18.- Aura de la Espada (Parte II)

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Aeris no se contuvo, avanzo inmediatamente y lanzo un ataque horizontal con su espada.

Astalris respondió con su espada y el choque fue parejo, lo que sorprendió aún más a Aeris, pues confirmaba que su hijo tenía la misma fuerza que ella.

Inmediatamente Aeris atacó las piernas de Astalris, pero esté salto y dio una vuelta en el aire para golpear a su madre nuevamente. Aeris retrocedió del impacto pero Astalris no le dio tiempo de reaccionar, avanzó inmediatamente a la par que su madre retrocedía y volvió a atacar.

Su madre reacciono protegiéndose del golpe con su brazo pero Astalris utilizó un magnifico juego de pies y se posiciono inmediatamente a espaldas de su madre, donde volvió a proferir otro golpe.

Aeris a las justas pudo reaccionar para protegerse con su espada como escudo, retrocediendo casi diez pasos por el golpe.

-"Madre, padre lo siguiente que os estoy por mostrar es algo que no debe ser divulgado bajo ningún pretexto, al menos por ahora. La razón por la que lo reveló es para que entendáis que ya no tienen porque preocuparse por mi, sé que os preocupa mucho en el fondo que vaya a esa academia, sé que el viaje es largo y lleno de peligros, sé que creéis que estaré allá solo y probablemente me traten mal por mi humilde origen ya que la mayoría son estudiantes de grandes clanes y sectas. Pero no hay razón alguna por la que debáis preocuparos. Soy vuestro hijo, soy el producto de vuestro amor y seguiré mi camino. ¿Clanes, Reyes y Soberanos? Todos son insectos ante mis ojos. Ni siquiera Dioses o Inmortales se obstruirían mi destino, solo masacre les depara. Nada se interpondrá entre esté Emperador y su voluntad."-

De repente del cuerpo de Astalris dos auras empezaron a formarse una dorada y una azul.

Las bocas de Krenalis y Aeris cayeron al suelo y sus ojos se iluminaron.

Ambos reconocieron las Auras que su pequeño hijo de siete años emanaban. Las auras eran reconocibles por los colores que emitían, muchas eran famosas por ejemplo el aura morada era un aura de veneno, normalmente apreciable en bestias de rango A hacia arriba que tenían como fuente principal de ataque el veneno o en maestros del veneno de rango Santos. El aura roja pertenecia al arte de la masacre y la blanca al de la iluminación.

Pero las que su hijo tenía eran muy especiales.

La azul correspondía al aura de la espada, una de las más poderosas auras existentes, permitía al usuario manera más de una espada e incrementaba dramáticamente su poder, así como los volvía a ellos mismos una espada, fluida e imbatible. Si una hoja tocase el cuerpo rodeada del aura se partiría en la mitad, cortaba solo por el filo que esta emitía. Estos eran pocos de los beneficios que el aura de la espada traiga consigo. El problema y lo sorprendente era que solo era obtenible al tener un entendimiento increíble sobre el arte de la espada, normalmente solo usuarios de Nivel Rey de la Espada más poderoso podían manifestarla.

Pero la que si impactó hasta le fondo de sus almas fue el aura dorada. Esta aura era muy especial, por la forma de obtenerla. Todas las demás auras podían obtenerse a través de entrenamiento y estudio, o fortuitos encuentros con algún tesoro. Pero la dorada era el aura del gobernante, un aura con la que solo se podía nacer. Sus efectos eran muy misteriosos dado que muy pocas veces había sido vista a lo largo de la historia, pero su fama residía en que todas aquellas personas que la tuvieron en algún momento, habían llegado a plasmar sus nombres en la historia, poderoso reyes o emperadores, monarcas y gobernantes imbatibles. El aura expresaba una sola cosa: Está persona había nacido para gobernar, era un Gobernante por naturaleza, el pináculo de una raza, todos los demás eran súbditos y estaban a su disposición.

Fue en ese entonces que Krenalis y Aeris comprendieron la expresión que su hijo había utilizado, "Nada se interpondrá entre esté Emperador y su voluntad". Su hijo había nacido para gobernar.

Astalris procedió a suprimir sus auras y observo a sus padres preocupado. Había revelado ciertas cosas para que sus padres se sintiesen seguros y no se preocupase cuando el ya no estuviese, pero temía que fuera demasiado y que su actitud con el cambiasen.

Pero estaba equivocado, sus padres sacudieron sus cabezas quitándose el asombro y con ojos en lagrimas corrieron a abrasarlo. Ahora Astalris era el sorprendido.

-"Hijo, somos tus padres, quizás no podamos apoyarte como quisiéramos en el camino que hayas elegido, pero estaremos siempre acá para ti, eres nuestro mayor orgullo y la razón de nuestra felicidad, gracias por confiar en nosotros"- Dijo Krenalis, mientras sus ojos se llenaban de lagrimas.

-"Sé que eres un genio, pero también eres nuestro hijo. El camino que te depara no será sencillo pero recuerda que no tienes que soportar esa carga solo, aquí estamos para ti."-, dijo Aeris con lagrimas en sus ojos.

Astalris se conmovió por el amor de sus padres y los abrazo fuerte. Estuvieron así unos minutos hasta que Aeris habló.

-"Eres un verdadero prodigio Asta y sabemos que algún día estarás en la cima del continente"-, dijo su madre con una tierna sonrisa. Pero inmediatamente cambio a una sonrisa malvada que hizo que Astalris tuviera escalofríos y dijo, -"PERO, hasta entonces eres nuestro hijo y un niño, y debes aprender a respetar a tus padres, ¿Te divertiste mucho jugando a las espadas conmigo no? Pues ahora limpiaras el baño todos los días y cocinarás tu propio desayuno señorito Emperador"-. Finalizo Aeris mientras arrastraba a Astalris al baño.

Astalris se dio cuenta que aún había poderes en este mundo que no podía enfrentar, como la ira de su madre, miro rápidamente a su padre en busca de socorro desesperado pero solo recibió un pulgar arriba de parte de Krenalis y un gestó de corazón.

El Emperador paso los próximos tres meses limpiando el baño.

El Emperador del Relámpago: Un nuevo comienzo (HIATUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora