Pierrot I - Pierrot de Smidur #Wattysawards2019

Pierrot y el Bardo

Pierrot estaba en una calurosa tarde nadando en un estanque, entre lirios, cuando un bardo lampiño entrado en años se acerca y desde la orilla comienza a tocar unos tambores. Esto llamo su atención y salió del agua. Este lo recibió con queso y vino cosa que lo puso muy feliz y se puso a comer el banquete, al terminar dijo.

- ¿Qué esperas de mi bardo que entrado en años estas?.

- Busco juventud y un talento que nunca tuve.

- Pues, deberás pagar el precio por ello, yo daré renovación a tu carne y el talento de los bardos que le cantan a la luna pero por solo diez años el cual al finalizar estos te buscare y te devorare.

El bardo acepta sin dudarlo y pregunta.

- ¿Qué deberé hacer para recibir los dones?

- En esos arbustos hay un conejo, deberás devorarlo crudo como esta y todo lo que te prometí será tuyo pero con una salvedad, solo cuando la luna este sobre tu cabeza podrás ejercer tu arte.

El bardo acepto y devoro al conejo que allí encontrara y sintió sus dones, pero el sol se le convirtió en extraño. Así como los gustos por la comida cambiaron, cada ves era mas cruda, escasa y a veces hasta viva, pero fue joven, bello y talentoso. Muchas mujeres se rindieron ante el y tuvo muchos hijos, la felicidad en esos diez años pasaron rápido y acercándose la fecha en el que el zorro parecería urdió un plan.

Finalmente llego aquella noche y el zorro aprecio.

- Ya pasaron diez años, es hora que te devore.

- Zorro, tengo un nuevo trato.

El zorro lo miro curioso y ladeo la cabeza.

- ¿Y cuál será ese?

- Te daré a mi hijo más amado para que te devores antes de que a mi y así conseguir diez años más.

Sin dudarlo el zorro acepto con la cabeza, el bardo lo llevo donde estaba el niño durmiendo y allí mismo lo devoro.

Con renovadas fuerzas el bardo camino durante diez años mas sobre la tierra pero esta vez el sol comenzaba a molestarlo y sus placeres con el alimento cada vez se volvieron mas etéreos, alimentándose exclusivamente de cerveza, vino y animales vivos cosa que no le importo ya que su renovado aspecto le dio más fama, gloria y oro que cualquier bardo que conociera, pero los diez años pasaron rápido y el zorro finalmente aprecio.

- Ya pasaron diez años y eso hora que te devore.

- Zorro, tengo un nuevo trato.

El zorro se asombro pensó y dijo.

- Dime bardo ¿Cuál es ese trato?

Te daré a mis hijos más adorados, dos niños hermosos y fuertes para que te devores y así me dejes diez años más de vida.

Sin dudarlo el zorro lo acepto el zorro fue llevado a donde estaban los niños y se los devoro.

Con renovadas fuerzas el bardo camino por la tierra, esta ves exclusivamente de noche, alimentado solamente de sangre y vino. Vivió entonces con la palidez de la luna, pero con el talento más grande de todo Smidur.

Tenía la fuerza de los tigres del norte, la astucia de los zorros del sur, más talento que los lampiños de todos los continentes, pero carecía de algo y esto era de la pación hacia la vida, cosa que no le dio más hijos y los diez años pasaron rápido y el zorro apareció nuevamente y dijo.

- Ya pasaron diez años y he venido a devorarte.

- Zorro tengo un nuevo trato.

Moviendo todas sus colas el zorro dijo.

- ¿Y cuál será ese?

- Deseo vivir para siempre en mi arte y mis placeres así que te entregare mi vida mas no mi cuerpo que permanecerá andando por la tierra cantando tus glorias. Mi trato es déjame seguir con mi arte y yo seré uno de tus mas fervorosos seguidores para alabarte con toda mi alma.

El zorro rio estruendosamente consumiendo toda la luz y el calor de su cuerpo.

- Se ve que no te has enterado, tú alma la has perdido el mismo día que entregaste a tu hijo, a tu más amado para que lo devore y ahora por tu ambición desmedida retirare mi bendición de ti pero te daré una eternidad para que te arrepientas de tu crueldad.

- ¿Ya no me devoraras?

Se ríe un poco y con desdén dice.

- Yo como carne viva no carroña, ya eres un cadáver mi querido bardo y no te has enterado.

Y así se retiro el zorro dejando un cadáver en la tierra que camina devorado desesperado la vida, juventud y arte que aún añoraba.