Capitulo 27.

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«Todos hablan de dar el primer paso para lograr algún cambio, cuando quizás, lo que deberían hacer, es hablar del cambio de ruta».

*****

*Camino a la región de Guren, borde con Hothar, Melody*

Stacy siguió a Shion por el tramo más largo, el que, según indicaciones del heredero de Melody, estaba listo el portal que les llevaría a la región de Guren. La región capital de Melody y sede del Palacio de los Hikar.

La estática actual en la región gracias a los portales que tenían que cerrar, les impedía concentrarse en portales personales, la baja energía les frenaría y dejaría expuestos, y era una lástima pero los no allegados a la dimensión aliada, carecían de piedras de hogar.

Esa región en específico había sido hasta el momento una de las más afectadas, avistamientos de nubes en tonos púrpura eran claro indicativo de la presencia de algún agente de Budarthil. Por los reportes, la mujer en sí no había aparecido en el campo de batalla, pero la maldita bastarda no lo necesitaba. Tenía a mucha gente trabajando para ella en territorio magicino.

Era terrible admitirlo, pero Eudora poseía brillantez, y una mente aterradora. Y lo único que le estaba frenando, era Tyrannus.

Stacy suspiró y sacudió la cabeza en un intento de reaccionar, negó y trató de pensar en positivo, poniendo en práctica algunas técnicas que le recomendó el psiquiatra. Pero el sonido tras ella rompía toda concentración. El escuadrón asignado desde Tyrannus le seguían, armados con armamento tecnológico cortesía de Centauri.

Una de entre el grupo que recientemente había llegado llamó momentáneamente la atención de la princesa, la postura relajada y el tabardo que portaba encima de una armadura en tonos rojos y negros, rostro oscurecido por el casco, y estatura entre las medidas normales.

Esta saludó, pero no rompió su posición, y Stacy se alzó de hombros, ¿Quizás era una solari y le había reconocido?

Restando importancia, la solari se dirigió a Shion —¿Estarán ahí?

—Así es. De hecho ya deben estar en la base. Nosotros serviremos en la retaguardia. Ellas se encargaran de dirigir las tropas de ofensiva.

Confiado, el joven melodí se permitió sonreír despreocupado.

—La reina sí que debe confiar en ellas para ceder parte del mando de su ejército. ¿Eso no cuenta como injerencia?

Una carcajada del príncipe le hizo extender una sonrisa.

—Su majestad… confía en ellas, con su vida. Pero no están a cargo de todo. La General Saionji está a cargo de todas las divisiones, tendrán que responderle a ella.

Asintió. Musa sería la que vería a las mujeres extrañas primero. Aunque sonara impaciente, habría querido ser ella para poder solicitar el apoyo en Solaria, quizás apoyo con Brandon y su estado delicado.

En cierto momento, justo antes de cruzar el portal, la solari de armadura se acercó a Stacy, y le dio un golpe al hombro, para luego cruzarse de brazos.

—¡Y yo que creí que era importante para ti!

Stacy frunció el ceño, para luego poner su total atención en la extraña. La armadura era de tres tonos, el tabardo tenía un fénix de color negro, y en el cinto portaba un libro. Las facciones eran claramente conocidas, y la manera... Casi, casi tsundere de comportarse sólo podía pertenecer a una hechicera solari.

—¡Frigga!

—Eres un caso. Voy a Snorx para contarte que por fin logré ascender en rango. Mi manejo de la Luz Sagrada es fuerte incluso en esta dimensión, me hice amiga de un naa'ru, hice algunos enemigos de algunos paladines a servicio de Stormwind...Ég meina, alvarlega? ¿Cabras espaciales? No tengo la culpa de verme un millón de veces más candente que esas cabras, tengo un novio elfo...Y ¡Y NO ESTABAS! Y luego vengo a este planeta y NO estás en Kana, y...vale, te confundí con la fuente que parece moverse de un lado a otro...

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