Capítulo 5

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Tiana Miller.

Yo nunca había sido propensa a ir a fiestas y mucho menos a hacerlas. ¿Rara? Puede ser, pero la verdad que nunca me había hecho falta ir a fiestas para relacionarme o pasármelo bien. Mi grupo de amigos era lo mejor que tenía y nos lo cambiaría por nada, ellos tampoco veían necesario ir a una fiesta, gastarse dinero y emborracharse rodeados de gente que podían aprovecharse de ti. Nosotros montábamos nuestras fiestas en un local que alquilábamos, en la que solo podía ir gente cercana a nosotros.

No estaba acostumbrada a estar rodeada de tanta gente, que la música rebotase en el interior de mi cuerpo y el olor a sudor junto con el alcohol inundase mis fosas nasales. Miro asustada todo mi alrededor, no conocía a nadie y eso no ayudaba. Intento de nuevo volver a pasar entre la multitud, pero había tan poco espacio entre los cuerpos que quede atrapada entre distintos cuerpos. Notaba como todo me daba vueltas como si hubiese bebido, cosa que había evitado a toda costa cuando me ofrecían vasos.

Al llegar al club que había dicho Hades, él desapareció cuando una joven con una máscara similar, pero la suya de color verde lo esperaba en el interior. Ella se acercó a él, le dijo algo en el oído que no llegué a escuchar y sin mirar atrás se fue. Cuando se fue quise darme la vuelta y marcharme, pero la gente me impedía avanzar hacia la puerta, por lo que me encontraba sola en un lugar que desconocía.

Sentía ira por lo que me había hecho Hades, pero lo que más temía en el momento en el que llegue fue lo que la gente que estaba aquí podría hacerme, ya que conociendo que Hades era un mafioso no creo que se junte con gente normal.

Llevaba como una hora de pie intentando empujar a la gente para que me dejase pasar, pero ya ni sabía dónde estaba la puerta. Las personas que había en este club eran bastante altas o que yo era demasiado baja, supongo que sería la segunda. Varias mascaras verdes había visto pasar desde que estaba aquí, pero ninguna azul, ¿Significaría que ese color era para el jefe? Desconocía la respuesta y dudaba saberla alguna vez.

Después de múltiples intentos, conseguí avanzar hasta llegar a unas escaleras que bajaban y otros que subían, sentía curiosidad por saber que habría, pero ambas tenían un cordón rojo que impedían su paso. En medio de ellas había un hombre fornido vestido con un traje de negro y unas gafas negras. Su expresión sería no me trasmitía confianza, pero era la única persona con la que podría hablar y no estuviera ebrio.

— Perdone — Espere a que bajase su cabeza para mirarme — ¿El baño dónde está?

Estiró su brazo izquierdo, seguí con la mirada la dirección de este y vi una puerta de madera. Le agradecí, aunque él me ignoró. Camine hacia el baño, el cual tenía el camino bastante despejado para el montón de gente que había en este dichoso club.

Empujo la puerta del baño encontrándome otras dos puertas, una de ellas era de color rojo y la otra era negra. Por obviedad, elegí la roja y efectivamente era la de mujeres. Una mujer pelirroja se encontraba dentro mirándose en el espejo mientras se pintaba los labios de un rojo intenso que combinaba a la perfección con su pelo liso que es un poco más corto que el mío. Lleva un vestido blanco de finos tirantes, un escote asimétrico, se adhiere a su cuerpo a la perfección marcando sus voluminosas curvas, en la pierna derecha tiene una abertura a la altura del muslo y un poco más arriba de la rodilla terminaba el largo del vestido. Este es precioso y resalta su piel morena. Y para terminar su conjunto lleva unos tacones negros de unos 6 o 7 centímetros, que deja los dedos de sus pies al aire libre mostrando unas uñas perfectamente cuidadas y pintadas de color blanco.

Parecía una modelo y el vestido que llevaba no se quedaba atrás.

Sin querer parecer más tonta de lo que ya parecía, camino rápidamente al primer baño cerrando la puerta tras de mí. Me siento en la tapa del váter, apoyo mis codos en las rodillas y coloco mi cabeza entre mis manos. Respiro hondo y vuelvo a llorar por segunda vez en la noche. Dejo que las lágrimas rueden por mis mejillas e intento controlar mis sollozos para evitar que la pelirroja de afuera me escuche.

Hades © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora