20. Caídos depravados y trolls que leen sobre trolls.

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Jake, la perra y yo caminamos por los pasillos de roca por unos minutos más,  en algunas ocasiones el camino se dividía en dos o tres túneles diferentes, pero Jake claramente conocía el camino, lo que nos ahorro la típica escena de perderse dentro de una caverna que siempre ponen en las películas.

Él y Canem se detuvieron frente a un espejo. Un enorme espejo que ocupaba toda una pared y nos mostraba un claro reflejo de nosotros.

—¿Y ahora qué? —inquirí, pero antes de que pudiera volver a hablar, algo robó mi atención.

Nuestros reflejos se movieron.

Y me refiero a que se movieron sin que nosotros lo hiciéramos.

Mierda, me cago. Había visto ésta escena muchas veces en la televisión, pero vivirla... Chamo, esto si que es terrorífico.

Bueno, para ser exactos, mi reflejo no se movió. Es decir, no por sí solo, se movía conmigo; lo comprobé levantando mi brazo y observando cómo me imitaba el yo que estaba en el espejo. Pero ése era el único que obedecía a su verdadero "yo" fuera del espejo.

Me fijé en el reflejo de Canem; ésta empujaba con la nariz a Jake, quien se agachaba y le rascaba desde la cabeza, las orejas, y el lomo, ocasionando que Canem moviera su pata trasera seguidamente contra el suelo, como hacía el conejo de Bambi.

Hey, no me juzguen, todos los niños vieron Bambi por lo menos una vez en su vida.

Cuando me doy cuenta, ya no era Jake el único que la acariciaba, sino muchas manos más con brazos que parecían salir de la nada en el reflejo, eran quizá como veinte manos haciéndole cariño a la muy perra, o probablemente más.

Puse los ojos en blanco. ¿Qué clase de espejo era éste?

Cuando me fijé en Jake, realmente quise saber qué rayos te mostraba el espejo.

El reflejo de Jake también se movió sin que él lo hiciera, y lo que hizo me tomó por sorpresa, incluso logrando que diera un paso atrás.

Su reflejo me besó.

Bueno, técnicamente besó a mi reflejo. Pero es igual de dagh.

Y lo peor es que, aunque yo me intenté apartar, mi reflejo se quedó inmóvil.

Y aún peor; un segundo después éste le devolvió el beso.

Miré al Jake verdadero que estaba a mi lado, esperando ver una sonrisa maliciosa de satisfacción o algo por el estilo, pero  lo que hallé fue a un Jake indiferente.

—¡Hey! —lo llamé—. ¿Cómo has hecho que ellos hicieran... eso? —señalé con un gesto de asco a nuestros reflejos que se seguían besuqueando.

Okay, suficiente. Intenté empujar al reflejo de Jake, di un puñetazo al aire donde estaba su cara, incluso elevé mi rodilla con fuerza hasta su entrepierna. Pero mi reflejo no me obedecía, seguía devolviéndole el beso.

El verdadero Jake me miró confuso, como si me hubiera vuelto loca y estuviera delirando. Aunque probablemente si me veía ridícula lanzando golpes al aire de esa forma.

—¿Qué ves que hacen nuestros reflejos? —preguntó él, había cierto toque de diversión en su tono, pero al mismo tiempo realmente parecía no saberlo y querer averiguar que vi.

—¿Tú qué ves? —inquirí.

—Seguramente no lo mismo que tú, porque yo no estoy intentando hacer movimientos ninjas —Rió—. ¿A quién intentas imitar? ¿Jackie Chan? Porque te seré sincero: tu imitación da pena.      

¿Ficción o Realidad? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora