#ELEVEN#

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Volvimos a subir al coche de Alex y puso el coche en marcha.

-Dime, ¿quieres pedir comida o pasamos por algún sitio de comida basura?- Me preguntó sin apartar la vista de la carretera.

Yo me lo pensé y enseguida le respondí.

-Pedir comida.- Dije decidida, y lo miré.

-Des de luego.- Coincidió. Y encendió la radio; estaba la canción "Someone to you" y me emocioné. Me miró y rió.- ¿Y eso?

-¿El qué?- Me sonrojé y reí. Siempre estábamos riendo, era muy acogedor estar con una persona siempre de buen humor riendo por nada. Sinceramente, por nada.

-¿Te gusta la canción?- Me preguntó sonriendo.

-¡Pues claro! ¿A quién no?- Dije obvio. Desde siempre esa había sido mi canción favorita. El rió y se encogió de hombros.

-Alguna vez la he oído, pero tampoco...- Le interrumpí fingiendo estar indignada.

-¿Perdona?- Dije y fue el motivo por el que rió más. El semáforo alcanzó el color rojo y paró el coche para mirarme.

-Pues que no me acaba de gustar... Un poco... Sosa.- Me dijo y me hice nuevamente la ofendida.

-Entonces, tu que sabes tanto de música, díme cual es tu favorita.- Me crucé de brazos bromeando y rió.

-Me gusta "Welcome To My Life" de "Simple Plan"...- Dijo y me quedé helada. ¡Me encantaba el grupo! Lo notó y rió de nuevo.

-¡No me digas!- Grité.- ¡"Summer Paradise"!

-¡"I'm Just a Kid"!

-¡"Jed Lag"!

-O sí, ¡esa es buenísima!- Reímos. 

-Es una de mis preferidas, después de "Welcome To My Life", claro...- El volvió a arrancar el coche tras ponerse el semáforo en verde de nuevo.

-Des de luego.- Asintió de acuerdo conmigo.


El camino a su casa fue largo, pero pasó rápido ya que estuvimos la mayor parte del tiempo escuchando canciones y opinando sobre ellas. Cuando llegamos estacionó su coche en un aparcamiento de la casa. Habían 3 aparcamientos más y solo uno estaba ocupado. Era un Lexus LC 500 rojo. Era una casa blanca enorme, al parecer Alex tiene dinero... Y mucho. Sus ventanas eran grandes y modernas.

-¿Vives aquí?- Le pregunté. Y después me arrepentí, era una pregunta muy absurda, ¡sino no aparcaríamos en el aparcamiento de la casa!

-Si.- Dijo y nos encaminamos hacia la puerta principal. 

Sacó unas llaves del bolsillo trasero de su pantalón y abrió la puerta. Las luces estaban encendidas, y había alguien en el salón. La casa era grande, más bien dicho, enorme. La cocina, dos veces la mía. Por no hablar del inmenso jardín trasero con piscina. Avanzamos hacia el salón y nos encontramos con un chico rubio oscuro, mucho más oscuro que el de Alex. Estaba sentado en el gran sofá viendo la gran tele. Cuando se percató de nuestra llegada se fijó en mí y se levantó.

-¿A quién traes...?- Preguntó, no sé si bromeando o seduciéndome y acercándose a mí. 

-Aparta capullo- Le soltó Alex y le empujó no muy fuerte despegándolo de mí.- Pediremos comida.- Le espetó y caminó hacia la cocina, dejándome sola con ese chico.

-Hola preciosa, soy Aspen. El hermano de Alex.- Dijo otra vez con tono seductor.

-Vanessa, Van.- Respondí cortante intentando ir a la cocina. Sí, intentando porque de repente, Aspen me alcanzó y se puso delante mío.

-Vanessa, Van...- Corrigió.- No te había visto nunca.- Dijo ahora un poco más amable.

-Si, hace poco que me he mudado.

-Y ¿estás saliendo con mi hermano?- Me soltó. Y esa pregunta si que no me la esperaba. ¿Yo? ¿Con Alex? Solté una carcajada.

-¡¿Qué?!- Reí y él me respondió con cara de desconcierto. 

-Es que, ¿no te gusta?- Me preguntó como si fuera algo anormal.

-¿Por qué me iba a gustar? Hace poco que lo conozco...- Dije obvio. La gente aquí en Los Ángeles está fatal. Y entonces me fijé en sus ojos, no eran azules, como los de su hermano. Eran marrones oscuros.

-Vaya, vaya...- Me quitó de mis pensamientos sobre... Ojos.- ¡Alex! ¡Porfin has encontrado a alguien que no esté sobre tu encanto!- Le gritó a su hermano y me miró, supongo que notando mi cara de desconcierto. Finalmente rió.- Es verdad, se nota que hace poco que lo conoces. Ya te digo yo que cuando lo conozcas mejor, te enamorarás y finalmente te meterá en el saco como a las demás.- Alex salió de la cocina enfadado, supongo por lo que había oído que me decía su hermano. 

Igualmente a mi no me importaba, pues no quería nada con nadie. Y sabía que ni en un millón de años me enamoraría de Alex. Lo había pasado muy mal con Daniel y no volvería a pasar por eso. 

-¿Puedes callarte Aspen?- Le dijo a su hermano molesto, y entonces se dirigió a mi- Lo siento Van, es un capullo: no le hagas caso a lo que dice. Vive para fastidiarme.

Reí ante el comentario acerca de su hermano y asentí. No iba a ser yo la que se entrometiera en sus problemas, no soy así. 

Alex pidió comida china y nos pasamos todo el rato viendo películas; no sabía que Divergente tenía más películas que la completaban. Quedamos en que otro día me enseñaría otras películas más guays. Raro, porque sería difícil superar a Divergente, me había gustado demasiado. Cuando fueron las 12 p.m por ahí me llevó a mi casa. Había pasado una tarde cálida con Alex, que me había ayudado a saber más sobre él. Hace dos días que nos conocemos y sin embargo, ya me ha enseñado un lugar privado para él. Ha sido impresionante la manera en la que se ha abierto. Por no hablar de mí, que ya le he contado acerca de Daniel. Qué vergüenza.

Entré en mi habitación y me puse el pijama, me lavé los dientes y me metí en la cama. Estaba agotada. Por suerte había podido hacer todo lo que me había propuesto hacer hoy. Estuve por lo menos media hora pensando en todo, o más bien en nada en particular; pequeñas cosas sin sentido. Hasta que me dormí.


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I Have A Dream: Y En Él Estás TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora