26.- La reunión secreta

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Emilia descansaba echada en el sillón del estudio, estaba agotada. El proceso de  limpieza de sus circuitos mágicos había sido extremadamente doloroso, por suerte Astalris había estado guiándola y apoyándola en todo momento lo que había reducido exponencialmente el dolor y complejidad de la técnica.

Finalmente Emilia suspiró, sabía que el esfuerzo había valido completamente la pena, se sentía renacida.

 Sus circuitos mágicos ya no tenían impurezas u obstrucciones, incluso su piel y contextura se veían diferentes, sin imperfecciones y más delicadas, lo que le daban a Emilia el aire de diosa de otro mundo.

Astalris leía un libro mientras ella descansaba, de repente lo cerró y voltio a ver a Emilia, "Toma esto, estudia y apréndelo bien, te servirá."-, dijo entregándole una pequeño cristal.

Emilia aceptó alegremente el cristal de memoria y empezó a recibir la información.

Si cualquier otra persona supiera el contenido de dicho cristal estaba claro que lloraría de envidia.

Astalris acababa de transferirle manuales y técnicas de Nivel Emperador.

Ríos de sangre cruzarían la ciudad si esto se supiese.

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En otra parte de la ciudad en un poco iluminado cuarto una conferencia se llevaba a cabo.

La mesa era de cuadrada de madera de roja y en ella había tres personas que permanecían en silencio.

Una de ellas era un hombre de apariencia mayor ya canoso, si Astalris hubiera estado presente en la habitación habría podido reconocer al dicho hombre como el consejero del príncipe Robert Gallian, que estuvo presente en su ceremonia del despertar de su signo divino, Augusto Maneris.

Las otras dos personas consistían en primer lugar en una señora también de apariencia madura, de unos 40 años de edad pero que aún conversaba rasgos de su belleza juvenil, estaba claro que en sus años de juventud había rotó muchos corazones. Mientras que el otro integrante era un hombre de aspecto joven de unos 30 años edad, de contextura delgada pero con músculos, tenía la apariencia de un guerrero.

De repente la única puerta de la habitación se abrió y una persona encapuchada ingreso al cuarto. Los presentes se levantaron de sus asientos y agacharon sus cabezas en señal de respeto. Entonces Augusto el Consejero habló, -"Lo estábamos esperando su Alteza, ¿Tuvo complicaciones para poder burlar a la guardia?-"

El hombre se retiró la capa y entonces los integrantes del cuarto pudieron apreciar su hermosa cabellera dorada, era el príncipe Robert y contestó la pregunta de Augusto evidentemente irritado, "-En efecto, al parecer Alfred ha ordenado a sus guardias que me mantengan vigilado bajo todo momento con la excusa de preocuparse por mi seguridad, tuve que esperar ocultó en un arbusto por dos horas hasta que la guardia hizo su cambio de turno, malditos imbéciles."-

Luego miró a la señora de apariencia madura y preguntó, -"Adalía ¿Lograste confirmar mis sospechas? ¿Cómo va el establecimiento de la red de espías en está ciudad?-"

La señora asintió ante la pregunta y respondido, -"Su majestad, mis fuentes han confirmado lo temido, el Duque Alfred Sabino se ha unido a la facción de su hermano Henry. No obstante, por alguna razón está relación es un secreto para muchos, debe haber alguna finalidad."-

Adalía sacó de su bolso unos reportes y se los entregó al príncipe, luego continuo, -"Lo que sí he llegado a confirmar, es que el Duque esta proveyendo de armas y armaduras al ejercito personal de su hermano Henry."-

-"¿Uh? No habíamos tomando acciones en el supuesto de que esto pasara? ¿No habíamos manipulado a un herrero para que creara un gremio que obstruyera a Alfred?-", preguntó el príncipe Rober sorprendido.

El Emperador del Relámpago: Un nuevo comienzo (HIATUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora