48.- Algo debe salir mal

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Tras la conversación de Tysam con su maestra la cara de Aeris permaneció sombría durante tres días.

Obviamente la idea de que intenten llevarse a su Preciado hijo antes del tiempo previsto no la hacía alegre.

Pero después de escuchar las razones de Tysam entendió que impedirlo sería injusto para su discípulo, y como dice el dicho "Maestro por un día, padre para toda la vida."

Técnicamente tanto Tysam y Xanis era sus discípulos formales y con el tiempo había llegado a tenerles estima. Así que no podía interferir con su desarrollo o sus objetivos.

Sin embargo, esto no impedía que pudiese desquitarse. Como condición para llevarse a Astalris, Aeris impuso diferentes pruebas a Tysam para probar su fuerza de voluntad y la determinación que tenía para ser Jefe de un Clan y ganar la competencia.

Claro que estas pruebas sonaban bien para el oído y que si alguien externo las escuchase hasta podrían sonar heroicas. Pero en realidad solo eran trabajos extenuantes para Tysam.

-"Maestra al menos podrían ser pruebas reales, cualquier persona entiende claramente que te estás desquitando.-", dijo Tysam entre lágrimas mientras hacia todo el esfuerzo posible por no vomitar mientras permanecía colgado boca abajo de un árbol completamente amarrado.

Emilia, Xanis y Astalris solo podían ver desde lejos con lástima a Tysam.

Todos tenían sentimientos de piedad por él pero ninguno tenía pensado ir a a hablar con Aeris. En el mejor de los casos Tysam conseguiría un compañero colgado a su costado para no aburrirse.

Xanis lo miró sentimentalmente y murmuró, -"Hermano, en tu próxima vida nos volveremos a encontrar, lo prometo.-"

Tysam quiso vomitar sangre al escuchadlo, -"Aún no estoy muerto ¿Sabes?"-, se dijo asimismo desconsolado.

Los días pasaron y llegó el día de la partida.

Los dos jóvenes, Tysam y Krenalis se encontraban en el patio listos para partir. El único problema era que Aeris se negaba a soltar a Astalris.

Finalmente tras hacer jurar a todos que protegerían a toda costa a su hijo por fin lo soltó.

-"Pero es él quien probablemente nos proteja durante el viaje.-", pensaron los tres hombres en silencio.

Ellos chicos se despidieron y Astalris le entregó los nivele más avanzados del estilo que Emilia entrenaba para que en su ausencia los practica.

Al fin y al cabo Emilia debía regresar a su Escuela de Magia, su largo descanso sabático debía terminar.

Al recibir las técnicas y algunos tesoros para su cultivación de parte de Astalris, Emilia solo pudo inclinarse profundamente y agradecer la amabilidad de su joven maestro.

Astalris simplemente sonrió y la compañía partió rumbo a la capital del reino.

El plan actual consistía en seguir la ruta programada hacia la capital, en donde Krenalis daría su examen para alcanzar el Nivel de Herrería Artesano. Luego se moverían a la sede actual del Clan de los Guerreros del Sol que se encontraba a unas semanas del camino a la Academia del Dragón Celestial y luego Astalris procedería a la Academia.

El camino era largo así que debían viajar en carrera privada o en una caravana de mercaderes.

No era que los Ith'laris no pudiesen pagar su propia caravana o transporte, sino que el hecho de viajar con guardias o que públicamente se conozca que el hijo, dos discípulos y esposo de la Nueva usuaria de Nivel Rey del reino no era una buena idea en el actual momento. Aeris aún no había consolidado su poder en el reino y el clan Ith'laris aún que con buen pie comenzaba en los negocios no era nada comparado con los clanes que tenían cientos de años de herencia.

El Emperador del Relámpago: Un nuevo comienzo (HIATUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora