Los rayos de sol traspasan con facilidad las finas cortinas que cubren las ventanas del dormitorio de Hades, y muy recientemente, también asignado dormitorio de Tiana.
La primera en espabilarse es Tiana, y no solo por culpa del sol saliendo de su escondite para iluminar toda la ciudad, si no también, por culpa de los nervios. Aquella mañana iría por fin a su pueblo, vería a toda su familia de nuevo y Hades conocería a sus suegros. No llegaba a comprender muy bien, cuál de las tres razones provocaba que sus nervios se alteraran e impidiesen dejarla descansar.
Después de un largo bostezo y de separarse de los brazos de su novio se pone en pie, agarra un par de prendas de ropa que las chicas le habían prestado y se dirige a la ducha, lista para comenzar el día.
Mientras aún Tiana ocupaba el baño del dormitorio, Hades se despertó. Al igual que Tiana, él se encontraba muy nervioso. Mentiría si dijera que no temía lo que fuese a suceder hoy. Por primera vez en muchos años, quería dar buena impresión y caerles bien a aquellas dos personas que desconocía.
— Buenos días Hades. — Saludó con una enorme sonrisa al chico que aún yacía sobre el colchón.
Ambos se miraron y una sonrisa tiró de sus labios. Desconocían el momento exacto en el que empezaron a sentir cosas por el otro, pero estaban enormemente felices de contar con su compañía.
Hades sentía una enorme opresión en el pecho cada vez que recordaba los meses que estuvo alejada de ella, y Tiana, por otro lado, temía volver a perderlo. Ambos de forma inconsciente, se habían convertido en una parte importante del otro.
— Buenos días rubita. — El mafioso se incorporó mejor en la cama mientras no dejaba de ver a su novia recién salida de la ducha, con la ropa adhiriéndose en su cuerpo y el pelo húmedo pegándose en su ropa. — ¿Cómo que te has despertado tan pronto?
— ¿Me creerías si digo que ha sido por el sol?
— Intuyo que hay algo más. — Comenta riéndose. — ¿Estás nerviosa?
— Bastante, llevo mucho tiempo sin ver a mi familia. — Da pasos lentos hasta acercarse a la cama. — Además de que mis padres te van a conocer por fin.
Hades se deja caer de nuevo en el colchón, y tapa su rostro con un brazo mientras suelta un sonoro bufido.
— No me lo recuerdes haces que me ponga más nervioso.
— ¿Cómo? — Tiana camina hacia él subiéndose a la cama en el proceso y lo observa atentamente mientras planea los próximos comentarios para picarle. — ¿El gran mafioso Hades, perseguido por toda la policía, y temido por todo el mundo, tiene miedo de conocer a sus suegros? No sé, voy a pellizcarme, creo que estoy soñando. — Agarra un poco de su piel del brazo y lo retuerce levemente, lo justo para sentir un ligero dolor. — Auch, pues sí que duele.
Hades aparta el brazo de su rostro y la mira divertido. Alza una ceja, dubitativo e intenta mantenerse serio, pero ver a su novia burlarse de él, más que ofenderle le parece algo tierno y digno de contemplar cada día al despertarse.
— ¿Te estás burlando de mí? — Tiana sube y baja la cabeza. — Ahora vas a sufrir las represalias por ser una chica mala.
Hades se lanza sobre Tiana y sus manos comienzan a atacar los puntos más sensibles de su cuerpo, provocando que se retuerza de cosquillas mientras su risa inunda toda la habitación. Ella patalea y se remueve sobre el colchón, pero sin duda el mafioso planea matarla de la risa, a base de numerosas cosquillas.
— ¡Pa-para! ¡No puedo respirar! — Exclama aún revolcándose sobre el colchón. — ¡Vale, vale, ya lo entendí!
— ¿Segura? ¿O es solo una táctica para que te libere? — Ambos se miran a los ojos, las manos de Hades se detiene y cuando una sonrisa traviesa se coloca en los labios de Tiana, obtiene la respuesta. — Pequeña mentirosa.
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Hades © ✓
Novela JuvenilTiana Miller tenía una vida perfecta, un trabajo perfecto y un novio perfe... Bueno mejor solo lo dejamos en novio. Ella nunca pensó que acabaría siendo aliada de la persona más buscada y peligrosa de todo el mundo. Él es Hades Moore. Tenía a todo...