La casa.

32 - Todas te odian , Ted.

-¡Te lo advertí! ¡Te lo dije una y otra vez pero nunca me quisiste escuchar , Ted!

Un nudo se forma en mi garganta al escucharlo gritarme. El espacio es pequeño y doy gracias a que somos los únicos en la camioneta. Ya Harry hace mucho que no le pide a Preston que nos lleve , ahora la camioneta yo la utilizo o el como ahora.

-¡No me grites! - ahí estallo. No aguanto que me grite. Estoy demasiado sensible y odio llorar.

Me coloco el cinturón de seguridad y recuesto mi cabeza contra el asiento de cuero.

Había pasado demasiado tiempo. Conocía a Harry lo suficiente y el a mi. Sus colores favoritos son el rojo y el negro.  Ama el espaguetti. Nació aquí en Londres. No hay lugar en el mundo que no haya visitado. En dos años llega a los cuarenta. Ama el sexo. Ama las rubias pero dice que a hecho una "excepción" conmigo ya que soy pelinegra y mi piel es demasiado blanca . Su armario esta lleno de trajes negros. Odia las drogas. Es hijo único. Sus padres fallecieron hace diez años atrás en un accidente de auto.  Su deporte favorito es el Golf. Soy la primera chica adolescente que le gusta y lo último es lo más doloroso. Actualmente no ama a alguien. Eso hace que mi corazón se haga trizas.

Eh pasado todos estos meses  a su lado. Lo conozco o eso creo. Todavía hay una que otra cosa por descifrar. Es un hombre  solitario. Me encanta su forma de ser.

Es tan elegante y único. Ningún hombre se puede comparar con el.

Estoy enamorada. Si que lo estoy pero no tengo las agallas para decirlo.

-Bien bien , lo siento.

Despierto de mi trance y respiro hondo. Tengo que dejar de pensar en el. Necesito un tiempo fuera.

-No , tienes razón. - me encojo de hombros y me acomodo en mi lugar.

Recién salimos de una de las citas finales. Hoy termino mi mes número siete y estoy enorme. No me conozco.

-Los dos tenemos culpa. - se detiene en un semáforo y se voltea hacia mi. -Tu debes dejar de pedirme caramelos y yo debo ignorar cuando lo hagas. Aunque vamos a quedar que ya no lo harás ¿Entiendes? - agarra mi rostro en sus manos y presiona sus labios contra los míos.

-Si , ya parezco una bola. - sonrío y el se vuelve serio.

-No es cierto , solo son unas libras de más por el bebé pero estás tan preciosa como la primera vez que te vi.- acaricia mi estómago y comienza nuevamente a manejar.

-Si...- muerdo mi labio. -Harry...quiero...helado. - susurro lo último y el frunse el ceño sin despegar su mirada de la carretera.

-Ted...

-Lo siento. De verdad quiero.

Suelta una risita y acerca su mano libre a mi panza. Me gusta cuando hace eso. Se siente genial. Deja suaves caricias y el pequeño comienza a moverse tan rápido , parece feliz allá adentro. Feliz porque ese es su padre.

-El pequeño Jay quiere helado ¿Eh?

Veo fulminante a Harry y el suelta una carcajada. No era gracioso , odio ese nombre. Me recuerda un horroroso ex-novio.

-El pequeño Carlos. - me burlo y su sonrisa es sustituida por una fina línea.

Oh. ¿No es gracioso ahora?

-Bien , dejémoslo aquí.  - dice y vuelve su mano al volante. Bien. Ahora esta molesto.

Opto por sonreír y volver a mi mundo. Llevaba en mi vientre un hermoso bebé varón. Era emocionante , justo lo que quería. Su nombre será  Michael.