50.- La Tumba

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Usualmente el camino de la magia de los muertos seguía un tradicional camino.

La busques de la inmortalidad y la fascinación por el más allá eran solo el inicio.

Usualmente eran los magos quienes se interesaban en la negación del memento mori a diferencia de los Guerreros.

Muchos investigadores, académicos y filósofos habían teorizado que el motivo y razón de dicha elección radicaba en el estilo de lucha y vida que ambas clases presentaban.

Los Guerreros se entrenaban para la lucha cuerpo a cuerpo de manera general, exceptuando a los Arqueros o especialistas a distancia, que pese a su especialidad siempre estaba entrenados y acostumbrados a la lucha cuerpo a cuerpo como era el caso de Aeris, viéndose obligados a afrontar todas sus peleas directamente y bajo constante peligro. Creando de esta manera en ellos una carencia de miedo ante la muerta y la necesidad de afrontar sus temores.

En cambio los magos siempre permanecían protegido tras los Guerreros para poder apoyarlos y atacar desde distancia. Su estilo de combate se centraba en estabilidad y seguridad, siempre siendo las personas más protegidas del grupo y menos expuestas al peligro.

Por ello al final de cada vida, eran quienes en muchos casos optaban por buscar opciones a frontal su miedo a la muerte a diferencia de los Guerreros, que simplemente tomaban su deceso como una nueva batalla más.

Luego de comenzar el camino del nigromante, los magos buscaban el desprendimiento de su cuerpo y deseos carnales para alcanzar la inmortalidad.

Sin embargo, no todo era fácil en la vida.

Cuando te enfrentabas a un nigromante eran dos los supuestos de peligro.

Después de que el nigromante se desprendiese de su cuerpo morral y formara su cuerpo de Exánime en base a materiales preciosos para fortalecerlo su cuerpo era invadido por él aura de la muerta que lo desprendía de su cordura y lógica, volviéndolo una máquina de odio hacia la vida.

Luego el exánime debía esperar un largo lapso de aproximadamente 1000 años hasta que su locura y odio por la vida pasasen, luego de eso el Exánime recuperaría su cordura y recuerdos para proseguir su camino hacia la inmortalidad.

Eran dos los supuestos en los que un Exánime o nigromante se consideraban un peligro extremo.

Cuando esté en el proceso de convertirse en un Exánime, dado que empezaba a obtener poderes fuera del límite humano y conservaba su cordura y cuando haya finalizado el periodo de 1000 años y comience su era de esplendor.

Astalris frunció el ceño, al parecer la actual nigromante ya había comenzado su proceso de conversión a un Exánime lo que la hacía extremadamente poderosa y probablemente se encontrase en la tarea de crear su tumba.

La creación de su tumba o mausoleo era la tradición que tomaban los exánimes normalmente durante sus 1000 años poseídos por el odio a la vida, ya que sino se sellaban ellos mismos era muy probable que terminasen atacando a los vivos y llamando la atención. Si la noticia de la existencia de un Exánime se corriese no faltaría mucho para que escuadrones de mercenarios y aventureros vieneses a subyugarlo.

Astalris no perdió el tiempo e inmediatamente imbuyo su cuerpo en él Aura de la espada y avanzó firmemente.

No obstante, con la nigromante presente el ataque y sincronización de las quimeras había evolucionado considerablemente.

Los papeles en la batalla se invirtieron y Astalris pasó a la defensiva. Esquivaba cada uno de los ataques pero mientras más transcurría la batalla más se evidenciaba el desequilibrio de fuerza.

El Emperador del Relámpago: Un nuevo comienzo (HIATUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora