🌈 Capítulo Nueve 🌈

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YoungJae entró a su departamento, colgando su chaqueta y el paraguas junto a la puerta.

  — Buen día, YoungJae.

El rubio se giró a Mark. Por la mirada de éste, supo que no estaba contento.

  — Buen día. — le sonrió YoungJae, sin mostrar sus dientes. — ¿Cómo estás?

  — Mejor que tú no creo.

YoungJae rodó los ojos al darle la espalda a Mark para ir a su habitación.

  — ¿Ya te vas?

  — No quiero ser grosero, hyung. Pero vengo de muy buen humor como para discutir contigo.

  — Nadie dijo algo sobre discutir.

YoungJae se giró a Mark.

  — Escucha tu propia voz, Mark hyung. Estás molesto y ni siquiera entiendo porqué.

Mark rió pesadamente, levantándose del sillón.

  — Sé que eres un adulto y puedes hacer lo que te plazca …

  — Exacto. — se adelantó YoungJae. Mark estrechó los ojos.

  — Pero ¿no crees que estaría bien que me avisaras que no llegarás a dormir? Estuve preocupado.

  — Te envié un mensaje de texto. — se defendió el menor.

  — ¿No pudiste llamarme?

YoungJae bufó, cansado de la actitud que Mark había tomado desde que JaeBum reapareció en su vida.

Quejoso, siempre con reproches y en ocasiones llegando a hacerlo sentir tonto y culpable.

  — ¿No crees que estás siendo algo injusto conmigo?

  — Eh, no realmente. — respondió YoungJae, confundido. — ¿Tú sí?

  — Sí, de hecho. — Mark se paró frente a él. — ¿Cómo puedes dejarme de lado después de que yo cubrí el espacio que él dejó al largarse?

YoungJae comenzaba a enojarse.

  — Tu espacio y el de él siempre han sido distintos, así que no cubriste nada … sólo hiciste más grande el tuyo.

Mark apretó los puños, YoungJae frunció el ceño.

  — Tú sabes mejor que nadie por cuánto tiempo esperé a JaeBum y lo que sufrí haciéndolo. — dijo YoungJae, bajando un poco su tono de voz. — Lo necesito, hyung. Y me ha demostrado necesitarme.

  — Sí, tu profesión resulta muy conveniente. ¿No?

YoungJae le dio un empujón.

Ambos se sorprendieron.

El menor había actuado por impulso.

  — No … no me importa para qué me necesite, mientras lo haga yo estaré con él. — dijo YoungJae, con la voz rota. — Y ni tú, ni nadie, me va a arrebatar mis ilusiones. ¡Porque son mías!

  — ¡YoungJae, espera!

Mark se quedó solo en la sala, luego de que YoungJae cerrara de un portazo la puerta de su habitación.

  — Tenías que aparecer, Im. Tenías que … aparecer. — gruñó Mark, antes de darle un golpe a la mesa.

🌈

YoungJae secó sus lágrimas una vez más.

No entendía como Mark podía actuar tan fríamente ante su felicidad. ¿Por qué no compartía su alegría, como un amigo haría?

¡Dr. Sonrisitas! 🌈 2JaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora