Tiana Miller.
Una semana para que se empiecen a llenar las calles de niños pequeños contando los días para que santa Claus entre por la chimenea para dejarle los regalos que ansiosamente llevaban esperando, para que miles de canciones navideñas suenen por la calle o dentro de las casas, incluido toda la decoración que implica celebrar la navidad.
Cada mañana al ir a trabajar contemplo como los trabajadores colocan las luces para que por la noche podamos disfrutar del espíritu navideño cuando caminemos por ellas.
Abrocho el último botón de mi chaquetón, estiro el brazo para coger mi gorro de lana del perchero y me lo coloco. Preparo mi bolso antes de salir a las frías calles de la ciudad, no sin antes dejar una nota en el frigorífico avisando a Tyler de que no vendré hasta por la noche.
Durante la semana me había puesto en contacto con Ethan, acordando quedar el viernes por la tarde con mis amigas y los suyos. En un principio pensé en decirle a Tyler que se viniera, pero desde luego nuestra relación estaba cayendo en picado por lo que decidí mantenerlo al margen.
Así que al terminar la jornada de mañana disfrutaría de una tarde con amigos, para recordar viejos tiempos.
Reviso mi teléfono y al no tener ningún mensaje lo guardo en el bolso mientras comienzo a andar por las calles cubiertas de una fina capa de nieve. Si no fuese por el trabajo me pasaría las horas jugando con la nieve como la niña pequeña que tengo en mi interior, de siempre he tenido una gran admiración por la nieve. Tal vez sea porque en mi ciudad natal, nunca nevaba cuando era invierno, incluso me atrevería a decir que apenas hacía realmente frío.
Camino rápidamente para entrar en calor, cuando visualizo la tienda respiro hondo antes de empujar la puerta y adentrarme en mi última jornada de trabajo antes del fin de semana.
[...]
— Hasta el lunes Tiana — Abby agita emocionada la mano antes de desaparecer por la puerta.
Sonrío levemente mientras termino de hacer el recuento de la caja. Una vez la tengo cuadrada, cojo mi chaquetón y el gorro para cerrar la tienda e irme al bar donde he quedado con Annie y Rose.
El aire gélido inunda mi cuerpo, así que antes de pillar un resfriado me pongo el chaquetón y mi precioso gorro de lana. Camino un par de calles hasta encontrarme con el bar en el que habíamos decidido quedar mis amigas y yo antes de ir a la cafetería para merendar con los chicos.
— ¡Tiana! — Antes de girar en busca de la estridente voz de mi amiga un par de brazos me rodean.
Comienzo a reírme mientras correspondo su abrazo. Annie siempre ha sido la amiga más cariñosa del grupo mientras que Rose es un poco más distante, pero es una chica realmente loca. Cuando quedo con ellas nada bueno pasa y temía por lo que fuese ocurrir hoy, llevábamos sin quedar varias semanas, por lo que hoy se multiplicaría por tres su locura.
— ¡Annie, Rose! — Nos separamos del abrazo — Os he echado muchísimo de menos.
— Prohibido estar sin verse tantísimo tiempo eh — Rose me quita mi gorro para ponérselo ella — A mí me queda mejor y lo sabes.
— Te voy a regalar uno que lo sepas, siempre me quitas el mío.
Encoge sus hombros y entra al bar antes de que me dé tiempo a quitárselo. Annie y yo nos miramos antes de entrar con ella. Cogemos una mesa apartada del bullicio, miramos la carta y cuando viene el camarero pedimos cada una un plato distinto.
— ¿Qué ocurre? — Annie y Rose se miran cómplices.
— Desde que nos escribiste el otro día preguntándonos por si queríamos quedar con Ethan y su grupo — Comienza Rose — No hemos parado de pensar en cómo es que estas en contacto con él.
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Hades © ✓
Ficção AdolescenteTiana Miller tenía una vida perfecta, un trabajo perfecto y un novio perfe... Bueno mejor solo lo dejamos en novio. Ella nunca pensó que acabaría siendo aliada de la persona más buscada y peligrosa de todo el mundo. Él es Hades Moore. Tenía a todo...