Por Favor, No, Basta.

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Disclaimer: Los personajes son totalmente de , no me pertenecen, yo solo los utilizo para cumplir mis fantasías de fujoshi..

Advertencias): No soy mucho de poner esto, pero tocaré temas sensibles, agresión física, violación, si eres sensible con estos temas sáltalos o evitar leer.

N/T): Lagrimas, solo eso les puedo garantizar, lagrimas.

...

-No existe medicina que cure el odio.

-Publilius Syrus.

...

No podía sentirse más feliz en su vida, Levi era todo un sueño para él, le costaba mantenerse al margen para que sus amigos no notaran que estaba saliendo con su profesor, el primer ciclo estaba por terminar y moría por que las vacaciones llegaran para pasar largo rato con su nuevo novio, aún no aclaraban nada sobre la extraña relación que llevaban y no han vuelto a estar juntos de esa manera después de ser sorprendidos en el salón de clases por la Doctora Zoe, poco le importaba, con saber que perderían su rato en su oficina platicando y besándose hasta que sus labios estuvieran hinchados.

-Te dije que te quedas con nosotros haciendo los trabajos-. Lo regañaba su amigo desde su cama.

-Relájate Ar, nada que una noche en vela no pueda hacer, iré a la biblioteca a robar un par de libros, terminaré todo y los regresare sin que nadie se dé cuenta-. Eren se cerraba su sudadera alistándose para salir.

-Si te descubre la bibliotecaria ahora si nos prohibirán la entrada-. Armin lo miró con seriedad.

-No se enterará, mañana dejaré todo en su lugar como si nada hubiera pasado-. Eren le dio poca importancia caminando hacia la salida de su habitación.

-Eren, ten cuidado-.

-Sí, si Ar, solo es la biblioteca, ¿Qué puede salir mal?-. Le sonrió tratando de tranquilizar a su amigo.

Caminó tranquilamente por el campus desierto, era increíble lo silencioso que era todo, al llegar a las puertas de la biblioteca volteo a ambos lados buscando algún vigilante que lo descubriera, sin moros en la costa abrió una puerta entrando.

Conocía perfectamente la sección que tenía lo que estaba buscando, se apresuró usando el flash de su celular para encontrar los títulos que necesitaba, sacó tres libros riendo bajito por lo que estaba haciendo, apagó el flash y guardando su celular saliendo de ahí; al girar en el pasillo donde estaba se estampó contra una persona dando unos paso hacia atrás.

-¿Reiner?, Cielos Reiner, casi me matas de un susto-. El chico se llevó una mano al pecho sosteniendo sus libro con la otra.

-¿Qué haces aquí Eren?-. Reiner se mantenía serio mirando al chico que estaba nervioso.

-Necesitaba unos libros pero ya los tengo, ahora si me disculpas tengo que irme-. Eren quiso pásalo de lado pero el atleta lo tomó del cuello.

-Eren, sabes, tengo algo pendiente contigo y ahora que estamos a solas nada me detiene a cumplirlo-. Reiner se acercó a su cara besándolo.

-¿Que.... qué haces?-. Reprochaba Eren empujando al rubio lejos de él.

-¡Ya estoy harto!... Mira Niño bonito no pienso soportar más sin poseerte-. Le gruñó el rubio mirándolo con deseo. A Eren se le heló la sangre al escuchar aquello, apartó al rubio de su cuerpo y quiso salir corriendo. -Me gusta que se hagan los difíciles-. Soltó una risa digna de un depredador asechando a su presa. Golpeo a Eren en el estómago doblándolo de dolor, tomo al castaño por las manos y lo tiro al suelo, se subió encima de él evitando que se pudiera mover.

Nota AprobatoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora