¿Seguro que no quieres algo... para el estómago?-

-No gracias, es solo que tantos olores juntos terminaron por ganarle a mi estómago- El chico sonreía apenado y seguía teniendo las mejillas sonrojadas.

-Gracias por limpiar- Levi estaba apenado, tal vez Hange tuvo razón y se excedió un poco con todos los chicos y mucho más con él.

Nota AprobatoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora