Capítulo 1 | Regreso

4.8K 212 17
                                    

Alanís

He vuelto como hace un mes y medio pero he decidido quedarme a vivir con mi abuela. Sobre todo porque no pude estar cuando ella me necesitaba, cuando mi abuelo nos dejó físicamente. Hace ocho meses exactamente que me fui de aquí, con el corazón roto. Los únicos que saben que he vuelto son Erwin, pues él no ha me ha dejado como lo hizo mi padre. Mi abuela, mi tía y Alessandro. Hoy se enterarán Jessi y Daniel, debo hablarles pues no me he comunicado hace como una semana con ellos.

— Mi niña ¿Qué haces?

— Oh, Abu, lo siento. Iba a bajar junto a ti, es solo que...

— ¿De nuevo pensando? Ay mi niña, no me gusta el dolor que veo en tus ojos ahora. Sabes lo que pienso al respecto pero respetaré tu decisión. Te apoyaré en todo lo que decidas.

— Gracias Abu.

— Mejor bajemos a desayunar, Lola ha terminado de poner la mesa.

Asentí con la cabeza y acompañé a mi abuela. Ella sabía que no quería hablar con mi padre, que no quería decirle que estaba viviendo aquí. Pero desde que había tomado esa decisión, mi abuela dijo que me apoyaría en todo. Y se lo agradezco. Lola es la señora que ayuda con la limpieza de la casa. Me recuerda mucho a Odette, sé que también debería de avisarle que estoy aquí. Pero no puedo hacerlo, aún no. Ella podría decirle a... él, que estoy aquí y no quiero verlo. No estoy lista para eso.

***

Al terminar el desayuno aguardo a Erwin frente al porche pues quedamos en que juntos iríamos a encontrarnos con Jessi y Daniel. Me he entusiasmado mucho con la idea de volver a verlos, ellos en verdad han sido muy buenos amigos. Y siempre están haciéndome reír por todo.

— ¿Demoré mucho?— Erwin había llegado y cómo siempre su galantería salía a relucir.

— No, en absoluto. ¿Nos vamos?

— Vamos princesa.

***

— ¡Oh por Dios! ¡Mira cuánto has cambiado! Ya te extrañábamos, Alanís— nos encontrábamos en la cafetería en la que había citado a los chicos, Jessi se acercó a mí abrazándome mientras de Daniel saludaba a Erwin.

— También los extrañé y mucho.

— Hola preciosa ¿Cómo estás? Oye, ¿qué es eso de desaparecer por una semana? ¡Una semana entera! Nos tenías preocupados— después de saludar a Jessi me acerqué a saludar a Daniel con el mismo gesto.

— Lo siento, en verdad lo siento. No quise dejarlos preocupados, es que quería darles una sorpresa. ¿No es así Erwin?

— Es verdad, ella no dejaba de decir que quería ver sus caras cuando sepan que ha vuelto para quedarse— Jessi echó un pequeño grito de emoción llevándose las manos a la boca y Daniel sonreía en complicidad con Erwin.

— Bueno, pues... ¿quién empieza? Tenemos toda la tarde para ponernos al día.

— ¡Si! Creo que nos sentaremos en aquella mesa ¿Qué dicen? —Jessi señaló una mesa al fondo de la cafetería y todos estábamos de acuerdo.

Nos sentamos y luego de unos minutos ya estábamos pidiendo cafés y masitas dulces de todos los sabores. Debo admitir que la ayuda recibida en aquel lugar y la de Erwin, me ha vuelto una chica sana. Ahora ya no tengo miedo de comer o dejar de hacerlo. En realidad los traumas de mi infancia fueron influyentes para pasar por ese desorden alimenticio. Pero hoy, puedo decir que todo ese pasado ya quedó atrás.

— Y bueno, sabes que no estoy para perder el tiempo. Le dije que no quería que me volviera hablar— mi amiga estaba contando sobre un chico de la universidad que salió con ella por dos meses, la verdad al principio no le estaba prestando la atención adecuada. Desde que le pedí que no mencionara a su hermano, ella ha cumplido con su palabra. Es la mejor amiga que me ha tocado. La amo como a una hermana.  Todos reíamos ante sus ocurrencias, ella era así. Y nunca se arrepentía de nada.

Únicamente Mía ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora