capitulo 4: La parca

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Un demonio, la estaba atormentando un demonio, aún no se recuperaba del horror que la visión le provoco y le dicen que la persigue un demonio, decidió que no se dejaría vencer, que eso solo era un truco de la adivina para ganar dinero así que se fue, pensando en nunca más volver a ese lugar.

Llego muy tarde a la casa, tratando de acostumbrarse a verla vacía, pues Michael se había llevado a acampar a Sean durante todo el fin de semana y le tocaría a ella pasar sola ese tiempo.

Al llegar a casa sintió una opresión en el pecho, una sensación de ahogo, algo así como si la tuvieran agarrada del cuello, empezó a sentirse mal, cuando de repente la sensación se fue, asustada corrió a la cocina por un poco de agua,"estoy mareada" pensó, pero sabia que no era eso, pues había sentido esa sensación antes, el día que había visto a la sombra por primera vez.

Con cautela empezó a dar vueltas en busca de algo raro, deseando no encontrar nada, pero sus esperanzas cayeron en el vacío.

De pie, detrás de ella estaba esa sombra, la misma que vio cuando inicio toda esa locura, el demonio que, según la adivina, la atormentaría hasta el día de su muerte, con un escalofrío Anabelle empezó a retroceder lentamente, pero contrario a la primera vez la sombra se mantuvo en el mismo lugar, sin moverse.

Anabelle empezó a sentir que las piernas se le ponían rígidas, pero no solo las piernas, sino todo el cuerpo, se  sentía paralizada por una corriente eléctrica, empezó a sentir un dolor profundo e intenso en el cuello, con un esfuerzo sobrehumano se llevo la mano al punto en el cual el dolor nacía, tocando en ese mismo punto la marca con forma de estrella que tenia desde que era una bebe, y la encontró ardiendo con fiereza.

La aparición empezó a esbozar una diabólica sonrisa, y con una vos cavernosa que parecía salir de las profundidades de la tierra dijo: " yo soy la parca, el guardián del inframundo y del reino de los muertos, y tu serás mi esclava".

"¡¡NO!!" grito Anabelle,"¡no soy tu esclava y nunca lo seré, y ya deja de atormentar a mi familia, a mi y los que me rodean!".

–"quien ha metido a tu patético esposo o a tus estúpidos amigos, tu eres mi objetivo, tu y tu pequeño hijo"

–Sean–murmuró Anabelle, y las lágrimas empezaron a correr por su rostro–mi pequeño, ¡No te acerques a el!!– grito Anabelle corriendo hacia la sombra con un cuchillo en la mano, tratando de acabar con la macabra aparición, la cual con una diabólica carcajada se desvaneció, dejando a Anabelle arrodillada en el piso, llorando y preguntándose que pasaría con su vida y la de su hijo.

–Lo haré –dijo Anabelle a la mañana siguiente, cuando regreso donde la adivina–pagaré el precio que deba pagar.

–sabia que volverías–dijo la adivina– siempre vuelven, tratan de ignorar lo obvio pero terminan dándose cuenta que no pueden escapar de su destino...

–tengo que deshacerme de esto, y tiene que ser pronto– dijo Anabelle con una nueva e implacable determinación, nacida de la firme decisión de proteger a su familia.

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