Un día Pierrot estaba nadando en su estanque favorito cuando un pequeño pájaro le cuenta que había visto un anillo que partencia a su antigua ciudad. Decidió salir del estanque y poniéndose la piel de lampiño y sale en su búsqueda.
Camino mucho y entre sus viajes y aventuras llego a un poblado donde había un vendedor de quesos que al lado de la puerta, del lado derecho tenía una estatua de un zorro con las patas levantadas y con señales de ofrenda. Entro curioso al lugar viendo dentro miseria, al preguntarle al vendedor porque de su situación dijo que era porque los ratones comían su queso y porque enfermaban sus vacas. Cambiando de tema el zorro pregunto por la estatua y dijo que él era de muy al sur y que allí se acostumbraban y aunque no pudo trasmitir la costumbre a su familia.
Pago por un queso y se fue comiéndolo hacia la granja del vendedor, esta vez en cuatro patas. Al llegar investigo y vio a los ratones y les pregunto.
- Porque colmaron de desgracias al dueño de esta granja.- Ellos respondieron
- Porque nadie los protege ni nos quiere.
- ¿Pero el da ofrendas al zorro? El debería servirte de señal de que esta protegido.
- El si, pero no su familia no rinde ningún culto.- Uno de ellos suspira y dice- Nadie quiere a los ratones.
El zorro pensó y les pregunto.
- ¿Si hago que con cada luna llena les haga una ofrenda de un cuenco de leche y queso lo dejarían en paz?-
- No solo lo dejaríamos en paz sino que además le colmaríamos de bendiciones.
Alejándose en tiempo y distancia el zorro entro una noche en los sueños del vendedor de quesos y en ellos, como Pierrot, le dijo.
- Si tu haces una estatua de un ratón y la pones a la izquierda de tu entrada y le das ofrendas al zorro todas las noches de luna llena con un cueco de leche y queso a cada uno, la buena fortuna te sonreirá, si no lo haces, pues seguirás con tu infortunio.
El zorro sin perder mas el tiempo siguió como lampiño su camino por la tierra.
Un año después paso de nuevo por el negocio del vendedor de queso y vio la estatuas que dijera limpias y con las ofrendas en ellas. La noche anterior había llovido y el entro muy temprano, compro un poco de queso que probándolo lo encontró delicioso y se retiro, tras el entro alguien más, el vendedor al verlo apurado le dijo.
- Límpiese los pies amigo sino ensuciara el piso.- El parroquiano rio y le dijo
Yo me limpiare pero un animal ya se le adelanto.
El vendedor bajando la mirada al piso vio impresas en barro claramente las huellas de un zorro.
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Pierrot I - Pierrot de Smidur #Wattysawards2019
FantasyEl espíritu de un niño hombre zorro muere apedreado mientras trata de no ahogarse en un puerto luego de que su ciudad cayera en asedio y cien años después vuelve como espíritu para recuperar los tesoros de su casi olvidada nación y formar un lugar d...