Hades Moore.
Su perfecto cuerpo yace en la cama. La respiración lenta y el vaivén de su espalda al tomar aire, produce una sensación relajante en mí. Me encuentro en perfecta calma, en un viaje de extrema felicidad, pero que por desgracia tiene fecha de regreso.
Todas las batallas que suelen disputarse en mis pensamientos, todo tipo de obligaciones que debo hacer para continuar con el imperio de tráfico de drogas y millones de sentimientos contradictorios. Todo eso, y más, queda aún lado en cuanto su presencia se encuentra merodeando cerca de mí.
Es mi cura. Ella es todo lo que alguna vez vi inalcanzable, y a pesar de ello, decido abandonarla. Su inocencia, bondad y la pureza que libera por cada poro de su piel, me atrae con una fuerza descomunal. Quisiera poder ver un futuro lúcido para nosotros, algo a lo que aferrarme para poder mantenerla conmigo.
Desgraciadamente, mi presencia a su lado es corrosiva. Puedo destruirla con un simple error de mi parte y jamás podría permitirme eso. No quiero apagar su luz, por lo que solo, tomo la decisión correcta.
Alejarme.
Destapo mi cuerpo del todo para cubrir su pequeño cuerpo por completo. Alejo los mechones rubios de su rostro, permitiéndome ver los delicados rasgos. Deslizo mi dedo por su mejilla, delineando su mandíbula hasta acabar en su labio inferior, enrojecido por la cantidad de veces que lo he mordido.
— Hades. — Murmura, inclinándose más hacia el lado de la cama en el que debería de estar tumbado.
Inconscientemente, sonrío. No soy una persona romántica, ni mucho menos suelo dejarme llevar por mis sentimientos, pero todo en ella me invita a dejarme llevarme. Lanzarme sin saber qué ocurrirá al llegar al final. Desearía poder decir en un futuro que lo hice, a pesar de las consecuencias. Sin embargo, tomo el camino fácil. Huyo de todo como tal cobarde.
— Lo siento. — Es lo único que me atrevo a decirle, aunque se encuentre profundamente dormida.
Me levanto completamente de la cama y agarro mi ropa, vistiéndome deprisa. Si tan solo se levantase cuando aún no me he ido, acabaría quedándome a su lado. Porque no solo es mi cura, si no también mi debilidad.
En apenas unas cuantas semanas, ha conseguido invadir mis pensamientos y robarse cada fracción de segundo que no empleo en trabajar. Borrar el rastro de su presencia en mí, va a ser imposible, pero solo necesito poder debilitar la gran tempestad que ha conseguido crear en mi interior.
Alcanzo el pomo, sin necesidad de abrir la puerta, solo llevo el agarre hacia mi izquierda. Mi vista choca contra la pared del pasillo, un rosa palo, casi similar al color blanco. Me debato en darme la vuelta y poder ver por última vez su cuerpo, en completa desnudez. Deleitarme con sus curvas y avivar a un más el deseo que siento por ella, pero simplemente decido cerrar la puerta. No solo una, si no, dos. Cierro también, toda esperanza de saber cómo se siente la felicidad de la que todo el mundo habla, como se siente compartir absolutamente todo, en plena desnudez tanto mental como física, con alguien.
Bajo las escaleras de dos en dos mientras compruebo que todo está en orden en mi móvil. Ninguna llamada ni mensaje alarmante. Tecleo un breve mensaje a Kaiden, confirmándole mi asistencia en la entrega y avisándole de las novedades que tengo gracias a Tiana.
Paso de largo por la cocina llegando por fin a la puerta y salgo. Localizo mi coche al final de la calle, el blanco brillante de la carrocería resalta en toda la oscuridad de la noche, y la cara marca, llama aún más la atención.
Desbloqueo el auto con las llaves, sonando su usual pitido y me introduzco en él, alejándome del frío de la noche. Son pasadas las doce la madrugada, por lo que oficialmente estamos en un nuevo año, y no podía ser menos que empezarlo repartiendo una gran cantidad de estupefacientes a idiotas con ganas de destrozarse el cuerpo.
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Hades © ✓
Fiksi RemajaTiana Miller tenía una vida perfecta, un trabajo perfecto y un novio perfe... Bueno mejor solo lo dejamos en novio. Ella nunca pensó que acabaría siendo aliada de la persona más buscada y peligrosa de todo el mundo. Él es Hades Moore. Tenía a todo...