Capitulo 2: La marca

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De esto habían pasado dos años,  Michael y yo nos casamos  y vivíamos en una bella casa, felices, por el momento...

—Michael!, es tan difícil ser más estricto?

—Calma cariño, Sean solo estaba jugando.

—Claro, pero dile que no juegue con los adornos de cristal!.

—esta bien, lo haré pero cálmate un poco quieres?.

El niño había estado jugando con un pequeño y antiguo cofre de cristal el cual llegó junto con Anabelle el día que la encontraron en la puerta del orfanato, conteniendo un collar con un nombre escrito : Anabelle ; regalo de bodas de la monja que los presento en el orfanato cuando eran niños, y por tanto una reliquia muy apreciada por Anabelle, la cual al ver a Sean jugueteando con ella tuvo un ataque de pánico.

"Seguro es el estrés, sera mejor que tome un baño para calmarme un poco", pensó ella dirigiéndose a la habitación y entrando  al baño.

Habían pasado cerca de siete minutos cuando le pareció oír un leve murmullo proveniente de la habitación,–¿Michael?–pregunto.

Silencio, con un escalofrío salio del baño y encontró la ropa tirada por el suelo y la cama desarreglada.

–!!Michael!!!–grito ella mientras un dolor sordo empezó a traspasar su espalda, partiendo justo de su marca de nacimiento, luego escucho pasos llegando precisamente en el momento en que todo se oscureció.

Eran cerca de las ocho de la noche para cuando despertó, sobresaltada por la pesadilla que acababa de tener, soñó con un cementerio en el cual estaba frente a una tumba con una macabra inscripción que rezaba: "aquí yace la persona que había de traer el sufrimiento al mundo, marcada por el mal, A. C."; mientras la tierra empezaba a abrirse y muchas manos la arrastraban hacia un abismo.

Se levanto para ir al baño, cuando oyó a su hijo, Sean, hablando con Michael en la habitación continua, y no resistió la tentación de oír la platica.

–Michael...

–oye, si no mal recuerdo te pedí que me llamaras papá o no?.

–esta bien, PAPÁ, si tu y mamá eran huérfanos, ¿de donde sacaron sus apellidos?

–¿por que preguntas eso?

–es que un niño de mi clase me lo pregunto.

–veras cuando estábamos por salir de la preparatoria, nadie nos había adoptado aún y a esa edad dejaríamos de vivir en el orfanato así que las monjas que nos encontraron a tu madre y a mi nos dieron sus apellidos, por eso yo soy Grant y tu madre Cold.

Tras oír eso Anabelle suspiró para sus adentros "algún día lo preguntaría" pensó , luego siguió su camino hacia el baño, tenía una enorme migraña y lo único que quería era descansar.

Pero aun le dolía su marca y no entendía el porque ni si terminaría pronto.

–Anabelle?–pregunto Michael–Anabelle eres tu?

–Si, ya desperté.

–te sientes mejor, cariño?–pregunto, llegando junto a ella y dándole un beso en la frente.

–si, un poco...

–nunca me vuelvas a asustar así–susurro Michael, abrazándola y acariciándole el cabello.

–lo prometo.

–que fue lo que paso en la habitación, por que estaba todo regado?

–pensé que fuiste tu, yo estaba dándome una ducha cuando escuche murmullos y cuando salí encontré todo así.

–pero si no fui yo ni tu y Sean estaba conmigo, quien fue? ¿habrá entrado alguien a la casa?

–no lo se pero hay que tomar precauciones.

–mañana mismo llamare a un cerrajero para que cambie la cerradura, no sea que ocurra de nuevo, no puedo permitir que les suceda algo a Sean o a ti.

–gracias, no se que haría sin ti.

–woow esa es la frase mas cliché que conozco.

–lo se pero queda perfecto con la situación, ¿no crees?

–puede ser y puede no ser, que dices tu?

–que es perfecta–dijo a Anabelle dándole un largo beso.

Cronicas de la marcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora