|| 𝙔𝙤𝙪 𝘾𝙖𝙣 𝘾𝙧𝙮 𝙄𝙣 𝙈𝙮 𝙎𝙝𝙤𝙪𝙡𝙙𝙚𝙧 ||

Acto 3: Flores marchitas

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If you heart was full of love
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How unfair it's just our luck
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Era un lugar oscuro. Muy oscuro. Sentía como todo se revolvía en su mente, las imágenes pasaban sin sentido y orden. Sus recuerdos están mezclados o quizás el se hace esto.

Quiere olvidar. Pero no puede.

Hay juguetes de niños atrás suyo, como si fuera un jardín de niños. Uno de los juguetes habla.

"Tu te crees mucho por que tu familia tiene dinero"

"Tendrás todos los juguetes que desees. Pero mi mamá dice que serás un malcriado"

El quiso negarse, pero los mayores se lo negaron. Ellos eran maniquíes.

"El nunca entenderá por lo que pasamos para llevar un plato de arroz a la casa"

"Nació en cuna de oro, nunca tendrá que preocuparse en la vida"

"El nunca entenderá. Nunca lo hará"

Recordó los brazos de Jarvis, lo cargó y nunca regresó ahí.

Se escuchó como el vaso de vidrio se volvió añicos contra la pared. El tuvo que esquivarlo. No podía ver a su padre, pero si escuchar sus estruendosos gritos.

"¡Eres un inútil! En vez de jugar con tu porquería de carros deberías hacer algo mejor. ¡Yo sabía que tu madre te iba a malcriar!"

El destrozó el carrito de juguete que había mejorado, para su padre. Se fue corriendo por el largo pasillo de la mansión hasta llegar al neumático colgado del árbol lejos de ahí.

De nuevo Jarvis estaba a su lado, le llevó galletas. Se sintió mejor.

Vio flores, eran margaritas, estaban en su ventana. Escucho la voz de su mamá, ella le cantaba una canción de cuna.

"Una flor, dos flores. ¿Dónde florecen?
Debajo de la ventana donde el niño duerme.
Pálidas flores blancas iluminadas por la Luna.
Tres flores, cuatros flores. ¿Dónde florecen?
En el marco del espejo de mamá.
Florecen pequeñas flores de color azul..."

El se unió al canto con su mamá, se sabía la letra, le gustaba cantarla con ella desde el momento en que se supo la letra. El le gustaba cantar. Le gustaba.

"Cinco flores, seis flores. ¿Dónde florecen?
Bajo la profunda nieve apilada.
Ahora esperan la primavera para brotar.
Vamos a contar, vamos a contar.
Las flores que encuentres, vamos a contar.
Siete flores, ocho flores. Cuenta hasta ahí.
En el sueño donde el niño duerme.
Mamá te dará un ramo de flores, Mamá te dará un ramo de flores"

Sintió el abrazo de su mamá rodearlo y luego como mucho cariño lo acomodó en su cama.

—Ay mi Bambino... no quiero que vivas así, pero soy tan tonta y no puedo protegerte—sollozo mientras se iba del cuarto, como una sombra, el no podía verla bien, pero podía sentirla, escucharla.

Fingió estar dormido mientras escuchaba a su mamá sollozar por el corredor. Lloró también por ser débil.

Luego, de nuevo los fuertes gritos y una frase que lo marcaría y lo atormentaría por el resto de su vida.