»gavin leatherwood.

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No hay nadie más

Siempre que tengo días malos me digo a mi misma “has pasado por cosas peores”, pero el día de hoy se esforzó en quebrantarme, se supone que debí haberlo pasado emocionada por volver a casa a esta hora, porque es mi aniversario con Gavin, se supone que iríamos a cenar a un restaurante lujoso y se supone que después volveríamos para que le diera su regalo con tela de seda, si es que me comprenden.

Pero nada de eso pasó, las grabaciones de Chilling Adventures of Sabrina se van a tardar más de lo esperado y Gav llegará tarde, así que se cancela la reservación, y no sólo eso, también llegará cansado, por lo que también se cancela el regalo con tela de seda.
Además, los imbéciles de mis compañeros de trabajo empezaron con su estúpida semana de novatadas, ya que llegó un nuevo interno, y hacen desastres verdaderamente horribles en el set, realmente odio a las personas.

Harta de existir, me quito las zapatillas y las aviento por algún lado de la sala de estar, voy tirando también mi suéter por las escaleras y voy directamente hacia el baño, enciendo la regadera y espero a que el agua se caliente, poco a poco voy quitando toda mi demás ropa, la falda, la blusa, el sostén y las bragas.

Empieza a sonar lentamente el ritmo de No Hay Nadie Más y me relajo... ¿Cuándo puse música?
Cierro los ojos y me concentro en que solo estoy cansada, claro que puse música, Gavin no está aquí y él apenas habla español, no entiende la letra.
Espero oír la suave voz de Sebastián Yatra salir de la bocina, pero es todo lo contrario.

Es la voz de Gavin.

Alguien toma mis hombros y susurra en mi oído, al ritmo de la canción:

Recuerdo aquel día, como si fuera hoy.

Cierro los ojos y espero a que siga cantando, con su mala pronunciación que suena tan perfecto.

No hay nadie como ella, ni siquiera me encontró.

Baja su mano izquierda desde mi hombro hasta mi mano, y me da una media vuelta para encontrarme frente a frente con él.

Recuerdo todavía la vez que la besé.

Toma mi cara entre sus manos e implanta un tierno beso en mis labios, estamos mojados y yo estoy desnuda, pero no es un beso caliente, es un beso dulce, uno de esos besos que me hacen sentir como una adolescente de nuevo, siento las tan nombradas mariposas en el estómago y cómo mis mejillas arden de rubor.
La bocina sigue tocando la canción, y él solo sigue así, con sus labios sobre los míos.

Lentamente, se separa y sigue cantando, aún con sus manos sobre mi cara.

Voy a cuidarte por las noches,
Voy a amarte sin reproches,
Te voy a extrañar en la tempestad,
Y aunque existan mil razones para renunciar
No hay nadie más.

El ritmo suena y él me ve, quiere decir algo pero no le salen las palabras, cuando estoy a punto de callarlo, habla en español.

— Dejé un espacio en la canción para tú cantaras, porque sé cuánto gusta ¿that? parte — sus frases huecas, y sus caras raras al no saber cómo decir una palabra hacen que me enamore ocho veces más. —, además, no pude apredenerme eso — suelto una risita al escucharlo decir “apredenerme”, él ríe junto a mi — ¡deja de reírte!, va la parte, ¿puedes cantarlo por mi?

Sonrío al ver su cara y tomo aire, lo miro a los ojos y canto.

Se llevó todo, se llevó tristeza
Ya no existe espacio en la melancolía
Porque a su lado todo tiene más razón,
Me llevé sus lágrimas, llegaron risas,
Cuando estamos juntos la tierra se paraliza
Se paraliza.

Ciertamente el mundo se paraliza cuando estoy a su lado, olvido todos mis problemas.

Él deja de cantar, pero a la vez lo sigue haciendo, en la grabación.

Hay algo más, inexplicable como su mirada.

Toma otra vez mi mano y nuevamente me da media vuelta, para que así mi espalda quede en su pecho, me abraza por detrás y nos movemos de un lado a otro, no puedo evitar sonreír, es el momento más mágico que he tenido en semanas, ojalá pudiéramos quedarnos aquí, en este momento, sin tener que salir, sin preocupaciones...

Inigualable como la manera en que me cela, y trata de disimular que no está mal.

Pienso en el día que nos conocimos, hace más de 14 años.
Él tenía 10 y yo 9¾, me mudé enfrente de su entonces casa. Su madre nos invitó a cenar y él en toda la noche no despegó su mirada de mi.
Jugábamos juntos, íbamos a la misma escuela y nos contábamos todo. Nunca me enamoré de otra persona que no fuera Gavin, y supongo que él tampoco, porque nunca estuvo con otra chica.

Voy a cuidarte por las noches.

Me recuerda a la vez que él se escabulló por la ventana de mi habitación porque me vió llorando debido a una de las tantas peleas de mis padres antes de que se divorciaran.

Voy a amarte sin reproches.

Gavin me invitó al baile escolar hace ya ocho años. Se me cayó el ponche en su traje y volvimos a casa cuatro horas antes de lo esperado, después de que se cambiara estuvimos viendo películas toda la noche, eran las 5:46 de la mañana cuando volteé a verlo y él ya me estaba viendo. Cuando presté atención al brillo de sus ojos él me robó un beso tan dulce que cada vez que lo recuerdo me ruborizo. Esa fue la primera vez que nos besamos. Después lo vi tan tranquilo que me dormí en sus brazos.

Te voy a extrañar en la tempestad.

Cuando Gavin se fue a Nueva York por primera vez, yo no me enteré de todo lo que sufrió por seguir sus sueños, hasta mucho tiempo después.
Tuvo un trabajo de salario mínimo horrible, no tenía nada de dinero y una vez durmió en la banca de un parque.
Y todo ese tiempo estuve queriéndolo a mi lado, justo como la primera vez, no he cambiado nada de lo que siento.

Y aunque existan mil razones para renunciar
No hay nadie más.

Recuerdo cómo nos hicimos pareja. Sin decirle a nadie, nosotros apenas lo acordamos, después de la noche en que nos besamos. Simplemente empezamos a hacerlo seguido, nos tomábamos de las manos y nos comportabamos más cariñosos de lo normal. Cuando alguien preguntaba si éramos pareja decíamos que sí, aunque realmente no me lo pidió oficialmente hasta unas semanas después, en mi cumpleaños, cuando llegó con un ramo de flores y una pulsera de hilo que su hermana le había llevado desde México, mi país de origen. Estuvo días practicando un “¿Quieres ser mi novia?” con la ayuda del traductor de Google en español. Sus detalles más preciosos los ha hecho en español, porque sabe cuánto amo mis raíces.

No quiero a nadie más, oh, oh.
No hay nadie más.

Cuando la canción termina, me siento la persona más afortunada del mundo.
Me doy la vuelta y lo beso sin pudor.
Quizás es hora del regalo con tela de seda.

—M

» one shots ; PEDIDOS CERRADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora