8.

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Tercera persona.

Fue horrible.

Estúpidamente horrible.

Luego de varios minutos en los que Kurt no decía nada, el rubio solo pudo sonreír mientras bajaba la cara y negaba rápidamente.

-lo siento, yo... Fue estúpido ¿si? No tienes que responder, no te preocupes, mejor olvidalo, por favor, haz como si nunca lo hubiera dicho... Por favor... - habla apresurado sin mirar a Kurt- yo... Yo debo ir... Bueno, nos vemos luego...

Prácticamente corrió luego de eso, para buscar un lugar a solas. Se sentía mal, horrible, pésimo... Patético.

Ahora no podría mirar al chico a la cara, de hecho, tenía suerte si le pudiese mirar y Kurt no le viese con asco. Asustado del odio de Kurt, Warren tomó sus cosas sin decirle a nadie y se fue. A un pueblo alejado, el más lejano al que pudo llegar, huyendo de todo y de todos...

Aunque ¿que importa? Ahora lo único que hacia Warren cada día, era beber y pelear con quien le molestase. No había vuelto a la mansión, demonios, llevaba como 4 días vagando por todos lados, la mayor parte del tiempo ebrio. Había vuelto a trabajar en un  antro de mala muerte donde peleaba por dinero, había tirado su teléfono, así que por más que Peter le había llamado, no respondió.

Esa era su vida. Su miserable vida.

-damas y caballeros, esta noche, nuestro campeón defiende su título contra una bestia del averno- habla el presentador mientras la audiencia grita- está noche, nuestro campeón, se enfrenta a Wolf- habla presentando a un tipo demasiado grande para ser normal.

-¡voy a matarte, niño!- grita el timbre apuntando al rubio.

-silencio, ahora, es momento de que entre nuestro campeón- sonríe el presentador mientras el rubio abre las alas- un aplauso para ¡Angel!

Todos gritan mientras el rubio se presenta en el escenario, Warren gritaba para alentar al público, mientras arroja lejos la botella de cerveza que traía en sus manos, ríe al ver la emoción del resto mientras se prepara para una horrible y dura pelea.

Pero como era habitual, Warren es más rápido que las bestias que traen al ring, lo que genera que tenga una ventaja... Aunque poco sirve cuando su oponente hace trampa.

En un descuido, Wolf ata sus piernas con una especie de látigo, lo cual, no le permite ni levantarse ni volar, lo cual, le hace recibir la furia del tipo.

Intenta protegerse, pero las grandes manos del animal frente a él, golpean todo su cuerpo.

Como medida desesperada, abrió sus alas tirándole lejos, para luego arrastrarlo por toda la jaula, generando quemaduras en la espalda de su oponente y en sus manos.

Warren gana, pero queda con graves quemaduras, que no tiene interés alguno de cuidar.

Esa noche le pagan, una muy buena suma por el espectáculo, y se va al bar de siempre para beber, compra lo suficiente para un par de días y regresa a la fábrica abandonada donde ha estado viviendo. No come, sólo bebé cerveza o lo que sea que tenga a mano.

Cuando el licor toca el borde de su labio, nota que tiene una herida en el mismo, pero no importa, no lo hace ese ardor, no lo hace el dolor al moverse, ni la posibilidad de tener una costilla rota, tampoco se preocupa por el ardor y dolor en sus manos debido a las quemaduras. Nada le importa realmente.

Ríe al pensar en que estaría haciendo el chico azul. Seguramente riendo y hablando con Peter o Remy, quizás viendo una película, aunque lo claro, era que Kurt no estaba pensando en él.

Pasan cerca de tres meses más en los que Warren sólo se dedica a pelear y beber, su barba crece descuidada y su cabello debe ser atado en una coleta para que no le moleste.

A medida que pasa el tiempo, comienza a perder más y más peleas, quedando cada vez más demacrado y lleno de moretones.

Nada, ni nadie, podía hacerle entrar en razón, mucho menos comer. Había perdido mucho peso, al punto, que sus cosillas se veían claramente.

-debes comer algo- habla por quinta o sexta vez en esa semana el dueño del lugar- si no lo haces, terminaremos presentandote como esqueleto.

El rubio sale de ahí, luego de asentir y prometer comer antes de esa noche, camina por la ciudad mirando a las mismas personas, a los mismos lugares, la misma soledad.

Compra una hamburguesa en un local cualquiera, le da una mordida y luego la deja a un lado, demasiado asqueado con la idea de comer luego de tanto tiempo.

Aunque, el destino se encarga de joder y pisotear a quien está cada vez más abajo o quien apenas está intentando salir adelante, y este es el caso.

-¿Warren?- susurra una voz a su espalda y el rubio da un pequeño salto.

Al girarse, ve a un rubio verle con preocupación.

-amigo, ha pasado mucho- sonríe acercándose y Warren mantiene la distancia- ¿que tal ha ido todo?

-Alex... Eh... Bien, todo bien... ¿Que tal todo en la mansión?- pregunta sin mirarle.

-bien, muy bien- sonríe Alex bobamente- tenemos algunas novedades, pero te fuiste tan repentinamente que no pudimos organizar ni una despedida.

Warren asiente mirando sus manos.

-tuve que salir, fue algo personal- habla tomando sus cosas para alistarse y salir- no tjev tiempo de despedirme.

-me lo imagine, bueno, los chicos te extrañan, así que podrías ir de vez en cuando para poder pasar la tarde con nosotros, haremos una barbacoa.

-claro, te llamo y te digo cuando tenga tiempo- habla botando la apenas mordida hamburguesa en la basura- nos vemos.

-nos vemos- habla el rubio despidiéndose de Warren, quien se apresura a salir de ahí.

Llega a su "hogar" y comienza a beber de nuevo. Quizo preguntarle a Alex por Kurt, demonios, era lo que más quería saber... ¿Pero que ganaría?

Esa noche, Warren se duerme ebrio otra vez, golpeado y exhausto, pensando en el único que ha amado, quien se llevó su corazón... Y solo dejó un vacío.

*****

Espero les guste ❤️

Ama mis errores (Nighangel Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora