Rocío, muy dentro de ti lo sabías. Sabías como iba a terminar tu historia, pero te aferrabas al final feliz, a tu sueño de la niñez.
Si los tiempos hubieran sido diferentes, probablemente Martín no hubiera sido alistado al ejército, ni tu obligada a estar junto a Ernesto. Hubieran escapado, manteniendo la promesa de que el amor todo lo puede. La vida es comedia, una hiriente, que oculta verdades y te deslumbra en una falsa proeza. Puesto así, no fuiste capaz de abortar. ¿No crees que ahí abriste los ojos por fin? En esa noche, te diste cuenta que ya no estarías sola, nunca más. Ese pequeño ser era mucho más que un trozo de tu vida.
No abandonaste el camino.
«Dalia, como tu
salva cálida».
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Flores para todas esas veces en las que dije no
Historia Corta«Cada día planté una nueva flor, para todas esas veces en las que dije no». Queda prohibida toda copia parcial o total; por favor no tomes el trabajo ajeno para tu conveniencia. La presente historia está registrada por derechos de autor, además de...