Cuatro.

8.9K 1.2K 12
                                    

Todo estaba oscuro y en silencio, ya era bastante tarde —madrugada quizá—, pero TaeHyung necesitaba urgentemente aire. Así que, sacándose las frazadas de encima y entremeciéndose un poco cuando sus pies descalzos tocaron el suelo frío, se acercó a la ventana de la habitación. Esta estaba cerrada y el vidrio se hallaba ligeramente empañado por la baja temperatura afuera. Pero no le interesó, ya que, tratando de hacer el menos ruido posible, abrió la apertura. El aire helado chocó contra su rostro, y él sonrió porque era exactamente lo que quería. Se abrazó a sí mismo, apoyando la cadera en la madera saliente.
 
   TaeHyung había tratado dormir hace horas, pero el sueño no daba inicios de llegar. Su cabeza daba vueltas y vueltas a la conversación que tuvo con el pelinegro durmiendo a metros de él. De hace tiempo que su lengua no se soltaba de tan necia forma. Después de haber relevado eso, se encerró en la habitación y no bajó ni para comer... Aunque tampoco es como si hubiera sentido hambre. El castaño comía cuando quería. Por lo tanto, mientras eso no sucedía, no ingería nada.
  
   Sintió algo moverse y quejarse a un costado. Al parecer, JungKook se había despertado. Los quejidos siguieron por varios segundos, hasta que el contrario rodó los ojos y volteó un poco su cuerpo para hablarle.
  
   —Si haces todo eso para que cierre la ventana, no lo haré —su tono de voz sonó más gruesa de lo normal puesto que estaba hablando bajo.
  
   Más segundos pasaron, y no hubo respuesta coherente de Jeon. Pero los sonidos proseguían. Entonces TaeHyung se acercó un poco para ver lo que en verdad sucedía, ya que la escasez de luz no ayudaba. Ladeó la cabeza al notar a su compañero retorcerse en la cama y balbucear. ¿Qué estaba sucediendo? No era lo que creía, ¿o sí?
  
   Se acercó un poco más, hasta que sus rodillas tocaron el borde de la cama. Entrecerró los ojos y tocó el hombro ajeno... Pero no hubo respuesta.
  
   —¿Está teniendo una pesadilla? -se preguntó en un susurro—. Debe ser una broma.
  
   Rodó los ojos por segunda vez y volvió a tocar al chico un poco más fuerte.
  
   —JungKook, despierta.
  
   Pero seguía en nada. Tae sabía que no debería meterse en esto, pero tampoco le apetecía dejarlo soñando algo inquietante y, aparentemente, feo si el podía hacer algo. Así que, después de cuestionarlo un momento, se colocó en cuclillas y se aproximó al oído del menor.
  
   —Jeon, despierta —le dijo en este.
  
   Y todo pasó muy rápido. JungKook reaccionó, pero de una forma muy torpe y con movientos aún más, provocando que uno de ellos empujara a TaeHyung y lo hiciera perder la estabilidad y caer de culo al piso.
  
   El pecho de Kook subía y baja casi de una forma violenta, no entendía qué sucedía ni su cerebro estaba lo suficientemente consciente para darse cuenta dónde se encontraba. Las lágrimas se agruparon en sus ojos, volviendo borrosa su vista que, claramente, no le era muy útil en las penumbras. Sus manos se hicieron puños y el nudo que tanto conocía se instaló en su garganta. El primer sollozo escapó de los labios secos y semi-abiertos del afectado joven. Y eso fue lo que consiguió llamar de la atención del chico tirado el en suelo que, desde que llegó ahí, se había entretenido frotando su afectada zona.
  
   TaeHyung alzó la mirada, preocupado e inexperto. ¿Qué debería hacer? ¿Acercarse? ¿Guardar silencio y permitir que el otro se liberara? Él no lo sabía. Jamás había pasado por algo similar, y, aun así, tenía la leve impresión que sería malisímo. Así que se congeló al ver las primeras lágrimas caer por el rostro de JungKook. Sí, estaba llorando y él, como un idiota, no podía formular ni una miserable palabra.
  
   Pero entonces a su mente volvieron todas esas noches de interminable llanto, y recordó lo solo que se había sentido. Fue un sentimiento horrible que no le deseaba a nadie. Así que si podía evitar que alguien pasara por eso, lo haría. Lo haría porque a él no le había agrado tener que aprender a consolarse solo.
Gateó hasta volver donde se hallaba antes de ser golpeado accidentalmente y relamió sus labios, buscando algo decente que decir.
  
   —JungKook —murmuró, mirando a la persona hecha bollito frente de él.
  
   —Déjame —soltó con la voz demasiado rota. TaeHyung lograba percibir la angustia en el pecho del otro.
  
    —No lo haré —repuso, un poco más alto—. Sé que no es de mi incumbencia, pero solo quiero ayudar.
  
   —¿Y por qué tú quisieras eso? Creí que me odiabas —aunque JungKook planeaba decir eso con un tono burlesco, le salió con apariencia dolida.
  
   El castaño lo vio atónito.
  
   —No te odio, solo no estoy acostumbrado a la... compañía —aclaró—. Fuera de eso, quiero ayudar porque cuando la pasé mal lo hice solo... Y no quiero que te suceda lo mismo. Dime qué quieres que haga y lo haré.
  
   Después de eso, solo se siguieron escuchando los sollozos de Jeon. Tae creía que eso sería una forma de decir que se alejara, pero, cuando estaba apunto de hacerlo, una mano agarró su muñeca mientras lo que pedía el otro lo desconcertaba y conmovía.
  
   —Por favor, solo abrázame. Lo necesito... Lo necesito después de todo.
 
   TaeHyung tragó en seco y mordió su labio con nerviosismo. ¿Hace cuánto no abrazaba a alguien? ¿Aún sabría hacerlo? Pero el menor estaba esperando por eso, por lo tanto, debía hacerlo aunque no supiera.
  
   Se sentó sobre el colchón y rodeó al pálido y tembloroso cuerpo. JungKook desprendía calor, lo que sorprendió al mayor puesto que la ventana seguía abierta. La grande y flaca mano de Tae bajó y subió por la espalda del otro, intentando ser reconfortable. Y creyó haber fallado en eso cuando el llanto se volvió más severo... Sin embargo, comprendió que Kook estaba soltando la mayor pena posible. Aquella que estaba incrustada hasta el fondo.

Sigiloso Tormento. •» KookV / KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora