YoungJae entró a su departamento, colgando su chaqueta y el paraguas junto a la puerta.
— Buen día, YoungJae.
El rubio se giró a Mark. Por la mirada de éste, supo que no estaba contento.
— Buen día. — le sonrió YoungJae, sin mostrar sus dientes. — ¿Cómo estás?
— Mejor que tú no creo.
YoungJae rodó los ojos al darle la espalda a Mark para ir a su habitación.
— ¿Ya te vas?
— No quiero ser grosero, hyung. Pero vengo de muy buen humor como para discutir contigo.
— Nadie dijo algo sobre discutir.
YoungJae se giró a Mark.
— Escucha tu propia voz, Mark hyung. Estás molesto y ni siquiera entiendo porqué.
Mark rió pesadamente, levantándose del sillón.
— Sé que eres un adulto y puedes hacer lo que te plazca …
— Exacto. — se adelantó YoungJae. Mark estrechó los ojos.
— Pero ¿no crees que estaría bien que me avisaras que no llegarás a dormir? Estuve preocupado.
— Te envié un mensaje de texto. — se defendió el menor.
— ¿No pudiste llamarme?
YoungJae bufó, cansado de la actitud que Mark había tomado desde que JaeBum reapareció en su vida.
Quejoso, siempre con reproches y en ocasiones llegando a hacerlo sentir tonto y culpable.
— ¿No crees que estás siendo algo injusto conmigo?
— Eh, no realmente. — respondió YoungJae, confundido. — ¿Tú sí?
— Sí, de hecho. — Mark se paró frente a él. — ¿Cómo puedes dejarme de lado después de que yo cubrí el espacio que él dejó al largarse?
YoungJae comenzaba a enojarse.
— Tu espacio y el de él siempre han sido distintos, así que no cubriste nada … sólo hiciste más grande el tuyo.
Mark apretó los puños, YoungJae frunció el ceño.
— Tú sabes mejor que nadie por cuánto tiempo esperé a JaeBum y lo que sufrí haciéndolo. — dijo YoungJae, bajando un poco su tono de voz. — Lo necesito, hyung. Y me ha demostrado necesitarme.
— Sí, tu profesión resulta muy conveniente. ¿No?
YoungJae le dio un empujón.
Ambos se sorprendieron.
El menor había actuado por impulso.
— No … no me importa para qué me necesite, mientras lo haga yo estaré con él. — dijo YoungJae, con la voz rota. — Y ni tú, ni nadie, me va a arrebatar mis ilusiones. ¡Porque son mías!
— ¡YoungJae, espera!
Mark se quedó solo en la sala, luego de que YoungJae cerrara de un portazo la puerta de su habitación.
— Tenías que aparecer, Im. Tenías que … aparecer. — gruñó Mark, antes de darle un golpe a la mesa.
🌈
YoungJae secó sus lágrimas una vez más.
No entendía como Mark podía actuar tan fríamente ante su felicidad. ¿Por qué no compartía su alegría, como un amigo haría?
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¡Dr. Sonrisitas! 🌈 2Jae
Fanfic¡Seamos una familia, Doctor Sonrisitas! 🌈 2Jae. 🌈 Fluff. No se aceptan copias ni adaptaciones, deja volar tu imaginación. 🌈