Una chica que esconde algunos secretos bajo la manga será enviada a la clase E.
Al ser enviada a esa clase conoce varias personas, pero una en especial hace que los escalofríos recorran su cuerpo, y no por miedo, si no por algo más, algo que ella de...
Estaba saliendo de clases, íba bajando las escaleras del infierno, estaba un poco oscura la tarde parecía que ya iba a llover y para el colmo no traje mi paraguas, al fin de terminar de bajar las escaleras vi que un chico se me acerco.
-Akibashi-sempai por favor acepte salir conmigo - me dijo un chico llamado Shu,lo conocí en el club de música era un año menor y de la misma estatura mía, era de cabello plateado con unos ojos color caramelo, era muy lindo para que negarlo, el chico se inclino con los dos brazos sosteniendo una ¿carta con un Chocolate?
Lo mire un poco apenada y le respondí - Lo siento Shu-san, no puedo - dije con una pequeña sonrisa para no hacerlo sentir mal.
-Por lo menos acepte mi carta y este chocolate Akibashi-sempai - dijo poniendose firme para después verme a los ojos.
-No podría Shu-san, de verdad lo siento - le dije un poco apenada.
Él se acerco y con una mano que tenía libre tomó la mía y dejo la carta y el chocolate - Solo tómalo- dijo con una sonrisa un poco triste, se hacerco rápidamente a mi rostro para dejar un rápido beso en la comisura de mis labios, después de eso se fue corriendo de allí.
Yo me quedé estática, nunca espere que ese chico me diera un beso en la comisura de mis labios, inconscientemente lleve mis dedos al área en donde me beso, salí de ese trance al escuchar a alguien hablandome.
-Vaya vaya, parece que Choco-chan tiene un admirador - dijo burlescamente un pelirrojo con una sonrisa traviesa.
-Cuanto tiempo llevas ahí! - dije un poco exaltada.
-Lo suficiente como para ver todo en área VIP- dijo riendo
Yo me sonroje y aparte mi mirada de la de él para después irme sin decir nada.
En el trayecto que tenía hacia la estación sentí unas pequeñas gotas caer en mis mejillas, dirijo mi mirada hacia el cielo y efectivamente esta empezando a llover, doy pasos largos y apresurados para llevar rápido a la estación antes de que la lluvia empeore, con cada paso que daba era como si la lluvia aumentará.
Cuando por fin llegue a la estación me encontraba toda empapada y lo peor de todo era que había un viento muy fuerte y frío, me alegra no usar una falda porque si no esta se levantaría por él viento.
Vi el tren llegar y cuando por fin abrió las puertas espere a que algunas personas salieran para poder entrar.
En el transcurso de ir al departamento empecé a estornudar cada cinco minutos, sentía que me iba a quedar sin nariz. ~~~~~~~~~
Al entrar al departamento encendí el aire acondicionado ya que afuera seguía haciendo bastante frío.
Decidí ir a darme un baño con agua caliente, y eso hice, en el momento de estar la tina llena de agua cerré el grifo y después tenía que tomar una decisión muy difícil, abrí una pequeña caja de madera en donde tenía varios jabones con olores.
Al final escogí tres olores fresa, sandía y tomate, espera un momento, ¿tomate? Hay de tomate! Me dije a mi misma.
Después de poner los tres recipientes en fila, cubrir mis ojos con una de las manos mientras que la otra tocaba los recipientes una por una, llegué al número cinco y destape mis ojos, mi mano se encontraba en el recipiente de fresa, entonces decidí poner el de fresa en el agua.
Al pasar unos minutos y ya estar desnuda y en la tina, empecé a ver a mi alrededor y mi vista se topo con el recipiente de tomate, al ver ese dibujo de tomate me recordó a Karma, solté una pequeña risa al recordar cuando le decía Tomate-kun y este se enojaba.
~~~~~~~~~
Al ya estar cambiada, decidí ir a preparar algo de comer para después hacer una tarea que había dejado koro-sensei, cuando estaba apunto de encerder la cocina vi que me faltaban unos materiales para poder hacer la receta que quería, así que me puse una chaqueta negra con unos tenis del mismo color, para después recoger el dinero e ir a la tienda que quedaba a unas 8 cuadras.
En el camino estaba lloviendo un poco, vale más que llevaba una sombrilla, iba con mis audífonos puestos, la verdad no puedo salir de casa sin mis audífonos.
Al llegar a la tienda lo primero que hice fue ir al pasillo de verduras y comprar algunas, después fui a ver que más podía encontrar, decidí comprar un poco de comida chatarra para cuando tubiera antojos.
Cuando estaba pagando vi que a la tienda entro alguien con una melena verde, se me hacía un poco conocida así que decidí seguir en lo mío, ya al terminar de pagar y que la señora de la caja guardará mis cosas en una bolsa, me fui directo a la salida, cuando estaba a punto de salir una voz me detuvo.
-Ohayo Akibashi-San - dijo una chica con cabello verde y ojos caramelo.
-ohayo? - dije un poco confundida, y al parecer ella lo noto.
-No sabes quien soy verdad? - me dijo con una gotita bajando por su frente.
-No- dije con una sonrisa nerviosa.
-Soy Kaede Kayano, tu compañera - dijo con una sonrisa amable.
-Ohhh- dije un poco avergonzada - mucho gusto Kaede-san- le dije con una sonrisa.
- El gusto es mío Akibashi-san- dijo sonriendo-Vives por aquí? - me pregunto.
-Sí, como a una 8 cuadras- le dije
Ella me iba a decir algo más pero su teléfono sonó -lo siento mucho pero tengo que contestar - me dijo
-No tranquila, sayonara Kaede-san -dije con una sonrisa
-Sayonara Akibashi-San-dijo para después ir a contestar
Mientras que yo tomaba rumbo a mi departamento.
~~~~~~~~
Me encontraba en la mesa comiendo, todo me sabía delicioso ya que tenía mucha hambre, me comí tres platos de comida aveces me pongo a pensar porque no engordo, y después recuerdo que tengo el don de comer y no engordar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al terminar de comer hice mi tarea y me fui acostar a mi hermosa cama, estaba viendo el techo pensando en todo y nada a la vez, al ver la hora vi que era un poco tarde así que decidí ir a dormir pero recordé al chico que se me declaró, me levante y fui hacia la cocina.
Abrí el refrigerador y tome el chocolate para después comerlo e ir a mi cuarto a dormir, sinseramente tenía un antojó de algo dulce.
Cerré lentamente los ojos callendo en los brazos de Morfeo.
