Pierrot y los niños

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El zorro dormitaba al lado de su estanque favorito, cuando sintió que alguien entraba en sus tierras, eran niños, un lampiño y un peludo según parecía, iría a ver.

Camino tranquilo y vio a dos andrajosos niños recogiendo hongos en el circulo de cinco piedras, se le erizo el pelaje al ver semejante cosa pero decidió manejarse con precaución.

Se puso la piel de un peludo perro, abordándolos suavemente dijo.

- Hola amigos. ¿Qué hacen aquí?

- Estamos recogiendo hongos, nuestro señor nos envió por ellos.

- ¿Su señor? Son acaso sus sirvientes nuevos.

- Sí lo somos, llegamos esta mañana.

- ¿No les contaron historias de este lugar?

- No, ninguna.

Pierrot sonrió un poco.

- Pues dicen que aquí habita un zorro maligno que se devora a la gente.

Los niños se rieron y dijeron.

- Estas de broma, un zorro no es capaz de hacer eso.

Los tres se rieron un rato.

- Bueno, al menos eso dicen las historias.

- Pues yo – dijo el peludo – Vengo del sur, donde hay muchos zorros y son criaturas nobles y buenas y no creo nada de eso.

- Si yo también creo eso. – Dijo su compañero

Una silenciosa lagrima se le cayo y le sonrió.

- Miren, conozco un mejor lugar para recoger hongos, vengan.- Y haciéndole con las manos los invito a adentrarse al bosque.

Caminaron mas y mas hasta llegar a un claro lleno de hongos y curiosamente rodeado de arboles cuyos frutos eran gemas.

- ¿Que cosas son esas? Parecen piedras.- Dijo mirando el árbol donde había enroscada una serpiente.- Y son bonitas

- Sí que lo son, si quieres, toma una.-

- ¿No me picara la serpiente?

- Si tu corazón es puro no.

El niño tomo uno y la sapiente siguió mirando la nada en el sueño de la siesta, el otro niño que lo acompañaba tomo otra y al terminar de llenar sus bolsas decidieron que era hora de volver. Pierrot, con piel de perro peludo, los saludo sabiendo que vendrían pronto y seguramente acompañados.

Pasaron unos días y volvió a sentir sus pasos, ahora con muchos hombres peludos y lampiños. Fue en su búsqueda nuevamente y vio a más de veinte hombres armados en el círculo de las cinco piedras. Uno de aquellos brutos al verlo venir con la piel del perro peludo lo tomo del brazo y le dijo.

- Tu llévanos a ese lugar donde recogieron las gemas.

- Te llevare con una condición, denme a esos niños para su custodia.

- No trates de jugar con nosotros. ¿Quién te crees para pedirnos algo?

Con un parpadeo se convirtió en Pierrot, el zorro de nueve colas en dos patas.

- Soy el señor de esta tierras.

Los brutos se asustaron y lo rodearon con sus lanzas y sus escudos.

- No pido mucho, solo quiero a los niños y tendrán los arboles de gemas.

- ¿Y que harás con los niños?

- Me los devorare.- Dijo y disimuladamente les guiño el ojo a los niños que estaban aterrados.

- Esta bien, son tuyos, ahora llévanos o quemaremos el bosque.

El se acerco a los niños y les dijo en voz baja.

- Quédense en el circulo de estas piedras y por mas que escuchen cualquier cosa no salgan de aquí, solo cuando me vean a mi podremos decidir su futuro. Quédense aquí o el bosque los matara.

Camino y se perdió de vista de los niños. Aquellos dos escucharon gritos, escucharon combate y vieron cosas espantosas arrastrase, caminar, correr y volar hacia donde estaban aquellos arboles que ambicionaban los brutos; al rato uno de ellos que acuciaba sangre en sus ojos salió corriendo por el sendero que daba al pueblo.

- Niños, ya pueden salir.- Dijo con voz tranquila- Ahora vengan, que les mostrare mi ciudad. 

Pierrot I - Pierrot de Smidur #Wattysawards2019Where stories live. Discover now