8.

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No miró atrás, no planeaba quedarse con un triste recuerdo de Wonho; quería quedarse con aquel recuerdo de un Wonho protector, amoroso y valiente.

Ese que era su pareja.

Lloraba en silencio mientras el cansancio se iba apoderando lentamente de su cuerpo a medida que recorría aquel solitario camino rumbo a una salida incierta.

Anhelaba con todos los trozos de su corazón roto poder volver el tiempo atrás a aquel momento donde decidió mudarse a ese lugar, o más atrás, en el momento donde creó su primer experimento exitoso de ingeniería genética, así podría desbaratar aquel proyecto con sus propias manos y con ello sus sueños, pero solo así Wonho seguiría a su lado.

Se sentía deshidratado, cansado, agobiado, adolorido y sabía que todo eso estaba afectando a su pequeño quien de vez en cuando se movía dolorosamente dentro de sí, como si también sintiera el dolor emocional suyo.

Pero entonces, aún en medio de su desilusión, un rayito de esperanza se alzó imponente en medio de boscoso lugar.

Un edificio, o más bien algo parecido a una fortaleza moderna, estaba frente a sus ojos indicándole que había llegado a su tan esperando destino, pero sin Wonho.

Avanzó hacia ese lugar casi arrastrando los pies y cuando llegó frente a la puerta buscó el carnet que Wonho había guardado muy bien en el bolso que llevaba.

Metió la mano en uno de los compartimentos y al hacerlo notó que la billetera de Wonho estaba ahí y las ganas de llorar lo invadieron.

Se quebrantó emocionalmente al sacar la pertenencia y ver la foto de ambos que Wonho portaba y también la pequeña ecografía del bebé, definitivamente sus cosas más preciadas estaban allí.

Su abdomen volvió a doler por culpa de su estado emocional y fue cuando decidió calmarse, no quería hacerle daño al bebé así que debía apresurarse a ingresar.

Guardó la billetera no sin antes darle un suave beso y sacó el carnet del bolso.

Hizo la respectiva identificación en la máquina y suspiró al ver como la puerta se abría lentamente.

El cielo estaba nublado, combinando perfectamente con su estado de ánimo y simplemente no podía parar de pensar en Wonho, pero cuando volvió a poner su mirada enfrente se sorprendió en demasía al ver un grupo de personas armadas apuntándole.

— Identificación —gritó uno cargando su arma.

Él comenzó a hiperventilar, un poco asustado por la situación.

— Hy-Hyungwon... Chae Hyungwon... —levantó sus manos en forma de rendición— departamento de ingeniería genética, edificio 15...

Ellos se miraron entre si y el mismo que cargó el arma habló a través de un radio.

— Señor, Chae Hyungwon está aquí... —susurró sin apartarle la mirada.

Tenía miedo de la forma en la que ellos estaban reaccionando a su presencia, lo miraban como si fuera un peligro potencial cuando él era tan solo un chico herido fisica y emocionalmente, cargando a un bebé y estando en su estado más vulnerable.

— Ya sabes lo que tienes que hacer —dijo la voz del radio.

¿Qué tenían que hacer?

¿Qué demonios estaba ocurriendo?

La misma persona que tenía cargada el arma se acercó a él apuntando directamente a su frente.

— Haz lo que te digo o te volaré la cabeza aquí mismo... —susurró con superioridad.

The Last Thing Donde viven las historias. Descúbrelo ahora