Rocío, seguías siendo una niña como para afrontar tú sola esa obligación. No estabas lista para asumir ese rol, ¿por qué tenían que casarte? Faltaban algunas piezas todavía, no tenías la solución como creías.
Deseaste volver a la secundaria, jamás pensaste que experimentarías tal grado de humillación a comparación de esos largos años. Las uñas de tu madre te sujetaban la muñeca fuertemente, obligándote a estar en silencio. Ya no podías desear ser salvada, era tu momento de luchar sola. Todos estuvieron satisfechos con tu acción.
No pudiste negarte.
«Zinia, como tu
quebrantada vida».
ESTÁS LEYENDO
Flores para todas esas veces en las que dije no
Short Story«Cada día planté una nueva flor, para todas esas veces en las que dije no». Queda prohibida toda copia parcial o total; por favor no tomes el trabajo ajeno para tu conveniencia. La presente historia está registrada por derechos de autor, además de...